Cómo poner límites en la primera infancia
La puesta de límites es una herramienta de crianza que permite desarrollar la capacidad de ajustarse a las normas

Poner límites es enseñarles a niñas y niños qué es lo que está bien y qué es lo que está mal. Es una gran herramienta de crianza que permitirá a niños y niñas desarrollar la capacidad de ajustarse inteligentemente a las normas. Los límites hacen que se sientan más seguros, cuidados y valorados. Al poner límites, papás y mamás dan una estructura comprensible que permite a los niños y las niñas entender lo que pasa a su alrededor. Les aportan guía y orientación para la vida, porque les señalan el camino que consideran más conveniente para ellos y ellas.
¿Para qué poner límites?
Poner límites tiene como objetivo principal que comprendan el sentido de las reglas y aprendan a respetarlas no por miedo, sino porque las entienden. Aunque antes del año de vida parecerá una tarea frustrante, es importante que, como cuidadores, se comience a ayudar a aprender y reconocer los límites incluso antes de llegar a los 12 meses. Cumplidos los dos años, el niño o niña intentará transgredir esos límites, algo esperable para su edad. Por eso es importante generar un acuerdo entre los adultos sobre las reglas que se quieren respetar. Los límites deben ponerse sin enojarse y reforzando lo que los niños y niñas hacen bien.
La puesta de límites permite a niños y niñas:
- Desarrollar la capacidad de controlar sus impulsos.
- Desarrollar la empatía.
- Empezar a aprender a tomar decisiones y a responsabilizarse por los resultados.
- Aprender a pensar, desarrollar y madurar su conciencia sobre lo que está bien y lo que está mal
- Que se logre un buen clima de convivencia.

Lectura recomendada: Guía Trato bien
Puede parecer efectivo recurrir a insultos o palmadas porque niños o niñas no cumplen de inmediato con el mandato de los adultos. Sin embargo, la puesta de límites sin violencia es muy importante en esta etapa. Los maltratos por parte de sus seres queridos no solo no enseñan, sino que los convierte en personas poco sensibles a las experiencias violentas. Por el contrario, acompañar con un gesto acorde al enojo y un tono de voz firme ayuda al niño o niña a comprender mejor lo que no debe hacer.
Te invitamos a conocer más sobre los límites sin violencia en Trato Bien, la guía para la puesta de límites no violentos en el ámbito familiar, dirigida a madres, padres y adultos al cuidado de niños, niñas y adolescentes.
¿Qué no se debe hacer al pedir determinado comportamiento?
- Gritar ni amenazar.
- Ponerle etiquetas al niño: “Sos un desordenado” resulta menos efectivo que señalarle “Tus juguetes están desordenados”.
- Decir vaguedades tales como “Portate como una niña de cuatro años”.
- Pedir conductas intermedias del tipo: “Tratá de no ensuciar el sillón”.
- Hacer preguntas de las que no esperamos respuestas, como “¿Cuántas veces te tengo que decir que…?”.
- Creer que se portan mal a propósito, cuando en realidad son niños pequeños que recién están aprendiendo.
Poner límites como enseñanza de vida
Te invitamos a seguir ampliando este tema con las recomendaciones de la psiquiatra infantil Natalia Trenchi: