Somos libres, seámoslo sin violencia
A menos de dos años de cumplirse el bicentenario de la independencia, Perú mantiene una cadena que le impide alzar el vuelo y convertirse en el país que todos quisiéramos. Se trata de la violencia contra niñas, niños y adolescentes.

La violencia no es 'normal'

La violencia no es 'normal', a pesar de ello es considerada una práctica válida para corregir, controlar o mostrar poder sobre los niños, niñas y adolescentes.
Padres y cuidadores ejercen violencia sin ser cuestionados, considerando que resulta necesaria para educar y, si ello ocurre, es también una demostración de cuidado y protección.
Estas falsas creencias se han transmitido y perpetuado de generación en generación, pues las personas que han sido víctimas de violencia están más propensas a ejercer violencia más adelante en sus vidas. De esta forma, se va alimentando el círculo vicioso de la violencia y su enquistamiento en la sociedad peruana.
Es alarmante notar que 48% de niñas y niños, y 40% de las y los adolescentes justifican la violencia.
Los primeros años

La negligencia extrema tiene impacto directo en la actividad cerebral. El llanto prolongado de un niño pequeño produce estrés tóxico que tiene consecuencias en su desarrollo cerebral. En los primeros años de vida los niños varones tienden a estar más expuestos a la violencia física, mientras que las niñas a la violencia psicológica y sexual.
De ahí la importancia del enfoque de Cuidado Cariñoso y Sensible (Buena salud, nutrición adecuada, interacción sensible, protección y seguridad, oportunidades de aprendizaje) que fomenta el cuidado responsivo hacia niños y niñas para reconocer las señales de incomodidad, hambre, sueño.
Sin un cuidado responsivo y sensible, el niño pequeño no podrá tener una trayectoria de desarrollo normal. Se pone en riesgo no solo su salud física, sino psíquica y cognitiva.
El aprendizaje en riesgo

La violencia ejercida en la escuela por profesores, otros adultos del entorno educativo y compañeros es la principal razón por la que a los niños no les gusta la escuela.
Solo el 13% de niñas y niños y 6% de adolescentes considera que los maestros tienen derecho a maltratar a los estudiantes, sin embargo, la gran mayoría, no reporta a sus padres los casos en que son agredidos físicamente en la escuela para no empeorar la situación.
El castigo corporal en niños y niñas de 8 años está significativamente asociado con una menor puntuación en exámenes de matemáticas y vocabulario.
De las denuncias reportadas en el sistema SÍSEVE:
- 52.5% fueron por violencia psicológica
- 20.5% por violencia sexual
- 14.2% por violencia verbal.
Golpes en el hogar

Los hogares y las escuelas son espacios donde se configuran relaciones de poder mediadas por la violencia física, psicológica y/o sexual. Niños, niñas y adolescentes están expuestos a diferentes tipos de violencia al mismo tiempo y esto refuerza la idea de que la violencia es 'normal', dado que hacen una conexión directa entre aprender a comportarse y el uso la violencia.
El uso de la violencia como práctica de crianza está extendida y es aceptada socialmente.
En las madres recae principalmente las responsabilidades de crianza, por eso son ellas quienes castigan física y psicológicamente a sus hijos con mayor frecuencia. Los padres son agresores menos frecuentes por ser los más ausentes, pero son más crueles cuando ejercen violencia.
El 64% de las niñas y las adolescentes han reportado una convivencia constante con la violencia, en el caso de los niños y adolescentes varones lo hizo el 36%.
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La Alianza Global para poner Fin a la Violencia contra Niñas, Niños y Adolescentes
Desde el 2018, el Estado Peruano forma parte de la Alianza Global para poner Fin a la Violencia contra Niñas, Niños y Adolescentes (Global partnership #EndViolence), iniciativa impulsada por las Naciones Unidas junto con diversos países, organismos internacionales y organizaciones de la sociedad civil.
El Perú es uno de los países pioneros para poner en marcha esta tarea. Esto constituye una oportunidad valiosa para aunar esfuerzos entre los diferentes sectores del Estado y para trabajar de forma articulada con otras organizaciones en la prevención y respuesta a la violencia que sufren los niños y niñas en los diferentes contextos en donde se desenvuelven.
Asimismo, desde el año 2014, el Perú también ha formado parte del estudio Multipaís sobre los Determinantes de la Violencia a la Niñez (EDV), que a lo largo de los últimos años ha generado un cúmulo de información basada en investigaciones sobre cuáles son los aspectos que desencadenan y favorecen la violencia en un contexto como el peruano. Esta información busca contribuir con las estrategias del país para la eliminación de la violencia en el contexto de la escuela y la familia.