Declaración de la Directora Ejecutiva de UNICEF, Catherine Russell, sobre la situación en Haití
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NUEVA YORK, 6 de marzo de 2024 – “A medida que la violencia y el desorden en Haití alcanzan un nuevo y aterrador nivel, debe reforzarse la determinación de la comunidad internacional y de actores locales para proteger y apoyar al pueblo haitiano.
“Haití se ha visto afectada por años consecutivos de terrible violencia, que en los últimos días ha alcanzado un nivel sin precedente de anarquía, abusos de los derechos humanos, secuestros y un total menosprecio por las vidas y el bienestar de los niños y niñas, y sus familias, así como de los servicios esenciales de los que dependen.
“Los grupos armados han abierto a la fuerza las celdas de las prisiones para permitir que cientos de personas detenidas se unan a sus filas, mientras que las rutas seguras para que los civiles accedan a hospitales, hogares, escuelas, agua, alimentos y otros servicios esenciales están cada vez más restringidas.
“La población haitiana está atrapada en el fuego cruzado; los espacios para niños y niñas se han transformado en campos de batalla; los servicios sociales críticos están al borde del colapso; los puertos y aeropuertos del país están comprometidos; y la respuesta humanitaria de la que dependen millones de niños, niñas y adolescentes y civiles como último recurso ha quedado paralizada.
“Cada día que pasa trae nuevas privaciones de derechos y horrores al pueblo de Haití. Los asesinatos, secuestros y cautiverios de seres queridos; la destrucción de viviendas por incendios o balas; y la violación y otras formas de violencia sexual –especialmente contra niñas y mujeres– forman parte de la larga lista de métodos para infundir miedo en la población.
“Cientos de miles de niños, niñas, adolescentes y sus familias viven en algunas de las comunas más peligrosas y asediadas. Más de 362.000 personas desesperadas están desplazadas internamente, y el hambre y la desnutrición, que pone en peligro sus vidas, se encuentran en niveles récord en todo el país. Dos de cada tres niños y niñas en Haití necesiten ayuda humanitaria.
“El pueblo de Haití ya ha soportado mucho: décadas de inestabilidad política, pobreza, fuga de talentos de maestros, trabajadores sociales y de salud y un sistema de salud que, según los médicos en Haití, ha colapsado. El cólera ha resurgido, y las inundaciones mortales y un terremoto siguen siendo crudos recordatorios de la vulnerabilidad de Haití al cambio climático, los desastres naturales y la limitada capacidad para hacer frente a eventos adicionales.
“Pero no tiene por qué ser así. A pesar de todos los obstáculos, el sistema humanitario sigue brindando apoyo que salva vidas y el pueblo de Haití (maestros, médicos, madres y padres) continúa enfrentando los peligros para presentarse a trabajar y cuidar a las mujeres y los niños y niñas del país.
“La comunidad internacional debe trabajar con el pueblo haitiano y aprovechar este momento para evitar que Haití siga cayendo en una espiral fuera control. Ahora es el momento de actuar con urgencia y junto con el pueblo haitiano.
“Eso debería incluir los siguientes pasos para:
- Acelerar los esfuerzos de la comunidad internacional, con y para el pueblo haitiano, para proteger a los civiles, restablecer la ley y el orden en las calles y fortalecer instituciones clave, la Policía Nacional de Haití y el sistema de justicia.
- Financiar el Plan general de Respuesta Humanitaria para 2024 para satisfacer así las necesidades de los más vulnerables.
- Proteger escuelas, hospitales y acceso humanitario; y salvaguardar los espacios humanitarios.
- Garantizar que los esfuerzos humanitarios vayan acompañados de soluciones duraderas para garantizar el acceso a los servicios básicos.
- Prepararse para los inevitables desastres naturales, emergencias de salud pública y epidemias.
- Alentar y apoyar a las instituciones nacionales para que interactúen de manera efectiva con las comunidades afectadas, así como con aquellos que tienen influencia para detener la violencia.
“La situación actual de inseguridad, miedo y privaciones de derechos es inaceptable. Pone en riesgo el futuro de millones de niños, niñas y adolescentes que no pueden experimentar ningún tipo de normalidad. La comunidad internacional debe trabajar con el pueblo haitiano y ayudar a brindar una respuesta que pueda restaurar la confianza, la esperanza y el respeto de las normas internacionales de derechos humanos.
“Al hacerlo, la comunidad internacional enviará un poderoso mensaje de unidad y esperanza, no sólo al pueblo de Haití, sino también a los civiles de todo el mundo que sufren violencia, privaciones y abusos y violaciones de los derechos humanos.
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