Desarrollo y participación de las y los adolescentes
Invertir en las y los adolescentes y jóvenes para que construyan un futuro mejor para ellos y sus comunidades

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En América Latina y el Caribe, 106 millones de personas están en la segunda década de sus vidas. Se trata de adolescentes entre 10 y 19 años que enfrentan cambios físicos, construyen relaciones sociales y construyen habilidades cognitivas y emocionales decisivas para su desarrollo. Esta etapa es esencial para definir quiénes quieren ser en el mundo, quiénes pueden llegar a ser y qué temen ser.
La adolescencia ofrece una segunda oportunidad de desarrollo positivo. El lugar donde viven, el apoyo y estímulo que reciben, y sus experiencias individuales y comunitarias tienen un impacto directo en la forma en que estos adolescentes responden a la vida.
Cuestiones críticas que afectan a la adolescencia y juventud de América Latina y el Caribe
Cada día, las y los adolescentes de la región se encuentran con obstáculos para desarrollar todo su potencial. Los desafíos predominantes incluyen una tasa creciente de violencia juvenil; una de las tasas más altas de embarazo adolescente en el mundo; necesidades de salud física y mental no atendidas, y oportunidades limitadas para desarrollar las habilidades necesarias para tener éxito en la escuela, la vida y en la transición de la educación al trabajo.
La pandemia de la COVID-19 amplificó la ya existente vulnerabilidad a la que se enfrentan las y los adolescentes y jóvenes de América Latina y el Caribe. Una de las consecuencias más significativas fue la interrupción de la educación que, intensificada por la brecha digital, se convirtió en la mayor de la historia.
¿Qué hacemos?
Apoyar la agencia y la participación de las y los adolescentes

para promover su desarrollo positivo a fin de que puedan influir en los entornos donde viven. Involucramos a las y los adolescentes y jóvenes en espacios seguros donde adquieren las habilidades necesarias para convertirse en ciudadanos ágiles, adaptables y sensibles a los temas que les preocupan, llevando las ideas a la acción.
Fortalecer los esfuerzos para transformar las normas y los comportamientos sociales,

así como fomentar conexiones y una comunicación sólida entre adolescentes, padres y madres, comunidades e instituciones. La adolescencia suele considerarse rebelde y difícil de tratar, sin embargo, en un entorno favorable, las y los adolescentes pueden prosperar y tener un impacto positivo en las comunidades donde viven.
Fortalecer a los sistemas para que adopten un enfoque integral del desarrollo de adolescente.

Debido a su rápido desarrollo intelectual, emocional y físico, las y los adolescentes tienen necesidades diferentes a las de niños, niñas y adultos, lo que supone un reto distintivo para las políticas públicas, los servicios y las plataformas de prestación de servicios.
Es fundamental abordar toda la gama de necesidades de las y los adolescentes y tener en cuenta su edad y género en todos los sectores, en particular, educación, salud, protección infantil y medioambiente).