Cómo gestionar la ansiedad
La ansiedad se convierte en un problema cuando la preocupación continúa y dificulta la vida cotidiana.
👉 Síguenos en nuestro canal de WhatsApp: UNICEF Portal de Crianza para más consejos.
También te puede interesar: Crianza | Alimento y nutrición | Aprendizaje inicial | Cuidado cariñoso y sensible | Salud | Seguridad y protección | Breves clases magistrales para madres, padres y cuidadores
Es natural que las niñas, niños y adolescentes se sientan preocupados y ansiosos a veces, por cosas como las amistades, hablar delante de una multitud o hacer un examen. La ansiedad se convierte en un problema cuando la preocupación continúa y dificulta la vida cotidiana. La buena noticia es que, con la ayuda profesional adecuada y mediante el desarrollo de habilidades de afrontamiento positivas, la ansiedad se puede tratar.
Ir a:
¿Qué es la ansiedad?
¿Qué causa la ansiedad?
La ansiedad en niños, niñas y adolescentes
Signos y síntomas de la ansiedad en las niñas, niños y adolescentes
Cómo ayudar a tu hijo o hija a sobrellevar la ansiedad
Cuándo buscar ayuda profesional
¿Qué es la ansiedad?
La ansiedad es la sensación que se tiene cuando algo te preocupa o te asusta. Es un sentimiento natural y humano de miedo o pánico. Después, solemos calmarnos y sentirnos mejor. La ansiedad es el temor y la tensión anticipados ante una amenaza o riesgo real o no de daño, malestar o afectación.
Pequeñas cantidades de preocupación y miedo pueden ayudarnos a mantenernos a salvo e incluso a protegernos del peligro. Pero a veces la ansiedad puede hacernos sentir que las cosas son peores de lo que realmente son y puede resultar abrumadora. La preocupación constante puede conducir a una ansiedad prolongada.
Si la ansiedad impide a su hija o hijo hacer cosas que le gustan o se sienten preocupados o presa del pánico en una situación que no es estresante, es importante que reciba apoyo para ayudarles a sentirse mejor.
¿Qué causa la ansiedad?
Puede ser difícil determinar las causas exactas de la ansiedad. Cuando nos enfrentamos a situaciones estresantes, saltan las alarmas en nuestro cerebro diciéndonos que algo no va bien y que tenemos que solucionarlo. Para que la situación difícil desaparezca, nuestro cerebro nos pone más alerta, nos impide pensar en otras cosas e incluso bombea más sangre a las piernas para ayudarnos a huir.
Ansiedad en niñas, niños y adolescentes
Las niñas y los niños pueden sentirse ansiosos por distintas cosas, a distintas edades. Muchas de estas preocupaciones forman parte natural de su crecimiento y desarrollo.
Entre los 6 meses y los 3 años es muy frecuente que los niños pequeños tengan ansiedad por la separación. Pueden volverse pegajosos y llorar cuando se separan de sus padres o cuidadores. Se trata de una etapa normal en su desarrollo, que debería desaparecer de forma progresiva en torno a los 2 o 3 años.
También es frecuente que las niñas y los niños en edad preescolar desarrollen miedos o fobias específicos, como a los animales, los insectos, las tormentas, las alturas, el agua, la sangre y la oscuridad. Estos miedos suelen desaparecer gradualmente por sí solos.
Muchas niñas y niños sienten ansiedad cuando van a un colegio nuevo o antes de los exámenes, o se sienten tímidos en situaciones sociales.
Si tu hija o hijo no supera los miedos y preocupaciones habituales, o si empiezan a interferir en el colegio, la casa o el juego, puede significar que necesita el apoyo de un profesional de la salud mental.
Recuerda que sólo un médico o un profesional de la salud mental puede diagnosticar un trastorno mental, así que no dudes en pedir consejo a un profesional si estás preocupada/o por tu hija o hijo.
Signos y síntomas de la ansiedad en las niñas, niños y adolescentes
Los síntomas de ansiedad pueden ser complicados e incluso pueden aparecer mucho tiempo después de un acontecimiento estresante. He aquí algunos de los signos y síntomas más frecuentes:
Manifestaciones físicas
- Falta de aliento, dolores de cabeza o sensación de desmayo.
- Corazón acelerado y, a veces, tensión arterial alta.
- Inquietud, temblores o debilidad en las piernas.
- Malestar estomacal: retortijones, diarrea o visitas frecuentes al baño.
