En Nariño, Laura y su comunidad transforman vidas a través del cacao
Desde el 2021 UNICEF ha trabajado con esta comunidad y sus adolescentes participantes de la iniciativa “Chocomor”, en Tumaco, Nariño
Cada 15 días, los miércoles en las tardes, en una vereda de la zona rural de Nariño 24 jóvenes liderados por Laura, la presidenta de la iniciativa “Chocomor”, producen chocolate. Van en grupo con sus herramientas hasta el cultivo formado con árboles que ellos y ellas sembraron. Tumaco es uno de los mejores productores de cacao del país y este grupo de jóvenes se ha propuesto como meta, que sea también consumido en su región. Por eso cuentan con orgullo que tienen dos especies distintas de cacao, que luego secan, tuestan y muelen para obtener un polvo de notas dulces que tiene un inconfundible y penetrante olor a chocolate, como lo cuenta Jevinson Díaz otro de los adolescentes líderes de esta iniciativa, el cual, luego usan como materia prima para hacer productos que venden puerta a puerta.
El sueño de tener una gran empresa que les permita apoyarse mutuamente y ayudar a niñas y niños de su comunidad para que tengan oportunidades e implementos básicos para estudiar es el principal motor de su iniciativa. A través de la siembra y el desarrollo de todo el proceso productivo del cacao hasta convertirlo en chocolate con diferentes presentaciones -como chocolatinas y arequipe de cacao-, que ellos aseguran que es 100% natural, este grupo de jóvenes ha encontrado la excusa perfecta para reunirse cada ocho días para compartir espacios que les ayudan a fortalecer sus capacidades; como el manejo de emociones, el liderazgo y a socializar para así promover la resolución de conflictos y la construcción de paz en su comunidad.
Desde el 2021 UNICEF ha trabajado con esta comunidad y sus adolescentes participantes de la iniciativa “Chocomor”. Cuando iniciaron, hacían todos los procesos de manera manual y artesanal, para esto UNICEF dotó la iniciativa con la maquinaria necesaria para industrializar sus procesos. Gracias a esto, ellos y ellas han desarrollado su marca, a través de espacios en donde se trabaja el fortalecimiento de sus capacidades y han llevado sus productos a otros escenarios afuera de su comunidad. Hoy con las ganancias que tienen de las ventas han apoyado a casi 10 niñas y niños de su territorio que no contaban con implementos básicos como ropa o útiles para poder ir a estudiar. También han integrado a la iniciativa a otros adolescentes y jóvenes de su comunidad, buscando su empoderamiento y apoyarlos en la construcción de proyectos de vida que estén alejados de la violencia.
“Gracias a esta iniciativa he llegado a ser una buena líder, ayudamos a la juventud y a la comunidad a seguir siempre por el buen camino. Por medio de charlas y consejos, acogemos a jóvenes de la comunidad para que no se sientan solos, convirtiéndonos en una especie de hogar y círculo de apoyo para quienes no lo tienen”, cuenta Laura, presidenta de la iniciativa, quien habla con la seguridad de una experta, pero con el desparpajo y risa de una joven alegre, que con la complicidad de sus amigos y amigas contagia a los demás mientras recorren la plantación de cacao, en donde el verde de sus árboles y el café de sus semillas sobresale por ser la única en su tipo.
Laura, ha aprendido a ser una líder capaz de gestionar sus emociones y apoyar a otros adolescentes a resolver sus conflictos de manera pacífica. Cuenta cómo antes de entrar a la iniciativa, solía tener un temperamento muy reactivo. Era muy fácil para ella tener enfrentamientos con otras personas por simplemente recibir un comentario que no era de su agrado.
Este grupo de jóvenes, liderados por Laura, quien es considerada un ejemplo de empoderamiento de mujeres jóvenes ensu comunidad, sueña con poder ampliar su iniciativa y trabajar con más niñas y niños en veredas aledañas, y por qué no, como ellos sueñan, “a todo el departamento y el país, porque es cacao que transforma vidas”, para construir entornos protectores, en donde puedan fortalecer sus comunidades y por medio de actividades como la producción de chocolate, con productos que se encuentran en sus entornos y zonas rurales, puedan así garantizar que todos y todas tengan oportunidades y alcancen su pleno su potencial.
¡Dona ahora a UNICEF y ayúdanos a que más jóvenes como Laura y Jevinson participen de iniciativas como estas, que les permita adquirir habilidades para su vida, explorar su pleno potencial, cumplir sus sueños y aportar al desarrollo de Colombia y el mundo!
