La inmunización y los conflictos
Todos los niños, dondequiera que vivan y cualquiera que sea su situación o circunstancia, tienen derecho a sobrevivir y a prosperar

Cerca del 40% de los niños que no están vacunados o que no han recibido las vacunas suficientes viven en países afectados, total o parcialmente, por conflictos. Estos niños son a menudo los más vulnerables a brotes de enfermedades como el sarampión y la poliomielitis, que pueden ocasionar la muerte o una seria discapacidad.
La causa de que los niños de las zonas afectadas por conflictos no reciban las inmunizaciones básicas es el colapso –y en ocasiones, la destrucción deliberada– de servicios de salud fundamentales. En las zonas afectadas por conflictos también se registran asesinatos de los trabajadores de la salud y atentados que destruyen las instalaciones, los suministros y los equipos médicos.
En muchos países, los refugiados y las personas desplazadas internamente por los conflictos viven en condiciones de hacinamiento –en asentamientos urbanos informales, centros de acogida, campamentos o centros de detención de inmigrantes– que facilitan la propagación de enfermedades infecciosas. Además, las personas desplazadas por los conflictos a menudo tienen dificultades para acceder a servicios sanitarios habituales, como la vacunación, debido a que carecen de documentación y no figuran inscritos en el registro civil.
El desplazamiento poblacional originado por los conflictos y la consiguiente desnutrición y hacinamiento de estas personas generan el entorno idóneo para los brotes de enfermedades; un entorno en el que los niños tendrán muchas más probabilidades de morir o de sufrir complicaciones por afecciones que se podrían tratar fácilmente y a bajo costo en contextos de paz.
Por otro lado, la pandemia de COVID-19 ha exacerbado el riesgo para la salud de los niños, debido a que los confinamientos y la creciente sobrecarga de los servicios básicos dificultan los esfuerzos realizados para llegar a las poblaciones más vulnerables. En 2020, los servicios de inmunización sistemática quedaron interrumpidos en más de 60 países –sobre todo en países afectados por conflictos–, lo cual aumenta la posibilidad de que se produzcan brotes de enfermedades que pueden prevenirse con vacunas.
La respuesta de UNICEF

Los niños afectados por conflictos se ven arrastrados a una espiral de privaciones que debilita su salud. Las vacunas pueden ayudar a romper este círculo vicioso, pero, a menudo, el llevar los suministros de vacunación a aquellos que los necesitan resulta muy arriesgado.
Los vacunadores sortean terrenos dificultosos, cruzan líneas de combate peligrosas y ponen en riesgo sus vidas para inmunizar a los niños. En Yemen, el personal encargado de la vacunación contra la poliomielitis ha atravesado valles y montañas para llegar a los niños. En algunas zonas en conflicto de Malí, UNICEF ha ayudado a los trabajadores de la salud que han tenido que cambiar las motocicletas por burros para administrar vacunas esenciales. Y en Afganistán, UNICEF y sus aliados han prestado apoyo a un equipo compuesto por decenas de miles de mujeres que viajan por distintas comunidades instruyendo a las familias sobre la poliomielitis y fomentando la vacunación sistemática.
Con todo, muchos trabajadores de la salud y vacunadores han sido objeto de ataques intencionados y han perdido la vida en los últimos años. Parte del trabajo de UNICEF consiste en reivindicar que se proteja a los trabajadores de la salud a fin de que puedan transitar seguros y desempeñar su labor en las comunidades afectadas por conflictos.
Los suministros de vacunas deben conservarse en condiciones seguras y a una temperatura adecuada para que sean eficaces; esto es lo que se conoce como la cadena de refrigeración. Por este motivo, UNICEF colabora con sus aliados para instaurar, mantener o mejorar la cadena de refrigeración de las vacunas y otros suministros médicos esenciales. Asimismo, capacitamos a trabajadores de la salud para que puedan suministrar vacunas, diagnosticar el estado nutricional y administrar suplementos de vitamina A y tratamientos médicos a las mujeres y los niños.
Además, el apoyo que UNICEF brinda a los servicios de inmunización en los conflictos ayuda a reactivar otros servicios sociales que son extremadamente necesarios. Por ejemplo, las campañas de inmunización practicadas en las comunidades de zonas afectadas por conflictos de Iraq, Siria y Yemen incorporaban también servicios de salud y nutrición.
En 2019, UNCEF prestó servicios de atención de la salud a millones de niños en 61 países, en contextos de inestabilidad, vulnerabilidad y conflicto
UNICEF apoya la vacunación en las regiones afectadas por conflictos del siguiente modo:
- Negociando con los grupos armados corredores de paz y días de tregua para que los vacunadores puedan acceder a las zonas en conflicto y practicar intervenciones sanitarias esenciales, como la inmunización.
- Apoyando iniciativas para la creación de sistemas resilientes (sobre todo iniciativas de solarización de los centros de salud, como en el caso de Siria y Yemen), a fin de que las actividades de inmunización y otras intervenciones esenciales puedan llevarse a cabo incluso cuando haya perturbaciones logísticas por causa del conflicto.
- Ofreciendo formación de recursos humanos para garantizar la capacidad de prestar servicios a los trabajadores de la salud y a la comunidad basándose en el principio de “no hacer daño”.
- Velando por el suministro ininterrumpido de vacunas y otros productos esenciales a fin de mantener la continuidad de la inmunización y otros servicios esenciales.
- Apoyando la comunicación de los riesgos y la colaboración de la comunidad; por ejemplo, fomentando la colaboración activa de guardianes de la comunidad para abordar los recelos, sospechas y rumores que pueden erosionar la confianza en las vacunas en los contextos de conflicto.
- Colaborando en estrategias de divulgación integradas, a fin de asegurar que las oportunidades de acceso se aprovechen al máximo para abordar las privaciones múltiples que afectan a los niños y las mujeres, mediante la prestación de unos servicios bien organizados y supervisados que integren intervenciones múltiples, como, por ejemplo inmunización, salud reproductiva y nutrición.