“Sentimos que nuestra opinión es valiosa”
Entrevista a Luna Chica, joven lideresa del Cauca

Luna Chica nació en el municipio de Inzá, Cauca. Pese a crecer entre los vaivenes del conflicto armado y las limitaciones económicas para completar su trayectoria educativa sus estudios; hoy, a sus 18 años, esta joven líderesa emprende un nuevo reto en Brasil, donde estudiará Trabajo Social, luego de servir y enseñar durante varios años a su comunidad y enseñar acerca de sobre la importancia de forjar sus liderazgos y hacer oír la voz de los jóvenes como parte de las soluciones.
“Los espacios de participación nos han dado ganas de seguir adelante a pesar de los problemas. Sentimos que nuestra opinión es valiosa, que podemos construir un mejor lugar”, asegura Luna, con una voz que va adquiriendo fuerza y apasionamiento cuando habla de su proceso como líder de la Mesa de Participación de Inzá.
Esta es una historia que nos inspira, como UNICEF, a seguir trabajando en el fomento de capacidades de liderazgo entre los jóvenes a través de la promoción de la participación de las niñas, los niños y los adolescentes en los municipios donde tenemos presencia. Lo anterior incluye el acompañamiento y apoyo a la implementación de iniciativas con enfoque de género, étnico, urbano-rural, entre otros, formuladas y desarrolladas por ellos y ellas directamente, así como del diálogo con los y las mandatarias locales y los equipos de gobierno, para que incidan en las decisiones que se toman.

Cuéntanos un poco sobre ti, ¿cómo llegaste a ser una líder de las mesas de participación?
Yo nací en el Municipio de Inzá y me fui a vivir a Cali a los diez años. Crecí con una mamá y una abuela que fueron lideresas campesinas, ambas hicieron parte de la Asociación Campesina de Mujeres, así que desde niña estuve familiarizada con estos espacios de participación, pero no me veía haciéndolo, pues me daba pena hablar y expresar mis puntos de vista.
Cuando regresé de Cali, luego de vivir varios años allá, ingresé al grupo de chicas positivas y entré a formar parte de la mesa de participación de Inzá. Poco a poco empecé a ganar confianza para hablar y escuchar, y aprendí, sobre todo, a ser empática, pues era fundamental desarrollar la habilidad de comprender y compartir los sentimientos de todas las personas con quienes tenía contacto.
A lo largo de esta etapa como líder de la mesa no solo aprendí acerca de la importancia de saber hablar y expresarse, sino que me entusiasmó mucho poder motivar a otros chicos para que participaran activamente de estos espacios. Es normal a veces desanimarse por los problemas y la cotidianidad, pero gracias a estos espacios de participación nos han dado ganas de seguir adelante, sentimos que nuestra opinión es valiosa y que podemos construir un mejor lugar.
¿Qué caso de éxito te gustaría destacar de esta experiencia como miembro de la mesa de participación?
Creo que mi historia puede ser el mejor ejemplo. Yo me gradué del colegio en el año 2021 y apliqué a varias universidades públicas y no pasé a ninguna. Eso me hizo pensar en qué iba a hacer y qué sería de mi futuro. Un tiempo después recibí la noticia que había pasado en una universidad privada, pero por los costos de inscripción no pude continuar con mis estudios.
En ese momento tuve muchas dudas y sentimientos de culpabilidad, pues muchos de mis amigos se iban para sus universidades y mi situación era completamente diferente. Creo que todos en algún momento en la vida sentimos que todo se debe dar cuando nosotros queremos, pero la vida no es así, no todo tiene que ocurrir según nuestros tiempos. Lo importante en este tipo de situaciones difíciles es no perder la esperanza, continuar persistiendo y saber que las oportunidades llegan, simplemente tenemos que buscarlas. Si yo no hubiera regresado a Inzá, luego de no poder entrar a la universidad, nunca habría tenido la oportunidad de liderar y participar en la mesa, tampoco hubiera podido trabajar en la creación de iniciativas que velan por el empoderamiento de las niñas.
Cuéntanos un poco acerca de esas iniciativas que has venido liderando desde la mesa de participación en Inzá.
Son varios los proyectos que logramos llevar a cabo, pero podría destacaría la iniciativa Libro Rosa, un espacio para promover la lectura entre niños y niñas desde diferentes enfoques, donde el empoderamiento femenino, la igualdad de género y el respeto por los derechos de los jóvenes eran las principales temáticas.
También creamos el círculo de chicas positivas, que fue una campaña enfocada en promover los derechos de niñas y adolescentes. Gracias a esta iniciativa fuimos invitadas a participar en otros importantes espacios, como un simposio en Cali, donde junto con otras amigas, fuimos escogidas como anfitrionas del evento para exponer los objetivos y resultados de esta iniciativa. El impacto fue tan bueno que hoy en día están replicando esta idea.
Finalmente, logramos liderar el proyecto para construir un parque inclusivo: los habitantes de dos veredas nos unimos para crear un dibujo y hacer unos planos de cómo debería ser este espacio. Para este proyecto se utilizó una zona desaprovechada, literalmente tapamos un hueco y construimos un parque: hoy hay columpios para niños que usan silla de ruedas y espacios adecuados para que los niños sordomudos también puedan divertirse. En esta misma área tenemos planeado instalar unos carteles informativos que hablen acerca de los derechos de los niños, pues queremos que el parque no sea únicamente una zona de juego, sino también un espacio para leer y aprender.
Hacer parte de la mesa de participación me ha traído grandes oportunidades, hoy en día no solo sé exponer mis ideas ante todo tipo de audiencias, sino que encontré mi pasión de poder apoyar a otros jóvenes a cumplir sus sueños. Es muy emocionante observar cómo estas iniciativas a las que les dimos vida no se quedan en Inzá, sino que sobrepasan fronteras.

