Criar a tu hija o hijo para que coma de forma saludable
6 maneras para que tus hijos adopten hábitos saludables de por vida
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Una buena alimentación y nutrición son la base de la salud de los niños y las niñas y aportan beneficios que pueden durar toda la vida. Enseñarle a tu hijo o hija sobre alimentación saludable desde temprana edad les ayudará a tener una relación positiva con la comida hasta la adultez. Y créelo o no, moldear estos hábitos no solo puede ser divertido y saludable para tu hijo o hija, ¡también lo es para toda la familia! Encuentra aquí seis maneras de empezar.
1. Fomenta hábitos positivos
Tus hijas e hijos pequeños observan todo lo que haces, incluso a la hora de comer. Tú puedes ser un buen ejemplo a seguir cuando buscas alimentos, bebidas y refrigerios saludables y participas en actividades físicas divertidas. Cuando eliges poner alimentos integrales y saludables en la mesa, estás dándole un gran ejemplo a tu hijo o hija.
Trata de incluir a tus hijos e hijas cuando compres o prepares los alimentos. Disfrutarán ser parte de la preparación de comidas deliciosas y saludables para la familia.
Aprovecha la comida como una oportunidad de aprendizaje: busquen juntos los diferentes grupos de alimentos y descubran los nutrientes y las vitaminas que necesita nuestro cuerpo.
2. Mantén una relación sana con la comida
Tener una mentalidad sana en torno a la alimentación es fundamental para la salud a lo largo de la vida y para protegerse de enfermedades, como las cardiopatías, el cáncer y la diabetes. Puedes guiar a tu hija o hijo pequeño de las siguientes formas:
Ayudándolo a entender si tiene la sensación física del hambre. Esto le ayudará a estar en sintonía con las necesidades de su cuerpo.
Evitando usar la comida como recompensa o castigo, ya que esto puede llevar a que el niño o niña se forme una relación poco saludable con los alimentos.
No prohibiendo unos alimentos específicos. Restringir ciertos alimentos, como los dulces, puede hacer que tu hijo o hija los desee aún más.
En lugar de prohibir alimentos y bebidas poco saludables, limita el tamaño de las porciones y crea expectativas de consumirlos con poca frecuencia (es decir, no todos los días). Habla con tus hijos e hijas acerca de por qué ciertos alimentos son mejores opciones que otros. Por ejemplo, si tu hijo o hija quiere algo dulce, explícale por qué un alimento integral con azúcares naturales, como una fruta, es una mejor opción que un alimento procesado, como un cereal dulce con azúcar añadida. Trata de usar recompensas que no sean alimentos, como una actividad familiar divertida para premiar un buen comportamiento.
¿Sabías que cuanto más amplia sea la gama de experiencias alimentarias de tu niña o niño, más probable será que ella o él continúe comiendo variedad de opciones de los cinco grupos de alimentos?
3. Olvídate de decirle “¡termina todo lo que hay en tu plato!”
Aunque podrías pensar que esto le ayudaría a tu hijo o hija a obtener los nutrientes de los alimentos que necesita, estos comportamientos pueden conducir al rechazo de alimentos y crear asociaciones negativas relacionadas con la hora de comer. Si no puedes hacer que tu hijo o hija coma verduras, intenta que te vea a ti comiéndolas y disfrutándolas. Tu niña o niño aprende a elegir los alimentos a partir de tu ejemplo, así que intenta animarlo todo lo que puedas. También puedes probar ofrecerle pequeñas cantidades de una fruta o verdura con otro alimento saludable que le guste o pedirle que escoja uno nuevo para probarlo juntos. Servir frutas y verduras de formas divertidas y coloridas también puede ayudar a que se vean atractivas en el plato. Recuerda que puedes necesitar varios intentos para que tus niños y niñas prueben y disfruten de nuevos alimentos, ¡no te rindas!
4. Haz que el control de las raciones sea una prioridad
Las porciones demasiado grandes pueden provocar un aumento de peso, por lo que es importante que enseñes a tu hijo o hija cuál es la cantidad de comida que debe tener en el plato. Una manera fácil de enseñarle sobre el tamaño de las porciones para cada persona es usar imágenes, como por ejemplo: un puño cerrado para una porción de pasta, arroz o cereal. Una porción de carne debe ser tan grande como la palma de la mano. La cantidad de grasas como la mantequilla debe limitarse al tamaño de la punta de su pulgar.
¿Sabías que los niños y niñas tienen una capacidad innata de ajustar la ingesta para satisfacer sus necesidades energéticas?
5. Empieza el día con un desayuno saludable
Las mañanas pueden ser ajetreadas para muchas familias, pero comenzar el día con una comida balanceada le ayuda a tu hijo o hija a obtener los nutrientes importantes, como el calcio y la fibra, que son necesarios para su crecimiento y desarrollo. Trata de crear desayunos con ingredientes ricos en nutrientes como yogur natural y fruta fresca, en lugar de cereales o pasteles endulzados, que tienden a ser altos en calorías y bajos en nutrientes. También encontrarás que tu niña o niño se mantiene satisfecho por más tiempo.
6. Haz que la actividad sea divertida
Los niños y las niñas necesitan al menos 60 minutos de actividad física al día. ¿Por qué no unirse a la diversión? Intenta planificar actividades familiares, como caminatas después de la cena o natación, que hagan que todos se muevan. Actúa con espontaneidad cuando se presente una oportunidad, como bailar juntos cuando suena una canción favorita en la radio. También es importante alentar a tu hijo o hija a limitar el tiempo sedentario que pasa frente a una pantalla (la OMS recomienda no más de una hora por día en niños de 2 a 4 años) para concentrarse en juegos activos que requieren movimiento.
Incluir alimentos saludables y actividades divertidas cada día ayudará en el desarrollo de tu hija o hijo, mejorará su salud y lo preparará para tomar decisiones positivas y saludables durante toda su vida.