Para cada niña, niño y adolescente: educación
Informe anual 2019

Educación inicial
Los primeros años de vida de todo niño o niña son determinantes en su desarrollo, ya que en ese periodo se sientan las bases de su desarrollo físico, motor, cognitivo y socioemocional. Durante la primera infancia se define el futuro de un niño, pero la falta de educación temprana puede tener consecuencias irreversibles para el resto de su vida.
En sus primeros años de vida, niñas y niños requieren de ambientes estimulantes, cuidados adecuados, seguridad y protección, así como la interacción con cuidadores atentos para asegurar su pleno desarrollo.
Por esa razón, en 2019, junto con varias organizaciones de la sociedad civil reunidas en el Pacto por la Primera Infancia, acompañamos al gobierno mexicano en el desarrollo de la Estrategia Nacional de Primera Infancia (ENAPI) para el establecimiento de roles y responsabilidades, así como de diferentes estructuras de coordinación a nivel federal y estatal que garanticen los derechos de niñas y niños en la primera infancia, proporcionándoles acceso a los sistemas educativo, de salud y de protección.
Con este objetivo, la ENAPI incorporó la Ruta Integral de Atenciones (RIA), que impulsamos con la Comisión Nacional de la Primera Infancia. Gracias a ella se establece una serie de atenciones y servicios universales mínimos, necesarios para garantizar el desarrollo integral de niñas y niños de edades entre 0 y 6 años, en los rubros de salud y nutrición, educación y cuidados, protección infantil y desarrollo social. Con la puesta en marcha de la ENAPI se protegen los derechos de 12.7 millones de niñas y niños menores de 6 años en el país.
Asimismo, para promover un aprendizaje de calidad desde los primeros años, colaboramos con la SEP en el desarrollo de la Política Nacional de Educación Inicial y en el establecimiento de los objetivos de este nivel educativo, las modalidades para su implementación y la ampliación de su cobertura para el 2024. Nuestra labor consistió principalmente en brindar asesoría técnica a la SEP para la planeación estratégica del programa, incluyendo el desarrollo del marco pedagógico para la prestación de servicios.
En este mismo contexto, también apoyamos a la SEP con un análisis de los resultados de su programa piloto de visitas domiciliarias, que consiste en realizar actividades de educación inicial en 14 estados de la República Mexicana, y mediante el cual se beneficiaron 3,988 niñas y niños. Los resultados y lecciones aprendidas de este programa piloto apoyarán la expansión del programa a los 32 estados, buscando alcanzar a todos las niñas y niños del país.
Para contribuir a la atención y educación inicial de las niñas y niños menores de 5 años, sumamos esfuerzos con el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en la mejora de la calidad del servicio en las guarderías. Así, realizamos un diagnóstico cualitativo para identificar buenas prácticas y áreas de mejora en la prestación de servicios a niñas y niños en la primera infancia y diseñamos e impartimos un taller sobre métodos pedagógicos que mejoren su desarrollo. En el taller participaron más de 100 supervisores del IMSS que ayudarán a replicar estos conocimientos en las 1,147 guarderías del IMSS en el país y beneficiarán a más de 200,000 niños de entre 0 y 4 años.
Educación indígena
En el contexto de la educación primaria (de 6 a 11 años), de acuerdo con las evaluaciones de aprendizaje PLANEA 2018, casi el 80% de las niñas y niños no alcanzan los aprendizajes esperados en las áreas de comprensión lectora y matemáticas. Esta problemática afecta en mayor medida a las niñas y niños indígenas, y se agudiza en áreas rurales o de gran pobreza.
Para mejorar su aprovechamiento escolar, los niños y niñas indígenas necesitan clases en su lengua materna.
Por ello, en este año continuamos nuestra colaboración con el Instituto Nacional para la Evaluación Educativa (INEE), ahora Comisión Nacional para la Mejora Continua de la Educación (MejorEdu), para la elaboración de evidencia sobre el estado de la educación de la población indígena. En 2019 publicamos el Panorama educativo de la educación indígena, con 12 fascículos estatales y el Breve panorama educativo de la población indígena 2018, a fin de dar a conocer la situación que viven las y los estudiantes, la infraestructura de sus escuelas y sus procesos de aprendizaje, entre otros aspectos.
Además, para impulsar la inclusión educativa de la niñez indígena nos basamos en los resultados del Breve panorama educativo de la población indígena (UNICEF-INEE, 2018) y continuamos los talleres de lectura y escritura en lenguas indígenas, dirigidos a 866 maestros de Chiapas, Chihuahua, Estado de México y Guerrero. Esto les permite impartir clases en las lenguas maternas de niños, niñas y adolescentes. Con esta acción, más de 21,600 niños ahora podrán tomar clases y aprender en su lengua materna indígena como primera lengua.
Por otra parte, hay que tomar en cuenta que 43.2% de las niñas y niños indígenas viven en ciudades: por lo tanto, continuamos con la implementación del proyecto de Orientación educativa intercultural y bilingüe para niñas, niños y adolescentes indígenas en zonas urbanas, que implementamos en colaboración con la Coordinación General de Educación Intercultural y Bilingüe (CGEIB) de la SEP en 40 escuelas de Pachuca, Hidalgo y en 100 escuelas de la Ciudad de México. Además impulsamos que este proyecto se adopte como un programa oficial de capacitación docente, que ayudará a las y los maestros a atender las necesidades particulares de las niñas y niños indígenas en las escuelas públicas.
