¿Cómo el juego fortalece la salud mental?
Dedicar tiempo a jugar es esencial para el desarrollo del bienestar emocional de niños y niñas.

El juego permite a niños y niñas aprender y dar sentido al mundo que les rodea. Mientras se divierten, también trabajan aspectos fundamentales para su desarrollo, como las habilidades motoras, cognitivas, sociales y emocionales. Pero el juego va más allá de estos aprendizajes tempranos, también tiene un rol fundamental en el desarrollo de la salud mental de los niños y de las personas adultas que los rodean.
Los niños y niñas que juegan habitualmente con sus madres y padres tienen menos probabilidades de padecer ansiedad, depresión, agresividad y trastornos de sueño.
El juego contribuye a reforzar los vínculos
Compartir momentos alegres, de diversión y aprendizaje fomenta la cercanía entre los niños, niñas y sus cuidadores. Jugar con ellos, permite ver el mundo desde su perspectiva.
Al brindarles amor, tiempo y atención, se sientan las bases para el desarrollo de sus habilidades emocionales y sociales, fortaleciendo su salud mental y su bienestar.
El juego ayuda a reducir los niveles de estrés
Jugar, bailar y cantar son formas de aliviar el estrés tanto para los niños, como para los adultos que los acompañan en su crecimiento. Cuando disfrutamos de momentos divertidos y reímos, el cuerpo libera endorfinas que favorecen la sensación de bienestar.
Incluso jugar durante breves periodos de tiempo puede recordar a las personas adultas su capacidad de apoyar a su hijo o hija, a la vez que es una oportunidad para desconectarse del trabajo u otros compromisos.
Las investigaciones han demostrado que dedicar tiempo al juego también protege a los niños contra los efectos negativos de la exposición prolongada al estrés. Los periodos prolongados de situaciones estresantes pueden afectar la salud física y mental de los niños. El juego y las relaciones positivas y constructivas con las personas adultas pueden ayudar a amortiguar estos efectos.
El juego ayuda a procesar las emociones difíciles
Cuando niñas y niños se enfrentan a problemas emocionales complejos, eso se ve reflejado en su juego, que puede servirles como forma de expresión. Darles espacios y momentos para jugar les permite procesar sentimientos como el dolor, el miedo o la pérdida. El juego les permite expresar cosas que les pueden resultar difíciles y para las que aún no encuentran palabras que las explique completamente. Al recrear repetidamente situaciones dolorosas a través del juego, los niños intentan comprender las consecuencias de lo que ha sucedido. Por ejemplo, si tu hijo o hija ha presenciado una pelea entre dos adultos, puede recrear este conflicto con sus muñecos.
El juego ayuda a fomentar confianza
Resolver problemas e idear soluciones creativas mientras juegan o trabajan, por ejemplo, en un rompecabezas, hace que niñas y niños tengan la sensación de haber logrado algo importante..
Cuando madres, padres y cuidadores dedican tiempo a jugar con niños y niñas, ellos aprenden el valor que tienen estos momentos compartidos. Es importante que prestarles toda la atención e involucrases en el juego. Al compartir la experiencia, le demostrás lo importante que es para vos.
Ver también >> ¿Por qué es importante el juego en la primera infancia?