Logros de UNICEF Colombia en 2024
La respuesta de UNICEF Colombia llegó a Zaily, Luisa, Osnaider y otros 314.824 niñas, niños y adolescentes
Continuaremos trabajando para que ningún niño, niña o adolescente se quede atrás y pueda desarrollar todo su potencial en 2025.
Las crisis prolongadas que enfrenta Colombia y el mundo supusieron mayores retos a la hora de garantizar el acceso a derechos de la niñez más vulnerable en Colombia. Sin embargo, más de 314.824 niños, niñas y adolescentes en contextos de conflicto armado y migración vieron cambios positivos en sus vidas gracias a la gestión de UNICEF en Colombia.
Estas acciones se ejecutaron en 18 departamentos y 133 municipios del país, específicamente. En 2024, UNICEF atendió 15 emergencias súbitas en el país, siete de estas relacionadas con el conflicto armado.
Además de los 314 mil niños, niñas y adolescentes, 92.129 mujeres y 55.314 hombres fueron también beneficiados por la acción de UNICEF llegando a más de 475.507 personas. Estas personas hacen parte de los entornos donde habitan estos niños y niñas, son sus familias, sus comunidades y los funcionarios públicos de diferentes entidades a las que compete su bienestar. Esta cifra representa un incremento de casi el doble de personas impactadas en comparación con 2023.
En un año de cambios en las formas de cooperación global, UNICEF seguirá trabajando en 2025 por la garantía de derechos de niños, niñas y adolescentes en contextos de conflicto armado, variabilidad climática y migración. Pese al enorme apoyo de estos aportes, el país sigue enfrentándose a retos como el conflicto armado, la migración, la desigualdad estructural y la vulnerabilidad climática. Estos afectan de manera desproporcionada a los niños, niñas y adolescentes, especialmente a los de comunidades indígenas, afrocolombianas, rurales, desplazadas y migrantes.
De igual manera, sigue siendo evidente la mortalidad materna en mujeres gestantes, la malnutrición en niños menores de dos años (particularmente en comunidades indígenas), la baja en tasas de vacunación, la salud mental de niños, niñas y adolescentes, el acceso a agua segura y saneamiento en zonas rurales, la entrada y permanencia de niños y niñas en el sistema escolar, el reclutamiento, uso y utilización por parte de grupos armados, las violencias en el hogar hacia ellos y ellas, y la presencia de minas en sus territorios, entre otras.
"El trabajo por la infancia no ocurre únicamente en los espacios que reúnen a las niñas, niños y adolescentes; debe ir más allá de las escuelas, los hogares y las comunidades. La voz y las necesidades de la niñez deben llegar a los espacios de toma de decisión y tener un eco que se materialice en acciones tangibles por su bienestar y supervivencia"
Los logros de la acción humanitaria de UNICEF para la niñez
A través del trabajo con apoyo de aliados, donantes, socios implementadores y bajo el liderazgo y propuestas de las comunidades, fue posible continuar trabajando un año más en cuatro objetivos prioritarios para que cada infancia pueda acceder a servicios básicos, sin importar de dónde venga o dónde se encuentre:
Cada niño, niña y adolescente sobrevive y prospera
- 108.838 niños y niñas fueron vacunados en municipios con coberturas por debajo del 80% en índices de inmunización, apoyando el plan de vacunación nacional. Las jornadas se focalizaron en los departamentos de Arauca, Chocó, Guainía, La Guajira, Nariño y Vichada.
- 24.961 niñas y niños menores de 5 años recibieron evaluaciones médicas y nutricionales, logrando identificar en riesgo de desnutrición a 1.545 niñas y niños, y a 314 con desnutrición aguda moderada y severa, los cuales fueron remitidos a centros de salud cercanos.
- 2.639 niños y niñas recibieron micronutrientes en polvo y 793 con desnutrición aguda severa fueron admitidos para tratamiento.
- Se llevó a cabo la campaña ‘Abraza tu mente’ que abrió una conversación nacional sobre la importancia de la salud mental de niños, niñas, adolescentes y jóvenes.
- A través de la formación de 14 agentes comunitarios en comunidades indígenas remotas para identificar y tratar la desnutrición aguda a tiempo, se logró examinar a 786 niños y niñas. Actualmente, se está considerando la incorporación de estos métodos a nivel nacional como solución sostenible que podrá ser replicada en más territorios del país.
“Zaily tenía desnutrición, pero mostró mejoría después de recibir tratamiento al llegar la unidad móvil a nuestra comunidad. Con los medicamentos ya puede desplazarse por sí sola y ha recuperado fuerza. Quiero un futuro mejor para ella”.
Cada niño, niña y adolescente aprende y adquiere aptitudes para el futuro.
- 20.566 niñas y niños migrantes, desde su nacimiento hasta los 5 años, recibieron educación inicial gracias a los modelos de atención de UNICEF. De igual manera, se garantizó la continuidad educativa de 31.529 niñas y niños en contextos de emergencia.
- 54.299 niñas, niños y adolescentes podrán contar con servicios educativos de calidad gracias al apoyo técnico brindado al Ministerio de Educación y el ICBF, así como a 10 Secretarías de Educación y escuelas en 5 departamentos del país.
