UNICEF y los Objetivos de Desarrollo Sostenible
Invertir en los niños y los jóvenes para lograr un mundo más equitativo, justo y sostenible para todos
Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) fueron aprobados por todos los Estados Miembros de las Naciones Unidas en 2015, con el fin de eliminar la pobreza, reducir la desigualdad y lograr unas sociedades más pacíficas y prósperas para 2030. Los ODS, conocidos también como los Objetivos Mundiales, constituyen un llamamiento a la acción para crear un mundo donde nadie se quede atrás.
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Los ODS no se pueden alcanzar si no se respetan los derechos de los niños y los adolescentes. Mientras los dirigentes mundiales trabajan para cumplir con la promesa de la Agenda 2030, los niños de todo el mundo están reivindicando sus derechos a la buena salud, a la educación y a un planeta limpio, entre otros. Como líderes del mañana, la capacidad de los niños para proteger el futuro de todos nosotros dependerá de lo que hagamos hoy por garantizar sus derechos.
Más de 100 Estados Miembros han renovado su compromiso con respecto a los derechos de los niños y los adolescentes en el contexto de la aplicación de los ODS. UNICEF colabora con gobiernos, aliados y otras entidades de las Naciones Unidas al objeto de ayudar a los países a asegurar que los objetivos produzcan resultados para cada niño y con su participación. Ahora y en generaciones venideras.

Poner fin a la pobreza en todas sus formas en todo el mundo.
La pobreza priva a los niños de su derecho fundamental a la nutrición, el agua, la educación, la protección y la vivienda, entre otros, y reduce su capacidad de construir un futuro mejor para sí mismos y las generaciones venideras. Si no hay una intervención a escala mundial, lo más probable es que la pobreza infantil agrave la desigualdad social y prive a los niños y niñas más vulnerables de los servicios que necesitan para sobrevivir y prosperar.
Se calcula que en todo el mundo casi uno de cada cinco niños –es decir, 385 millones– viven en la pobreza extrema. UNICEF invierte en mejorar los servicios sociales para que todos los niños puedan satisfacer sus necesidades básicas.
Leer cómo implementar el ODS 1.

Poner fin al hambre, lograr la seguridad alimentaria y mejorar la nutrición, y promover la agricultura sostenible.
La nutrición óptima es la base de la supervivencia, la salud y el desarrollo de los niños. Los niños que están bien alimentados son más capaces de crecer y aprender, de participar en sus comunidades y de resistir frente a las enfermedades, los desastres y otras situaciones de emergencia.
Casi la mitad de las muertes de menores de 5 años que se registran en todo el mundo pueden atribuirse a la subnutrición. En UNICEF nos esforzamos por eliminar los obstáculos que dificultan la alimentación óptima, centrándonos en prevenir todas las formas de malnutrición, en especial el retraso en el crecimiento, la emaciación y el sobrepeso. Nuestro propósito es asegurar que cada niño, cada joven y cada mujer dispongan de la alimentación nutritiva, segura, asequible y sostenible que necesitan para alcanzar el pleno desarrollo de sus posibilidades.
Leer cómo implementar el ODS 2.

Garantizar una vida sana y promover el bienestar para todos en todas las edades.
En la actualidad hay más niños que nunca que sobreviven y, sin embargo, solo en 2018 murieron 6,2 millones de niños y adolescentes jóvenes, la mayoría por causas que se pueden prevenir.
UNICEF trabaja en todo el mundo para fortalecer los sistemas de salud; para inmunizar y tratar a los niños contra la neumonía, la diarrea, el paludismo y otras afecciones de salud; para ayudar a los países a combatir las enfermedades no contagiosas; y para ayudar a los niños que padecen trastornos de salud mental, retraso en el crecimiento y discapacidad. Además, con miras a erradicar las muertes maternas, neonatales e infantiles que son prevenibles y promover la salud y el crecimiento de todos los niños y adolescentes, UNICEF continúa ampliando sus intervenciones en materia de atención primaria de la salud en el ámbito comunitario.
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Garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad y promover oportunidades de aprendizaje durante toda la vida para todos.
En la actualidad hay más niños y adolescentes que nunca matriculados en la educación preescolar, primaria y secundaria. Y en general, el número de hembras y varones que asisten a la escuela es casi igual. Sin embargo, para muchos niños, estar escolarizado no significa aprender.
El progreso para mejorar el acceso a la educación y la calidad de la enseñanza no ha sido homogéneo en todo el mundo. Asegurar que todos los niños puedan asistir a la escuela y aprender es fundamental para combatir la pobreza, prevenir la enfermedad y construir sociedades más resistentes y pacíficas.
UNICEF concentra el interés en la equidad y la inclusión para ofrecer oportunidades educativas y programas de capacitación de alta calidad a todos los niños, desde la primera infancia hasta la adolescencia, sin importar quiénes sean, dónde vivan o cuán rica sea su familia.
