Cómo evitar los estereotipos de género en la familia
Padres y madres tienen un papel fundamental para desestimular ciertos estereotipos que, a veces sin saberlo, se pueden estar reforzando.
¿Qué es el género?
El género se refiere a los atributos sociales que se asocian a ser varón o ser mujer. Y estos atributos sociales están asociados a las oportunidades.
Los estereotipos de género son las creencias simplificadas o generalizadas de lo que es ser varón y o ser mujer.
¿Cómo nos influye el género en el día a día?
Estas creencias a menudo nos condicionan y nos coartan la libertad de poder desarrollarnos.
Vivimos en un mundo donde desligarse de los géneros es difícil. Las sociedades asignan roles específicos basados en creencias, normas y hasta estructuras de poder que, en muchos casos, llevan a la desigualdad al dar poder a uno por sobre el otro. La discriminación comienza muchas veces en los propios hogares al no buscar la igualdad y estereotipar.
Padres y madres son agentes primarios de socialización, incluida la de género. Por eso puede suceder que, sin darse cuenta, transfieran a sus hijos e hijas normas discriminatorias que obstaculizan su desarrollo y bienestar. Por el contrario, cuando se tienen roles de crianza equitativos, que tienden a la igualdad y están libres de estereotipos, no solo aumenta el bienestar de niños y niños, sino también el de los adultos.
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¿Cómo saber si estamos contribuyendo a reforzar estereotipos de género?
A veces no es fácil darse cuenta, porque los estereotipos se refuerzan de manera inconsciente. Por eso es importante reflexionar y hacerse algunas preguntas:
- ¿Qué tipo de sesgos tengo?
- ¿Cómo me siento y pienso cuando se cuestionan los estereotipos de género?
- ¿Me comprometo con hombres y mujeres, niños y niñas de manera equitativa e inclusiva?
- ¿Qué puedo hacer para promover la igualdad de género?
Tres claves para evitar los estereotipos de género
1. Igualdad desde el primer día
Niños y niñas deben ser cuidados por igual. La relación de padres y madres con sus hijos e hijas es la base para un desarrollo sano y seguro. Jugar, leer, comer juntos son solo algunos ejemplos de lo que colabora en ese desarrollo independientemente del género. En la escuela, durante el recreo o cuando se realizan las tareas tienen que participar de la misma manera.
2. Predicar con el ejemplo
Ser modelos positivos como adultos es clave a la hora de combatir los estereotipos de género. Por ejemplo, los padres deben participar en la cocina y en las tareas de cuidado del hogar y las madres practicar deportes al aire libre con sus hijos o ser quienes trabajen más horas fuera de la casa.
3. Evitar lenguaje dañino
Muchas veces sin querer se cae en frases que terminan reforzando los estereotipos de género. Es recomendable evitar frases como “los niños no lloran” o “si jugás con esa pelota parecés un varón”. Animar a niños y niñas a expresar sus sentimientos o sus ganas de hacer determinadas actividades los ayuda a desarrollar su propio sentido de identidad.