4 consejos para enseñar hábitos en la primera infancia
No es fácil conseguir que niños y niñas hagan lo que los adultos creen que es mejor para ellos; es conveniente prestar más atención a los comportamientos deseables que a los no deseables.
Muchas veces los adultos quieren que sus hijos realicen ciertas acciones casi automáticamente porque es bueno para ellos. Pero no es así como funcionan los humanos, y no siempre es fácil conseguir que los pequeños aprendan a lavarse los dientes, a juntar sus juguetes luego de utilizarlos y tanto más.
Lo normal es que los niños hagan lo que tienen ganas de hacer en cada momento, lo que les gusta o lo que les trae una consecuencia positiva. Pasarse un cepillo por los dientes, por ejemplo, no cumple, a sus ojos, con ninguno de estos criterios. Es bueno enseñarles que hagan algo que no harían espontáneamente, y que lo hagan tantas veces como sea necesario, sin pasarla mal. Conocé cuatro consejos para que la tarea de enseñar hábitos sea más llevadera.
1. Los gustos
Aprovechar el natural gusto del niño por el juego y lo novedoso, su tendencia a imitar a aquellos que le importan y su agrado por recibir halagos.
2. Las felicitaciones
Entusiasmarlo con determinado cepillo que le guste, hacer del lavado de dientes un momento amable y compartido, y felicitarlo mucho, —¡pero mucho!— por ser un niño de dientes muy limpios.
3. Mejor clima
Crear un clima agradable de aquello que queremos que se transforme en hábito, colaborará en que el niño o niña se sienta a gusto y no le genere enojo o malestar aquello que le estamos pidiendo que repita.
4. La atención
El mejor estímulo para ellos es la atención. Conviene tratar de prestarles más atención a los comportamientos deseables que a los no deseables. Si cuando se lava los dientes pasa desapercibido y cuando no lo hace se le presta atención, aunque sea con rezongos, aprenderá que lo que funciona es no hacer las cosas bien.
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