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Lograr la igualdad entre los géneros y empoderar a todas las mujeres y las niñas.
Las normas de género nocivas se manifiestan de distintas formas; algunos ejemplos son el abandono escolar para asumir responsabilidades en el hogar, el matrimonio forzoso, o la violencia infligida por razón de género.
Las disparidades de género pueden comenzar al nacer, y aumentan a medida que el niño o la niña crecen. En la actualidad hay en todo el mundo cerca de 650 millones de niñas y mujeres que contrajeron matrimonio en la infancia, y más de 200 millones que han sido sometidas a la mutilación genital femenina.
La igualdad de género es un derecho humano. Es, además, una condición imprescindible para reducir la pobreza e impulsar el desarrollo. UNICEF trabaja en todo el mundo para que las niñas y los niños disfruten de los mismos derechos, recursos, oportunidades y protecciones. En toda nuestra programación integramos resultados que tengan en cuenta el género con el fin de asegurar que todos los niños, sean mujeres o varones, crezcan, aprendan y progresen. Damos prioridad a cuestiones como la crianza positiva, el empoderamiento de las niñas y el análisis de datos, para ayudar a los gobiernos a visibilizar las barreras que dificultan la igualdad de género.
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Garantizar la disponibilidad de agua y su gestión sostenible y el saneamiento para todos.
La contaminación del agua y el saneamiento deficiente son dos de las principales causas de muerte de menores de 5 años. Sin unos servicios adecuados de agua, saneamiento e higiene (WASH), los niños corren un mayor riesgo de contraer enfermedades que son prevenibles y de padecer problemas graves de salud como la malnutrición y el retraso en el crecimiento.
La falta de saneamiento e higiene también socava el progreso en otras esferas del desarrollo, como la educación y la igualdad de género.
UNICEF se esfuerza por llevar agua limpia, saneamiento básico e instalaciones de higiene a los hogares, las escuelas y los centros de salud para que los niños puedan crecer y aprender en un entorno seguro. Por ejemplo, en 2018, ayudamos a suministrar agua potable a más de 43 millones de personas en las situaciones humanitarias que se produjeron en 64 países.
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Garantizar el acceso a una energía asequible, segura, sostenible y moderna para todos.
Cada año mueren más de medio millón de menores de 5 años por causas relacionadas con la contaminación atmosférica. Y otros tantos más sufrirán daños irreversibles que afectarán al desarrollo de su cerebro y sus pulmones.
El acceso a la energía asequible y limpia es fundamental para el crecimiento y el bienestar de los niños. Y los beneficios que se derivan de la energía renovable no se limitan solo a la salud física, pues además de prevenir las emisiones tóxicas, la energía renovable hace posible dotar de alumbrado y conectividad a zonas donde no hay redes de suministro eléctrico. Esto facilita la educación al hacer que sea posible cocinar para los niños en la escuela y cargar linternas solares para que puedan estudiar.
UNICEF colabora con aliados en la tarea de impulsar la energía sostenible, abasteciendo energía solar a las escuelas, suministrando bombas solares a comunidades que son vulnerables a las sequías e inundaciones y ofreciendo otras soluciones de suministro energético independiente que favorecen la salud y el aprendizaje de los niños.
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Promover el crecimiento económico inclusivo y sostenible, el empleo y el trabajo decente para todos.
Actualmente el índice de desempleo entre los jóvenes es del 13%, tres veces mayor que entre los adultos. Si no invertimos urgentemente en educación y capacitación, la mayor parte de esta población de jóvenes que aumenta a gran velocidad –se prevé que llegue a los 2.000 millones para 2030– carecerá de la cualificación necesaria para competir en el mercado laboral.
Entretanto, cerca de 1 de cada 10 niños de todo el mundo son víctimas del trabajo infantil, de los cuales casi la mitad realizan trabajos peligrosos. El trabajo infantil es tanto una causa como una consecuencia de la pobreza, que perpetúa la desigualdad social y la discriminación. UNICEF trabaja en todo el mundo para prevenir y combatir el trabajo infantil abordando las repercusiones que las cadenas de suministro y las prácticas empresariales tienen sobre los niños y brindándoles servicios de rehabilitación y reinserción. Asimismo, UNICEF trabaja con aliados de las Naciones Unidas para fomentar las aptitudes y el empleo de los jóvenes, por ejemplo, mediante la iniciativa denominada Generación sin límites, una alianza cuyo fin es asegurar que para 2030 todas las personas jóvenes estén empleadas, cursen estudios o reciban algún tipo de capacitación.
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Construir infraestructuras resilientes, promover la industrialización inclusiva y sostenible y fomentar la innovación.
Aproximadamente 4.000 millones de personas carecen de conexión a internet, y casi una tercera parte de ellas tienen entre 18 y 24 años. Esta creciente población de personas jóvenes corre peligro de quedar rezagada y excluida del moderno mundo digital y del uso de tecnologías que podrían mejorar sus vidas de forma drástica.
UNICEF lleva ya mucho tiempo aplicando la innovación en contextos humanitarios y de desarrollo. Hemos colaborado con aliados en la creación de tecnologías para mantener la refrigeración de las vacunas, para detectar y tratar la malnutrición y para llevar agua salubre a las comunidades rurales.
Por medio de un fondo de innovación específico, UNICEF invierte en conceptos como la cadena de bloques, la realidad virtual y la realidad aumentada, el aprendizaje automático y la inteligencia artificial, con miras a hallar soluciones versátiles a dificultades generalizadas que afectan a todo el mundo.
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Reducir la desigualdad en y entre los países.
El progreso en la tarea de erradicar la pobreza ha sido desigual. La pobreza es tan solo una de las razones que pueden hacer que se excluya a los niños y niñas de la atención y los servicios básicos; también se les excluye en todo el mundo debido a la discriminación basada en el género, la discapacidad, el idioma y la etnicidad. La marginación que afecta a estos grupos hace difícil que puedan disfrutar del progreso y escapar a la pobreza.
UNICEF invierte en programas y políticas de protección social que reducen las consecuencias de por vida de la pobreza y la discriminación. La protección social –que puede consistir, por ejemplo, en la concesión de becas para los niños, en el suministro de comidas escolares, en la puesta en marcha de programas de capacitación y de otras iniciativas de transferencia de efectivo– conecta a las familias con los servicios de salud, con la alimentación óptima y con la educación de calidad para brindar a todos los niños una oportunidad justa en la vida, independientemente de las circunstancias de su nacimiento.
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Lograr que las ciudades sean más inclusivas, seguras, resilientes y sostenibles.
La mitad de los niños de todo el mundo viven en zonas urbanas, y se prevé que esta cifra alcance el 70% para mediados de siglo.
UNICEF promueve la Iniciativa Ciudades Amigas de la Infancia desde 1996. En colaboración con aliados, apoyamos a los gobiernos en la creación de espacios urbanos donde los niños tengan acceso a los servicios básicos, donde disfruten de aire y agua limpios y donde puedan jugar, aprender y crecer sintiéndose seguros. También ayudamos a asegurar que se escuche la voz de los niños y que sus necesidades se integren en las políticas y los presupuestos públicos.
Leer cómo implementar el ODS 11.

Garantizar modalidades de consumo y producción sostenibles.
Las tendencias actuales de consumo y producción continúan generando residuos tóxicos y agotando valiosos recursos naturales. Pese a que los niños son los menos responsables de la degradación medioambiental, serán ellos quienes soporten la carga peor de consecuencias, principalmente en forma de problemas de salud y crecimiento.
Las pruebas recabadas durante décadas demuestran que los cambios generalizados de conducta a menudo comienzan por los niños; y, por ende, UNICEF fomenta la participación de los niños y niñas a fin de que den ejemplo en sus comunidades promoviendo modalidades de consumo responsables e inocuas para el clima.
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Adoptar medidas urgentes para combatir el cambio climático y sus efectos.
El cambio climático constituye una amenaza directa a la capacidad de los niños para sobrevivir, crecer y prosperar. Cerca del 90% de la carga de morbilidad atribuible al cambio climático recae en los niños menores de 5 años.
Hoy, por vez primera, una generación mundial de niños crecerá en un mundo que se ha tornado mucho más peligroso e incierto como consecuencia del clima cambiante y de la degradación del medio ambiente.
Es imperativo dar unas respuestas eficaces al cambio climático para proteger a los niños de todo el mundo y satisfacer sus derechos. UNICEF colabora con aliados en el ámbito mundial y local para asegurar que los niños puedan vivir en entornos limpios y seguros. Ayudamos a que se sitúe a los niños en el centro de las estrategias y los planes de respuesta referidos al cambio climático, reconociendo su condición como agentes del cambio que están actuando en todas partes con el fin de proteger el futuro de nuestro planeta.
Leer cómo implementar el ODS 13.

Conservar y utilizar de forma viable los océanos, los mares y los recursos marinos para un desarrollo sostenible.
Actualmente 530 millones de niños viven en zonas que presentan una elevadísima incidencia de inundaciones; y 1 de cada 4 niños vivirán en zonas de sequía extrema para 2040.
Las repercusiones del cambio climático se hacen sentir en todo el mundo. Para muchos niños, los cambios en el clima se manifiestan por medio de cambios en el agua.
