Cuidados del recién nacido: 10 consejos
Cuando los bebés son recién nacidos existen algunos cuidados que los adultos debemos tener en cuenta. Conocelos en este artículo.
El primer examen físico
El primer examen permite descartar malformaciones congénitas grandes y es su primera antropometría, es decir la primera vez que se pesa y mide al bebé, al tiempo que también se mide su perímetro craneano. Durante sus primeras horas de vida, los bebés ven al neonatólogo al menos dos veces: a las 24 horas y antes del alta del hospital para determinar si existen factores de riesgo que puedan generar complicaciones.
Las pesquisas neonatales
Se realizan durante la internación y son muy importantes para detectar determinadas enfermedades como la hipoacusia, hipotiroidismo congénito, fibrosis quística, entre otros. La pesquisa neonatal se realiza a las 40 horas de haber ingerido por primera vez un alimento y es a través de cinco gotitas que estudian en laboratorio. El resultado se presenta en el primer control pediátrico.
El ombligo del recién nacido
El resto de cordón umbilical que permanece unido al ombligo puede exudar líquido en la etapa de desecación y caída del cordón. Se limpia con una gasa mojada en alcohol, con especial cuidado de no lastimar la piel que lo rodea; luego se envuelve con gasa seca y se repite el proceso cada vez que se cambian los pañales.
El cordón suele desprenderse alrededor de la tercera semana de vida. Luego de que el cordón cae, se debe continuar con el procedimiento de limpieza durante tres días. No hay que alarmarse si aparece un leve sangrado, pero es necesario consultar con el pediatra si sangra mucho, o si aparece mal olor o enrojecimiento alrededor de la piel. La pinza del cordón solo puede ser retirada por personal competente.
La higiene del bebé
Es importante que todas las personas que estén en contacto directo con el recién nacido se laven las manos con frecuencia. Hasta que el cordón no caiga, hay que realizar lavados parciales del bebé diariamente, con esponja humedecida en agua tibia y jabonosa, en todo su cuerpo, incluyendo la cabecita.
El primer baño del bebé
Una vez que el cordón umbilical cae y el ombligo está seco, el bebé puede recibir el primer baño. El momento ideal es el que mejor se amolde al pequeño y al adulto. No tiene por qué ser de noche. No hay que sentir inseguridad a la hora de lavar o bañar al bebé por primera vez. Hay que tratarlo con confianza y suavidad. Un esquema recomendado es limpiar su cola sólo con agua tibia cada vez que se le cambian los pañales y bañarlo cada dos o tres días, de acuerdo con la época del año y las facilidades de la casa.
La temperatura
Los recién nacidos tienen la misma temperatura que los adultos, pero son más sensibles al frío y al calor. La mejor forma de comprobarlo es al tocar sus manos o pies. El bebé se enfría muy rápidamente, por lo que hay que tenerlo siempre abrigado si hace frío; del mismo modo, si hace calor, se sugiere no abrigarlo en exceso. Siguiendo el sentido común, tanto los padres como el pediatra irán determinando el abrigo adecuado.
El ambiente
En la medida de lo posible, hay que evitar tanto el frío como el calor excesivo generado por la calefacción o los abrigos innecesarios. Además, conviene que no haya ruidos molestos o fuertes en el entorno del bebé.
La ropa
La ropa que el bebé usará en las primeras semanas de vida le quedará chica al poco tiempo. Por eso no conviene invertir demasiado tiempo y dinero en ella: basta con asegurar una serie de prendas adecuadas al clima, cómodas y prácticas.
Como probablemente habrá que cambiarlo varias veces al día, conviene elegir ropa que se pueda poner y sacar fácilmente, y que se pueda lavar y secar sin dificultades. Para molestar al bebé lo menos posible, elegir prendas amplias y con elásticos suaves o flojos en los extremos. Los cierres a presión son preferibles a los botones comunes y los lazos no son convenientes, porque se anudan con facilidad. Se recomienda elegir telas y texturas que no irriten la piel y no usar ropa de nylon. Siempre es mejor usar la de algodón. En verano, tratar de vestirlo con prendas que lo protejan del sol.
Las deposiciones
La materia fecal del bebé alimentado exclusivamente a pecho puede ser muy frecuente y producirse, generalmente, luego de que ingiere el alimento. Al nacer y antes de la llegada a casa, era de color negro-verdosa, conocida como meconio. Una vez en casa, pasa al color oro y a la consistencia semilíquida. Si el bebé traga aire, sus materias fecales pueden ser verdes. Si al observarlas se nota algo raro, conviene consultar al pediatra.
Los pañales
Serán de compañía inseparable del bebé en sus dos primeros años de vida, por lo menos, hasta que pueda controlar sus esfínteres. Por eso, conviene aprender la manera más eficiente de cambiarlos. Los recién nacidos usan muchos pañales por día. Cambiar el pañal al bebé en cuanto lo moje o ensucie evitará el sarpullido y lo hará sentirse cómodo.