- Dificultad para dormir o falta de apetito.
- Boca seca, sudoración excesiva o sensación de calor.
Manifestaciones emocionales y mentales
- Sensación de pánico o nerviosismo.
- Sentirse abrumado o temeroso.
- Sentirse fuera de control en una situación.
- Cansancio y mal humor.
- Fijación excesiva en situaciones futuras cercanas o lejanas.
Manifestaciones conductuales
Dificultad para centrarse en las cosas: falta de concentración.
Aislamiento social (evita salir de casa, viajar en carro, ir al colegio, entre otras).
Las niños, niños y adolescentes que presentan ansiedad tienden a necesitar que sus madres, padres y personas cuidadoras les tranquilicen constantemente. Como también pueden mostrarse tranquilos y deseosos de agradar, es fácil pasar por alto su estado. Esté atento a los signos de ansiedad para poder buscar ayuda y atenderles pronto si es necesario.
Cómo ayudar a tu hija o hijo a sobrellevar la ansiedad
Si tu hija o hijo se sienten ansiosos, lo primero que puedes hacer es recordarles que esa sensación pasará. Esto les ayudará a tranquilizarse y a sentirse menos ansiosos. Hay cosas que puedes hacer para ayudarle a sobrellevar la situación y estar mejor preparado.
- Exploren juntos la sensación: Pide a tu hija o hijo que observe sus sentimientos de ansiedad y que te cuente qué le ocurre cuando se siente ansiosa o ansioso, cómo se siente, cuánto dura el sentimiento y cuál puede ser la razón de sentirse asi. Cuanto más entiendan el sentimiento y se sientan seguros, más fácil les resultará controlarlo.
- Cambiar el enfoque: Como no pueden controlar sus sentimientos, las niñas, niños y adolescentes suelen hacerse preguntas que no pueden responder, como "¿por qué está pasando esto?" o "¿por qué a mí?". Hacerles preguntas como "¿qué te apetece cenar?" puede ayudarles a sentirse capacitados y a centrarse en el presente.
- Apoye los hábitos saludables: Dormir y comer bien puede influir positivamente en los sentimientos de ansiedad, ya que a menudo nos sentimos agotados después de sentir ansiedad durante periodos prolongados de tiempo. Los expertos recomiendan de 9 a 12 horas de sueño por noche para los niños de 6 a 12 años. Las y los adolescentes necesitan de 8 a 10 horas por noche. Para proteger el tiempo de sueño, limite el tiempo de pantalla por la noche y evite tener dispositivos digitales en el dormitorio.
- Ayúdales a utilizar sus sentidos: Nuestros sentidos son herramientas poderosas para hacer frente a los sentimientos de pánico, ansiedad y estrés. He aquí una forma sencilla de animar a tu hija o hijo a utilizarlos:
Pídele que se siente cómodamente y que respire lentamente. Ahora pídele que nombre algunas cosas que no le causen estrés: 4 cosas que pueda ver, 3 cosas que pueda oír, 2 cosas que pueda oler y 1 cosa que pueda saborear.
- Practica la respiración abdominal: a menudo, cuando estamos ansiosos, nuestra respiración se vuelve superficial, alta en el pecho, y nos olvidamos de respirar profundamente en el abdomen. La respiración abdominal es muy calmante y nos ayuda a llevar oxígeno a los pulmones. He aquí un sencillo proceso de tres pasos:
- Coloca la mano sobre el estómago.
- Respira hondo 5 veces, 5 segundos inspirando y 5 segundos espirando, inspirando por la nariz y espirando por la boca.
- Explícale que cuando inhala, está hinchando la barriga suavemente como un globo, y que cuando exhala, el aire vuelve a salir lentamente del globo.
¿Cuándo buscar ayuda profesional?
Si la ansiedad está afectando a la vida diaria de tu hija o hijo, el tratamiento profesional puede suponer una gran diferencia. El médico puede remitirle a un profesional de la salud mental para que le haga una evaluación y te aconseje sobre el tratamiento más adecuado. Si se le ofrece asesoramiento o psicoterapia, tu hija o hijo podrá hablar con un profesional de la salud mental cualificado sobre lo que siente y las formas de afrontarlo.
Como madre, padre o familiar, es importante saber que los sentimientos de ansiedad de tu hijo o hija no son un reflejo de tu forma de criar o una forma llamar la atención. Puede ser una situación estresante y grave, pero con tu atención, cariño y cuidados, la ansiedad puede controlarse y superarse.