Para cada niña, niño y adolescente, una oportunidad justa en la vida
Informe anual 2019

La pobreza es una de las principales barreras que impide que todas las niñas, niños y adolescentes puedan crecer y desarrollar todo su potencial. En México, más de la mitad de la infancia y la adolescencia vive en condiciones de pobreza; en otras palabras, cerca de 20 millones de niñas, niños y adolescentes hoy viven en pobreza y presentan grandes carencias como la ausencia de protección social y de una buena alimentación, entre otras.
Todas las niñas, niños y adolescentes deben tener una oportunidad justa en la vida para disfrutar de todo su potencial.
En 2019 trabajamos en visibilizar la pobreza infantil y encontrar vías para hacer frente a las disparidades que viven la niñez y la adolescencia en el país, continuando nuestra colaboración con el Consejo Nacional para la Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL) para producir el informe sobre la Pobreza infantil y adolescente 2008-2016, un análisis de la situación de la niñez en los últimos ocho años. Este informe destaca que la pobreza infantil en México no ha presentado avances importantes, ya que solo disminuyó 0.8 puntos porcentuales durante el periodo analizado. Este documento también resalta la importancia de atender a las niñas y niños indígenas y aquellos que viven en hogares con miembros con discapacidad, dada su amplia vulnerabilidad.
Por lo anterior, presentamos los resultados del informe de Pobreza infantil y adolescente ante representantes de las principales secretarías e instancias de gobierno federal, para resaltar la importancia de desarrollar políticas públicas que atiendan primordialmente a las familias con niñas y niños en situación de pobreza. Hicimos también un llamado a asegurar una cobertura adecuada de los programas sociales y una atención oportuna para los grupos que enfrentan mayores vulnerabilidades.
Respecto a las políticas y programas de protección social para la infancia y la adolescencia, este año realizamos un estudio sobre cómo adaptar los programas de protección social a las situaciones de emergencia y presentamos nuestras recomendaciones a la Secretaría de Bienestar, entre las cuales destaca mejorar las reglas de operación del Programa para el Bienestar de las Personas en Emergencia Social o Natural y de las transferencias de efectivo a poblaciones afectadas por las emergencias.

La pobreza no está asociada solo a la falta de ingreso en los hogares, sino también involucra otras carencias: salud, educación y sanidad, entre otras. Darle solución requiere tener un conocimiento detallado de estos factores y proponer acciones integrales para atenderlos.
Al mismo tiempo, colaboramos con el Consejo de Evaluación del Desarrollo Social de la Ciudad de México (EVALUA), institución responsable de medir la pobreza y evaluar los programas sociales en el gobierno capitalino y acompañamos la conceptualización y lanzamiento del programa de transferencias de efectivo Mi Beca para Empezar, cuyo objetivo es apoyar el ingreso familiar de las niñas, niños y adolescentes en la red pública de educación. Dicho programa beneficia actualmente a más de 1 millón de estudiantes. Adicionalmente, junto con EVALUA, anunciamos un esfuerzo conjunto de acompañamiento a la implementación del programa, mediante el desarrollo de un diagnostico socioeconómico de la población beneficiaria y la realización de grupos focales sobre los avances del programa y potenciales ajustes durante el 2020. Estas acciones permitirán al Gobierno de la Ciudad de México conocer mejor las características de la población infantil en la ciudad y le dará herramientas para orientar la implementación de sus programas sociales hacia quienes más lo necesitan.
Durante el año logramos avanzar en nuestro trabajo de inversión pública para la infancia mediante la colaboración con la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), para mejorar la metodología en la que se basa el cálculo del Anexo Transversal de Infancia y Adolescencia del presupuesto gubernamental, el cual es un esfuerzo que continuará durante el 2020.
Finalmente, para llenar los vacíos de información acerca de grupos de población sobre los cuales todavía no se tienen suficientes datos -en particular la primera infancia- unimos esfuerzos con el Instituto Nacional de Salud Pública para finalizar las pruebas de campo del módulo desarrollo infantil temprano de la Encuesta de Indicadores Múltiples y Conglomerados (MICS por sus siglas en inglés) de UNICEF. Estas pruebas tienen como objetivo mejorar la medición del Índice de Desarrollo Infantil Temprano, una medición global sobre el desarrollo de niñas y niños de 0 a 5 años relacionada con el acceso a servicios de atención y desarrollo de la primera infancia de la Meta 4 - Educación de calidad de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
Contar con datos sobre la infancia es una manera de conocer quienes son, donde viven, como se desarrollan y qué necesidades enfrentan los niños, niñas y adolescentes; así, tener información estadística actualizada periódicamente es fundamental para diseñar políticas públicas orientadas a contrarrestar las desigualdades.