El desarrollo del cerebro a través del juego
Un experto te cuenta cómo puedes apoyar el desarrollo cerebral de tu hijo
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¿Sabías que la interacción más importante que puedes tener con tu hijo o hija es a través del juego? El Dr. Jack Shonkoff de la Universidad de Harvard nos explica qué es lo más importante para apoyar el desarrollo cerebral de tus hijos.
¿Qué encontrarás en este video?
¿Sabías que la interacción más importante que puedes tener con tu hijo es a través del juego? En este video te queremos ofrecer las claves para hacer del juego tu mejor aliado para el desarrollo de tu hijo o hija.
¿Por qué los primeros años de la vida de niños y niñas son tan importantes para el desarrollo de su cerebro?
Los primeros años son importantes porque las experiencias que tienen niños y niñas pequeños y las relaciones que mantienen con las personas importantes de su vida conforman literalmente el desarrollo de su cerebro. Y esos primeros cimientos afectan a todo el aprendizaje, el comportamiento y la salud física y mental que siguen a lo largo de la vida.
¿Qué es lo más importante que pueden hacer padres, madres y cuidadores para favorecer el desarrollo cerebral?
Lo más importante que pueden hacer para apoyar el desarrollo, y en especial el desarrollo cerebral de niños y niñas pequeños, es llegar a conocerlos muy bien, llegar a ser capaz de interpretar sus señales, llegar a ser capaz de participar en lo que llamamos interacción de «dar y recibir».
¿Qué es «dar y recibir»?
Dar y recibir es jugar. La razón por la que «dar y recibir» describe con precisión lo importante de la interacción es que va en ambas direcciones. Un bebé da una sonrisa, un arrullo, un balbuceo, un gesto, y el padre, madre u otro adulto que cuida de ese niño devuelve una respuesta que conecta con lo que ha hecho el bebé. El bebé emite un sonido; tú le devuelves el mismo sonido. Un bebé señala algo; tú lo miras y te señalas a ti mismo. Esa es la clave. Va en ambas direcciones. El bebé puede empezar. Los padres o madres también. La clave está en cómo respondes.
¿Cómo se relaciona el «dar y recibir» con el juego entre padres e hijos?
Para niños y niñas muy pequeños, todo aprendizaje importante tiene lugar en el contexto del juego. Jugar es explorar. Jugar es probar cosas. Jugar es descubrir que cuando se hace una cosa, ocurre otra. Jugar es intentar desarrollar un sentido de dominio del mundo. Gran parte de ello se consigue proporcionando un entorno seguro que ofrezca oportunidades de aprendizaje.
¿Cómo aconsejarías a padres y madres sobre cómo hacer «dar y recibir» de forma lúdica?
Que fuera algo fácil, amistoso y relajante. Se puede jugar cuando se da de comer a un niño, cuando se le cambia de ropa o cuando se le baña. Todas esas son oportunidades para la interacción lúdica y el aprendizaje entre adultos y niños.
Ayudar a los padres a entender que cuando uno devuelve la sonrisa y no se queda ahí, sino que empieza a jugar, en realidad está construyendo circuitos cerebrales.
¿Qué juegos pueden practicar padres y madres con sus hijos e hijas para estimular su cerebro?
En la infancia, con bebés muy pequeños, todo gira en torno a la interacción, el tipo de interacción visual, sonora, establecer esa conexión personal, ser sensible a los sentimientos del bebé.
Hay algunas cosas que la gente no considera juegos, pero son juegos. Los mejores juegos crean una sensación de seguridad emocional que permite crecer. Cuando te cubres la cara con un paño y juegas al cucú, los bebés están aprendiendo.
¿Por qué el bebé se sigue riendo cada vez que haces esto? En primer lugar, por la interacción personal; es muy gratificante. Pero además el bebé está dominando el concepto de que las cosas desaparecen y vuelven, y así sabe que siguen existiendo.
Jack P. Shonkoff, M.D., es catedrático Julius B. Richmond FAMRI de Salud y Desarrollo Infantil en la Escuela de Salud Pública T.H. Chan de Harvard y en la Escuela Superior de Educación de Harvard; catedrático de Pediatría en la Escuela de Medicina de Harvard y en el Hospital Infantil de Boston; y director fundador del Centro para el Desarrollo del Niño de la Universidad de Harvard.