Las mujeres y jóvenes lideran el cuidado del agua en La Guajira
Conozca a estas monitoras comunitarias wayúu.

Anahí y María Adelaida tienen 21 y 15 años, respectivamente. Desde ahora, estas jóvenes wayúus se perfilan como lideresas en su comunidad, ubicada en el asentamiento humano Sector La Donación, ubicado en Uribia (La Guajira). Yendo de casa en casa, ellas y otros monitores comunitarios comparten mensajes relacionados con el cuidado y ahorro del agua, recurso escaso en la zona. Además, hablan de las prácticas clave de higiene con las que las familias pueden cuidar su salud y, en especial, la de sus hijos e hijas.
El trabajo que están realizando de forma voluntaria mujeres como Anahí y María Adelaida se da a través del programa Ayana’ajirawa (trabajo en equipo, en wayuunaiki), liderado por UNICEF Colombia en asocio con la fundación Halü y con apoyo de la Fundación Baxter. Este busca mejorar el acceso al agua segura en zonas priorizadas de La Guajira. En el departamento, no solo hay comunidades rurales donde históricamente ha existido dificultad para el acceso al agua por las condiciones del territorio. Además, no hay muchas conexiones hídricas funcionales para que esta llegue a las comunidades siendo apta para consumo humano.
Para la nación wayúu, no existe la frontera como una línea divisoria política, pues se auto conciben como un mismo pueblo sin importar dónde hayan nacido. Sin embargo, desde que estalló la crisis en Venezuela, familias wayúu del vecino país han llegado al territorio colombiano buscando mejores condiciones económicas, formando asentamientos informales donde han hecho sus vidas sin acceso a agua segura.
Tomar agua sin tratar resulta en una alta prevalencia de enfermedades que ponen en peligro la supervivencia de niños y niñas, especialmente los menores de cinco años, como lo son la diarrea aguda y las infecciones respiratorias agudas. Estas enfermedades también son prevenibles a través del lavado de manos con agua limpia y jabón, y así, no es solo el acceso a puntos de lavado de manos lo que garantizaría que las condiciones de vida mejoren para estas comunidades, sino un cambio de comportamientos donde se fortalezca el conocimiento de la relación existente entre las enfermedades y la ausencia y/o insuficiencia del lavado de manos.

Para afianzar este tipo de mensajes, este programa no solo está trabajando en la construcción de seis sistemas de agua segura para que las personas de las comunidades priorizadas de Uribia puedan acceder a ella sin tener que recorrer largas distancias, sino que también ha impartido talleres con diferentes mensajes clave. Estos tratan sobre hábitos clave de higiene, ahorro del agua, derechos a un ambiente saludable, manejo adecuado de excretas y gestión de riesgos, entre otros, invitando a que sean las mismas personas de la comunidad quienes repliquen la información y se conviertan en monitores comunitarios.
Con esto, se logra que las personas, grandes y chicas, se tomen en serio la responsabilidad de aprender correctamente los mensajes para replicarlos, y facilita que otras personas de la comunidad estén abiertas a escucharlos, pues los reciben en su propio lenguaje y contexto. Si bien el equipo de la Fundación Halü acompaña estas réplicas de hogar en hogar, son los monitores y monitoras quienes lideran la conversación.
“Me ha ido muy bien en la comunidad haciendo las réplicas, ellos tienen claro de qué les hablamos y entienden los mensajes. Era importante que los tuviéramos acá en la comunidad. Hay mucha información que, en verdad, hacía falta, entonces ha sido muy chévere. El mensaje más importante es, de hecho, tenernos a nosotras como ejemplo para que la comunidad nos siga como líderes y monitoras que somos. Debemos seguir dando réplicas de estos mensajes”, cuenta Anahí, quien tiene dos hijos y quiere un “mejor futuro” para ellos. Por lo general, es común que estos equipos de replicadores sean conformados por mujeres y jóvenes de la comunidad.
Para María Adelaida, quien está en sexto grado, ser monitora comunitaria no es solo una actividad voluntaria para sus tiempos libres, es también una actividad desde la cual se vislumbra un posible proyecto de vida. “Cuando grande me gustaría trabajar con la comunidad, ayudar a la gente, me gustaría ayudar a otras personas. Mis clases favoritas son matemáticas y lenguaje, me gusta aprender y así poder enseñar a los demás, a los vecinos, poderles llevar los mensajes”, cuenta.
“Cuando grande me gustaría trabajar con la comunidad, ayudar a la gente"
El resultado de esta estrategia ha sido el empoderamiento de los monitores y monitoras, donde ellos y ellas ya demuestran un conocimiento propio sobre los temas que competen a este programa: su expresión, la manera en que crean liderazgos y toman acciones pertinentes para mejorar su calidad de vida y prevenir riesgos asociados a su bienestar y salud.
Anahí asegura que lo que la motivó a ser monitora comunitaria es que en su comunidad no había esos conocimientos sobre el agua. “Pero ese acompañamiento de UNICEF Y Fundación Halü ha sido importante para nosotros. Un mensaje que impacta es el ahorro del agua, eso es lo que más se emplea acá… como esta es una zona muy seca, no tenemos el agua directa sino tratada, por eso se habla del ahorro. Muchos sabemos cómo sobrellevar la situación cuando no hay agua, o cuándo reutilizarla; a veces cuando no se puede conseguir agua limpia hervimos la que tenemos, pero algunas personas no sabían que tenían que hacer eso, o los métodos de purificación con cloro en el agua con las medidas específicas. Eso es lo más importante acá junto al ahorro del agua”.
María Adelaida complementa diciendo que, para ella, un sueño es que la comunidad “se ponga hermosa”, y para ello, el acceso al agua segura es vital.
Estas acciones en Uribia hacen parte de Ayana’ajirawa, programa liderado por UNICEF Colombia que tiene como objetivo garantizar que, en tres años, más de 6.000 niños, niñas y adolescentes de 2.700 familias y sus comunidades en zonas seleccionadas de La Guajira (incluyendo migrantes y comunidades de acogida), reciban servicios básicos de agua, saneamiento e higiene. Se calcula que habrá más de 10.000 participantes indirectos con el apoyo de la Fundación Baxter y en asocio con la Fundación Halü.