Educación en la adolescencia
Por otra parte, en otra etapa de la vida, las y los adolescentes viven importantes cambios emocionales y físicos, y también desarrollan su identidad, personalidad e intereses, así como las capacidades y habilidades necesarias para establecer relaciones y desenvolverse en su vida adulta. A pesar de que la adolescencia es una edad llena de oportunidades, también conlleva a situaciones que ponen en riesgo su desarrollo.
Las y los adolescentes en México son el 12% de la población, y su situación presenta diversos aspectos problemáticos: son los que en mayor medida son víctimas de violencia, los que presentan mayores tasas de abandono escolar o bajo aprovechamiento, y también están en condición de verse en conflicto con la ley o ser privados de la libertad.
En los y las adolescentes se suman condiciones que dificultan su desarrollo: la violencia, los embarazos tempranos, el escaso acceso a la educación o el abandono escolar. Atender este panorama ha requerido esfuerzos que abarcaron diversas instituciones y organizaciones.
En busca de ofrecerles respuestas y alternativas para que continúen sus estudios y mejoren sus habilidades para la vida, desde UNICEF identificamos que la participación, la construcción de resiliencia y la educación de calidad son elementos claves para mejorar su desarrollo. Por lo tanto, trabajamos para incrementar su acceso e inclusión en la educación, especialmente para quienes están en riesgo de abandono escolar.
En este mismo contexto, en 2019 seguimos implementando el Modelo Educativo para Adolescentes en el Sistema de Justicia Penal, con el objetivo de cumplir con el derecho a la educación de las y los adolescentes, particularmente de aquellos que se encuentran en conflicto con la ley o privados de libertad. Este modelo permite que adolescentes en estos contextos continúen su educación, desarrollen sus habilidades para la vida y cuenten con herramientas que les permitan su reinserción social. El modelo también buscó dotar al personal de los centros de internamiento, a pedagogos y docentes que ahí laboran de mejores herramientas pedagógicas. Con la colaboración de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), implementamos este modelo en la Ciudad de México y en Chihuahua y Ciudad Juárez. Con los resultados obtenidos con la puesta en marcha del modelo en esas ciudades, se buscará su escalamiento a nivel nacional.
Las situaciones de violencia que viven las y los adolescentes en México en sus entornos cercanos, principalmente en sus casas y escuelas, son una de las causas por las cuales no continúan sus estudios; por esta razón, con el apoyo la Oficina de Ayuda Humanitaria de la Comisión Europea (ECHO) y la colaboración de las Secretarías de Educación estatales de Chihuahua y Guerrero, pusimos en marcha el proyecto Comunidades en armonía: por la niñez y la adolescencia en 14 escuelas secundarias, en el que participaron 4,500 estudiantes de esos estados. Este proyecto, aprovechando la tecnología, busca mejorar los logros de aprendizaje y reducir el riesgo de abandono escolar en contextos golpeados por la violencia. Proporcionamos a cada estudiante acceso a una innovadora plataforma educativa que permitió acelerar y fortalecer sus logros de aprendizaje, al monitorear el progreso individual de cada estudiante y trasmitir esta información en tiempo real al docente. Además, capacitamos a las y los maestros para combinar la enseñanza tradicional cara a cara con el uso de las tecnologías de comunicación e información en el aula. El proyecto concluirá en 2020, por lo que el próximo año evaluaremos y compartiremos sus resultados para poder ampliarlo.
Participación adolescente
Con el objetivo de impulsar a las y los adolescentes a participar y expresar sus ideas en los temas que más les preocupan e interesan, este año promovimos su derecho a la participación a través de la plataforma tecnológica U-Report. Esta herramienta permite hacer encuestas en tiempo real a través de las principales redes sociales. Para ello, reactivamos el Comité Ejecutivo de U-Report gracias a la participación de adolescentes provenientes de las Escuelas de Liderazgo de la Ciudad de México y UNICEF, la iniciativa ConCausa de América Solidaria, la Red Nacional de Adolescentes y la Cruz Roja Mexicana, con la intención de movilizar en 2020 a más de 500,000 adolescentes de todo el país.
Por último, como parte de la iniciativa global Generación Sin Límites (GenU), en noviembre de 2019 lanzamos el desafío juvenil Youth Challenge: una actividad conjunta de UNICEF, el Gobierno de la Ciudad de México, el PNUD, la Secretaría de Educación Pública -en particular la Subsecretaría de Educación Media Superior-, el Instituto Mexicano de la Juventud, SocialLab, Microsoft y el Nacional Monte de Piedad. Youth Challenge tuvo como objetivo inspirar a adolescentes y jóvenes entre 15 y 24 años a encontrar soluciones creativas a los problemas que impiden su desarrollo, como el abandono escolar, la formación vocacional, la violencia y el desigual acceso a la ciencia y tecnología. A la convocatoria del desafío se presentaron 400 propuestas creativas, y los mejores participantes recibieron una capacitación sobre emprendimiento social, pensamiento estratégico de diseño y liderazgo. En 2020, los participantes seleccionados participarán un campamento (bootcamp) en donde podrán intercambiar sus experiencias con otros jóvenes y enriquecer el trabajo que han estado desempeñando.