¿Qué obstáculos o retos encontraste en el camino para poder hacer realidad estas iniciativas en Inzá?
Trabajar y abordar temas de feminismo en Inzá es muy retador ya que muchos padres siguen creyendo que este es un tabú. Al principio fue muy difícil, pues ningún familiar quiere que le inculquen ideas de liderazgo a sus hijas. Algo muy evidente en estos espacios es que las niñas no hablaban y siempre dejaban que los niños tomaran las riendas de las actividades. Poco a poco las guiamos y les enseñamos que ellas también podían opinar. Fue muy lindo verlas empezar a participar y levantar su voz para hacerse escuchar. Asimismo, cuando tuvimos la experiencia de participar en los espacios Col-Col, conseguimos compartir nuestra experiencia a las niñas de Quito y de Medellín y fue muy motivante observar cómo ahora ellas desean implementar estas iniciativas en sus ciudades.
¿Cómo describirías tu paso por la mesa de participación?
Hacer parte de la mesa de participación me ha traído grandes oportunidades, hoy en día no solo sé exponer mis ideas ante todo tipo de audiencias, sino que encontré mi pasión de poder apoyar a otros jóvenes a cumplir sus sueños. Es muy emocionante observar cómo estas iniciativas a las que les dimos vida no se quedan en Inzá, sino que sobrepasan fronteras. Isabella Tello, una de mis compañeras de la mesa de participación, hoy en día es una gran líder en Estados Unidos que sigue aplicando y difundiendo lo que una vez iniciamos en las mesas de participación. Igual ocurre con Sofía Ángel, una amiga de este equipo quien ahora está en Costa Rica construyendo la iniciativa Libro Rosa.
Vas a seguir tus estudios universitarios, finalmente, gracias a una beca, cuéntanos un poco cómo fue este proceso.
La historia detrás de esta oportunidad comenzó cuando estaba trabajando en los proyectos e iniciativas del municipio, ahí fue cuando escuché acerca de las becas de la Universidad Federal de Integración Latinoamericana, ubicada en la ciudad de Foz do Iguaçu, Paraná, Brasil. Yo creía que no valía la pena intentarlo ya que estos procesos administrativos toman tiempo y exigen tener muchos requerimientos. Al final, después de mucho pensarlo y sin tener ningún tipo de esperanza, decidí aplicar y fue muy grande la satisfacción de ver lo fácil y sencillo que fue el proceso. Mas adelante, una vez fui aceptada con una beca que cubría el 100% de los gastos para estudiar Servicios Social, no solo sentí una enorme felicidad y motivación, sino también la responsabilidad de contar mi historia para que otros jóvenes se animen a buscar estas oportunidades.
¿Qué mensaje te gustaría dejarles a todos los jóvenes que leen esta entrevista sin importar si son de Inzá o de cualquier otro municipio de nuestro país?
Es importante que todos los jóvenes se motiven a participar en las mesas de participación, no solo por su propio beneficio, sino para ayudar a sus pares, pues juntos podemos lograr muchas cosas. A todos los jóvenes que no han logrado ingresar a una universidad, les diría que continúen intentándolo, no estar estudiando no significa que no puedan marcar una diferencia, lo importante es no perder la esperanza. A los padres de familia les diría que aprendan a escuchar las voces de sus hijos e hijas, no podemos esperar tener un mejor país si la voz de los adultos es la única que cuenta.

Es importante que todos los jóvenes se motiven a participar en las mesas de participación, no solo por su propio beneficio, sino para ayudar a sus pares, pues juntos podemos lograr muchas cosas.