Para cada niña, niño y adolescente, protección contra la violencia
Informe anual 2019

La violencia, en todas sus facetas, es uno de los principales desafíos que enfrenta México
Sus consecuencias se multiplican y agravan cuando los afectados son niños, niñas y adolescentes, porque les deja marcas físicas y emocionales que pueden permanecer toda la vida. Desafortunadamente, la violencia puede acompañarlos desde muy temprana edad: cuando son pequeños, sufren maltrato principalmente a manos de sus padres o cuidadores, y a medida que crecen, la violencia también se presenta en otros entornos: por ejemplo, en la escuela, en los lugares públicos que frecuentan y en las redes sociales. Sus manifestaciones pueden ir desde descuidos o actos negligentes hasta intimidación, pleitos, agresiones físicas y psicológicas, violencia sexual e, incluso, desapariciones o muertes.
Proteger a niñas, niños y adolescentes contra la violencia también requiere de atender sus consecuencias, con programas y estrategias diseñadas especialmente para cada etapa de la vida.
Ante este panorama es necesaria la protección integral de cada niña, niño y adolescente, que articule acciones de prevención y de atención y respuesta para quienes hayan sufrido algún tipo de violencia. Esto involucra a todos los niveles de gobierno, hasta llegar a las autoridades locales y a los actores que acompañan directamente el día a día de niñas, niños y adolescentes.
Por lo anterior, en 2019 continuamos el fortalecimiento de los Sistemas de Protección Integral de Niñas, Niños y Adolescentes (SIPINNA) y de las Procuradurías de Protección de Niñas, Niños y Adolescentes a nivel federal, estatal y municipal, como instituciones dedicadas a brindar protección especial y de atender a toda niña o niño en situación de vulnerabilidad.
En ese sentido, en colaboración con el Sistema DIF Nacional, la Secretaría de Relaciones Exteriores, la comunidad académica y organizaciones de la sociedad civil, proporcionamos capacitación a 1,170 personas (funcionarios de Procuradurías de Protección, profesionales dedicados a la salud mental, personal de Centros de Asistencia Social, oficiales de migración y cónsules) sobre modelos de protección y atención especializados para niños, niñas y adolescentes ante cualquier tipo de violencia, abuso o vulneración de cualquiera de sus derechos. Al contar con autoridades de protección más preparadas para atender sus casos, se beneficiaron directamente a 35,000 niñas, niños y adolescentes en México.
Paralelamente, lideramos un mapeo de las personas que intervienen en la protección de los derechos de niñas, niños y adolescentes, para detectar cuáles son sus necesidades y qué habilidades requieren fortalecer para desempeñar su labor. A partir de los resultados, crearemos herramientas para consolidar sus habilidades profesionales, elaboraremos estándares de competencias y brindaremos opciones de capacitación para que refuercen sus conocimientos y habilidades.
Como parte de la estrategia para reforzar las capacidades de las personas que trabajan en los sistemas de protección de los tres órdenes de gobierno, también contribuimos con el desarrollo e implementación del Primer Diplomado en Derechos de niñas, niños y adolescentes con perspectiva de género, impartido a través de la Universidad Abierta y a Distancia de México de la SEP y en colaboración con la Secretaría Ejecutiva del SIPINNA. Tras seis meses, 208 funcionarios y funcionarias de los SIPINNA a nivel nacional, estatal y municipal concluyeron el diplomado con éxito y adquirieron conocimientos técnicos y habilidades prácticas, que les ayudarán a mejorar su capacidad de garantizar y proteger los derechos de la infancia.
Asimismo, fortalecer el sistema de protección infantil en México también conlleva acciones que permiten prevenir y responder a la violencia. Por lo tanto, articulamos con gobierno y organizaciones de la sociedad civil algunas intervenciones contra la violencia, en particular en torno a la prevención, detección y respuesta. Por ejemplo, brindamos asistencia técnica al sector salud en la elaboración de un manual para detectar los indicios de violencia y canalizarlos oportunamente.
De igual manera, continuamos con el impulso del Plan de Acción de México de la Alianza Global para poner Fin a la Violencia contra Niñas, Niños y Adolescentes. En este marco desarrollamos un documento estratégico, que define las acciones prioritarias para enfrentar la violencia contra la niñez. El documento se presentó tanto a la Comisión Interinstitucional sobre Violencia como a la Secretaría Ejecutiva del SIPINNA y se convirtió en la base del nuevo Plan de Acción Nacional para prevenir y abordar la violencia para el período 2019-2024. En ese sentido, intensificamos nuestros esfuerzos para capacitar a 12 instituciones federales, 16 SIPINNA estatales y 12 organizaciones de la sociedad civil en la implementación de las estrategias INSPIRE, orientadas a poner fin a la violencia contra la niñez.