- 2.914 adolescentes en zonas rurales fortalecieron competencias en lectoescritura, socioemocionales y construcción de proyectos de vida de manera directa a través del programa ‘Vidas en trayectoria’. 505 adolescentes del proyecto recibieron microcertificaciones técnicas vocacionales. El 70% de los que completaron el programa fueron mujeres, y el 51% siguieron cursos en campos ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM, por sus siglas en inglés).
"Me estoy abriendo a mi futuro, porque no tenía pensado estudiar. ahora sí quiero ser una mujer estudiada, lograr mi cartón de bachiller y ser una profesional exitosa”.
Cada niño y niña está protegido contra la violencia y la explotación
- 13.651 niñas, niños y adolescentes, y 4.424 jóvenes, padres, madres y cuidadores, así como funcionarios públicos, participaron de estrategias de prevención de reclutamiento y atención a víctimas, priorizando territorios indígenas y afrocolombianos, así como zonas fronterizas y donde el conflicto armado se ha intensificado. De igual manera, nuevas 50 comunidades cuentan ahora con rutas para la prevención y atención de situaciones de violencia.
- 19.000 niñas, niños y adolescentes migrantes y sus familias recibieron una atención especializada y adaptada a sus necesidades, género, edad y perfil migratorio. Esto incluye acceso al sistema de protección, empoderamiento, mejores capacidades para identificar riesgos y oportunidades para su integración local. Esto fue posible gracias a la adopción de metodologías, protocolos y estrategias por parte de 3 entidades del nivel nacional, autoridades locales de 14 municipios y la formación de 1.714 de sus funcionarios públicos.
- 17.525 niñas, niños y adolescentes fortalecieron sus capacidades para prevenir accidentes con minas antipersonales y otros explosivos en sus escuelas y comunidades. En 166 escuelas, 195 docentes recibieron formación para prevenir y atender primeros auxilios de accidentes con minas antipersonal. De igual manera, 55 niños, niñas y adolescentes y 236 adultos víctimas de minas antipersonal y artefactos explosivos improvisados recibieron ayuda humanitaria.
- 1461 personas de ocho territorios participaron en estrategias e iniciativas para la prevención y mitigación de violencias basadas en género, como el abuso y la explotación sexual.
- Con el apoyo técnico a la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), UNICEF contribuyó a la acreditación de 317 víctimas del conflicto armado y tres comunidades indígenas, que también participaron de los procedimientos legales del Caso 07 de dicha entidad (sobre Reclutamiento y uso de niñas, niños y adolescentes).
“Tenemos un proyecto muy bonito apoyado por UNICEF: 'Quitémosle los niños y jóvenes a la guerra', donde les mostramos otras oportunidades de vida. Hoy ellos se proyectan diferente, sueñan diferente. Es una apuesta donde la vida sea digna para ellos. Hay una necesidad urgente de incidir; si no decimos lo que ocurre en los territorios, nadie va a venir a decirlo por nosotros”.
Cada niño y niña vive en un entorno seguro y limpio
- 56 mil personas en 34 municipios accedieron a servicios de agua, saneamiento e higiene en contextos de emergencia humanitaria. 11 mil de ellas fueron niñas, 8 mil niños, 18 mil mujeres y 15 mil hombres.
- 12.587 niñas, adolescentes y otras personas menstruantes adquirieron nuevos conocimientos en salud menstrual y/o accedieron a insumos para la gestión de la higiene menstrual.
- 698 hogares vulnerables de Atlántico, La Guajira y Arauca ahora son más resilientes al cambio climático gracias al acceso a servicios sostenibles de agua, saneamiento e higiene.
- 31 escuelas y 17 centros de atención en salud fueron mejoradas con servicios de agua, saneamiento e higiene para el acceso de niños, niñas, adolescentes y familias.
- 13.000 niños, niñas, jóvenes y partes interesadas fueron involucradas en la gestión del riesgo de desastres y las políticas climáticas sensibles a la infancia.
"Durábamos dos horas para recoger agua, ahora la tenemos acá en la comunidad y tenemos mejor calidad de vida. Los niños y niñas más pequeños se salían de clase, por la sed, pero ahora pueden terminar sus clases gracias a que también hay agua en la escuela"
Resultados financieros
Para llegar a cada hogar, escuela y comunidad y que ningún niño, niña o adolescente se quede atrás, es crucial el apoyo de cada persona, empresa y organización, tanto donantes públicos como privados.
Gracias al apoyo del sector privado, UNICEF Colombia recibió $35.1 millones de dólares, consolidando la confianza de los donantes y su participación como testigos del alcance de cada una de estas acciones para la niñez en Colombia, a través de las cuales se trabaja en cubrir sus necesidades y las de sus familias, pero también, fortalecer las capacidades de la institucionalidad para responder a estas necesidades en el largo plazo y garantizar los derechos de cada niño, niña y adolescente.
Aún queda mucho por hacer
La situación geopolítica del mundo y el conflicto colombiano seguirán siendo otros retos donde se podrá observar el impacto directo de la violencia contra la vida y subsistencia de la niñez, así como el crecimiento de las campañas de desinformación y los discursos de odio, que pondrán en peligro la garantía de sus derechos. Para contrarrestarlo, se necesitará más trabajo colaborativo para continuar generando entornos protectores para la niñez y apoyo a los liderazgos juveniles, pero especialmente, mayores voluntades políticas para que los cambios en la vida de la infancia se materialicen a través de presupuestos, políticas y programas en pro de su bienestar.