En las temporadas de sequías o inundaciones, y en las zonas donde ha aumentado el nivel del mar o el hielo y la nieve se han derretido de forma repentina, los niños se están quedando sin el agua que necesitan para vivir. El aumento del nivel de mar puede llevar a que el agua salada se infiltre en las fuentes de agua dulce, haciendo que sean inaptas para el consumo. Esto ya ocurre en las zonas costeras de baja altitud y en pequeños estados insulares en desarrollo, donde vive en torno a un 25% de la población mundial.
UNICEF brinda apoyo a los pequeños estados insulares en desarrollo y a otras comunidades que sufren las repercusiones de la elevación del nivel marítimo, del aumento de la sequía y la escasez de agua, de la intensificación de las lluvias y las inundaciones y del deshielo de nieves, glaciares y hielos marinos. Les ayudamos velando por que dispongan de servicios de agua salubre, saneamiento e higiene.
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Proteger, restaurar y promover el uso sostenible de los ecosistemas terrestres; gestionar sosteniblemente los bosques; combatir la desertificación; detener e invertir la degradación de las tierras, y detener la pérdida de biodiversidad.
La degradación del suelo, junto a la pérdida de bosques, de especies y de biodiversidad, está estrechamente vinculada con el cambio climático y representa una grave amenaza a la capacidad de los niños para sobrevivir, crecer y progresar.
Si bien estas cuestiones no son temas centrales de los programas de UNICEF, los niños y los jóvenes han manifestado en términos inequívocos que conservar y proteger todas las formas de vida del planeta es importante para lograr el bienestar de las personas, la prosperidad y la paz. UNICEF reconoce y fomenta el liderazgo que los niños y jóvenes están asumiendo en la labor de denunciar y combatir la destrucción de la fauna y el medio ambiente. Por ello, invitamos a los niños y niñas a que alcen la voz sobre los problemas medioambientales.
La Juventud Opina es una plataforma especializada que permite a los jóvenes activistas aportar ideas originales y estimulantes sobre asuntos que son importantes para ellos. También colaboramos con aliados de las Naciones Unidas fomentando la participación de los jóvenes por medio de la campaña Wild for Life, cuyo objeto es combatir el comercio ilegal de animales salvajes; esta campaña ha sido recientemente galardonada con un premio.
Leer cómo implementar el ODS 15.

Promover sociedades justas, pacíficas e inclusivas para un desarrollo sostenible, brindar acceso a la justicia para todos y fomentar instituciones eficaces, responsables e inclusivas en todos los niveles.
Ningún niño debería sufrir jamás actos de violencia, maltrato o abandono, y sin embargo, millones de niños en todo el mundo siguen siendo víctimas de la violencia en sus hogares, sus escuelas, sus comunidades y en la red. Los niños desarraigados por causa de conflictos y desastres son particularmente vulnerables a ciertas modalidades de violencia como el trabajo infantil y otras formas de explotación.
La violencia presenta diversas formas –puede ser de índole emocional, física o sexual– y sus efectos pueden durar toda la vida. El hecho de que un niño presencie o sufra un acto de violencia socava su salud, su bienestar y su potencial.
Los gobiernos pueden proporcionar la primera línea de defensa a los niños que están en peligro mediante los sistemas de inscripción del nacimiento, que establecen el derecho de los niños a los servicios sociales básicos, a unos sistemas de justicia equitativos y a otras formas de protección de la infancia.
UNICEF trabaja para erradicar los diversos tipos de violencia que confrontan los niños en todo el mundo, y a tal fin asiste a los gobiernos en la creación de unos sistemas de protección de la infancia más robustos; por ejemplo, apoyando los programas de salud, trabajo social, justicia y aplicación de la ley, e impugnando normas vigentes perjudiciales acerca de la violencia, la explotación y el maltrato.
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Fortalecer los medios de ejecución y revitalizar la alianza mundial para el desarrollo sostenible.
Las alianzas revisten una importancia fundamental a la hora de lograr resultados para cada niño. Todos desempeñamos un papel en la promoción de los ODS.
La capacidad de UNICEF para apoyar y empoderar a los niños y a sus familias depende de nuestros aliados, que aportan recursos fundamentales gracias a los cuales podemos llegar a los niños dondequiera que se encuentren. Trabajamos con una amplia variedad de aliados del ámbito regional, nacional y local y de los sectores público y privado.
En 2018, por ejemplo, nuestras alianzas facilitaron las intervenciones que llevamos a cabo en 285 emergencias humanitarias de 90 países. Gracias al apoyo de nuestros aliados fue posible prestar asistencia durante el parto para 27 millones de bebés en los establecimientos de salud; administrar tres dosis de la vacuna pentavalente a cerca de 65,5 millones de niños; apoyar la educación de 12 millones de niños; y ayudar a tratar a 4 millones de niños que padecían malnutrición aguda grave.
Leer cómo implementar el ODS 17.