Alianza global para poner fin a la violencia
contra las niñas, niños y adolescentes
Todas las formas de violencia que viven las niñas, niños y adolescentes son inaceptables y perjudiciales para su desarrollo. Es necesario prevenirlas y atender sus consecuencias cuando ocurren.
Por otra parte, el problema de la carencia de datos sobre violencia contra niñas, niños y adolescentes ha aumentado las posibilidades de que sufran actos violentos de forma recurrente. Por lo tanto, dificulta la toma de decisiones de política pública basadas en evidencia. Por ello, publicamos el Panorama estadístico de la violencia contra la niñez y la adolescencia en México, con la finalidad de visibilizar las formas de violencia y emitir recomendaciones a los tres niveles de gobierno, y así fortalecer los sistemas de información y diseñar esquemas de alerta temprana, a los cuales se suman programas integrales de prevención y atención ante cualquier situación de violencia que puedan vivir las niñas, los niños y los adolescentes.
De acuerdo con la Encuesta Nacional de Niñas, Niños y Mujeres (ENIM), el castigo corporal (manazos, pellizcos o nalgadas) todavía es aceptado socialmente y visto con naturalidad como método de disciplina infantil. Por ello, en 2019 colaboramos con la Embajada de Suecia en México y la Secretaría Ejecutiva del SIPINNA para organizar una consulta y conversatorio con expertos, que fomentó el intercambio de experiencias sobre la prevención y erradicación del castigo corporal. Estos eventos nos permitieron abogar ante el Senado de la República para solicitar la prohibición legal del castigo corporal. Como resultado de esa labor, el Senado prohibió el castigo corporal, modificando el artículo 44° de la Ley General de los Derechos de Niñas, los Niños y los Adolescentes. Estamos en espera de la aprobación de la Cámara de Diputados para que entre en vigor lo antes posible.
Generar un cambio en las normas sociales que toleran la violencia es una prioridad para nosotros; por ello, asumimos un papel principal dentro de la Iniciativa Spotlight, que busca eliminar todas las formas de violencia contra las mujeres y las niñas en el mundo. Trabajamos estrechamente con cinco agencias del Sistema de las Naciones Unidas en México: PNUD, ONU Mujeres, UNFPA, ONU Derechos Humanos y UNODC, y hemos encabezado las acciones de prevención de la violencia mediante el cambio de comportamiento, actitudes y prácticas que dan lugar a la violencia basada en género.
En este marco, nuestros esfuerzos se encauzaron hacia la creación de un programa integral de habilidades para la vida, incorporado al sistema educativo y adaptado a diversos contextos. Asimismo, diseñamos e implementamos espacios seguros para niñas, niños y adolescentes, donde cotidianamente ejercen sus derechos a la participación, juego, deporte, cultura y educación, reduciendo riesgos y fortaleciendo los factores que previenen la violencia.
En 2019 pusimos en operación 12 espacios seguros y amigables para niñas, niños y adolescentes en seis municipios de Chihuahua y Guerrero, ubicados tanto en el entorno comunitario como en el ámbito escolar. Los espacios seguros son lugares cercanos a las necesidades de las niñas, niños y adolescentes, donde se reducen los riesgos asociados a la violencia, como el reclutamiento por el crimen organizado, y se fortalecen las habilidades esenciales para la vida, como la capacidad de resiliencia, participación o resolución de conflictos, a través de actividades socioeducativas, recreativas y artísticas.
Los espacios seguros en Guerrero y Chihuahua se desarrollan en comunidades con altos índices de violencia y violaciones graves de derechos humanos. Al ser intervenidos, estos lugares se vuelven remansos de paz que permiten a las niñas, niños y adolescentes expresarse y llevar a cabo procesos terapéuticos para su atención psicoemocional. A la fecha hemos atendido a 2,192 niñas, niños y adolescentes en los espacios seguros de Iguala, Huitzuco y Atenango en Guerrero, y en Chihuahua, Juárez y Guachochi en el estado de Chihuahua.
Sabemos que uno de los entornos en donde las y los adolescentes están expuestos a la violencia es la escuela. Junto con la Oficina de Ayuda Humanitaria de la Comisión Europea (ECHO), emprendimos el proyecto Comunidades en armonía: por la niñez y la adolescencia, dirigido a 4,500 adolescentes entre 12 y 15 años que viven en contextos violentos de cuatro municipios del estado de Guerrero. Además de buscar mejorar los logros de aprendizaje, el proyecto se orientó a la creación de entornos seguros dentro y alrededor de la escuela, ya que trabajó en el desarrollo de habilidades para la vida, la resolución pacífica de conflictos, la igualdad de género y la resiliencia ante cualquier tipo de situación violenta. Gracias a los resultados muy positivos de este proyecto entre las y los adolescentes, la Secretaría de Educación de Guerrero ha contemplado incluir el componente de habilidades para la vida en los planes de estudio estatales.