El coronavirus y los niños: lo que padres, madres y cuidadores deben saber
Cómo protegerte a vos y a tus hijos

¿Cómo se contagia el COVID-19?
Habitualmente se produce después de un contacto cercano con una persona infectada a través de las gotitas que ésta produce al estornudar o toser.
¿Cuáles son los síntomas del coronavirus?
La fiebre, la tos y la insuficiencia respiratoria son algunos de sus síntomas. En casos más graves, la infección puede causar neumonía o dificultades respiratorias. En raras ocasiones, la enfermedad puede ser mortal.
Estos síntomas son similares a los de una gripe o un resfrío común, que son mucho más frecuentes que el COVID-19. Por ese motivo, para saber si una persona está infectada es necesario hacerle una prueba. Es importante tener en cuenta que las principales medidas de prevención del COVID-19 son las mismas que las de la gripe: lavarse las manos con frecuencia y cuidar la higiene respiratoria (cubrirse la boca o la nariz con el codo flexionado o con un pañuelo al toser o estornudar y desechar el pañuelo en una basura cerrada). Además, para la gripe existe una vacuna, por lo que es importante que tanto tú como tu hijo estén al día con su calendario de vacunación.
¿Cómo puedo evitar el riesgo de infección?
Estas son siete precauciones que vos y tu familia pueden tomar para evitar el contagio:

Lavarse las manos frecuentemente con agua y jabón o con un desinfectante que contenga alcohol

Evitar tocarse los ojos, la nariz y la boca con las manos sin lavar.

Evitar el contacto directo con una persona que tenga un resfriado o síntomas de gripe

Al estornudar o toser, taparse la boca y la nariz con un pañuelo, y descartarlo inmediatamente. De no tener, taparse con el codo flexionado.

Evitar compartir artículos personales, tales como cubiertos, plato, vaso, botella o mate.

Mantener los ambientes bien ventilados.

Llamar al médico para que vaya al domicilio en caso de tener fiebre, tos o dificultad para respirar.
¿El COVID-19 afecta a los niños?
Se sabe que cualquier persona puede infectarse, independientemente de su edad. Hasta el momento el COVID-19 entre los niños ha provocado síntomas leves. Las víctimas mortales han sido personas adultas de edad avanzada que ya padecían una enfermedad.
¿Qué debería hacer si mi hijo presenta síntomas del COVID-19?
Deberías buscar asistencia médica, pero no olvides que algunos síntomas del COVID-19, como la tos o la fiebre, pueden ser similares a los de la gripe o el resfriado común, que son mucho más frecuentes. Además, deberían evitar ir a lugares públicos (como el lugar de trabajo, la escuela o el transporte público) para no contagiar a otras personas.
¿Cómo puedo ayudar a mis hijos a sobrellevar el estrés de la situación?
Ante situaciones que les suponen estrés, niños y niñas pueden responder de diferentes maneras, por ejemplo: teniendo dificultades para dormir, mojando la cama, teniendo dolor de estómago o de cabeza, y estando ansiosos, retraídos, enojados, mimosos o temerosos. Respondé a estas reacciones apoyándolos y explicándoles que sus reacciones son normales ante una situación anormal. Escuchá sus preocupaciones y tomate el tiempo para contenerlos y darles afecto.
Si es posible, organizá momentos para que los niños jueguen y se relajen. Mantené las rutinas y los horarios habituales tanto como sea posible.
Proporcionales datos apropiados para su edad sobre lo que ha sucedido, explicales lo que está sucediendo y ofreceles ejemplos claros sobre lo que pueden hacer para protegerse a sí mismos y a los demás de la infección.
Compartí de una manera tranquilizadora información sobre lo que podría suceder. Por ejemplo, si tu hijo o hija se siente enfermo o debe quedarse en casa, podés decirle: “Tenés que quedarte en casa porque es más seguro para vos y tus amigos. Sé que a veces es difícil (puede darte miedo o incluso ser aburrido), pero tenemos que seguir las reglas para mantenernos a salvo a nosotros mismos y a los demás. Pronto las cosas volverán a la normalidad”.
¿Por qué es importante mantener la calma?
Los niños poseen una gran sensibilidad y suelen sintonizarse fácilmente con la emoción de sus adultos referentes. Esto hace que un niño o niña pueda reaccionar como un espejo que refleja las emociones de los adultos cercanos (por ejemplo, reaccionar con pánico frente al pánico, o reaccionar con calma frente a un adulto que controla la situación) o, por el contrario, que invierte los papeles (por ejemplo, al asumir el niño un rol adulto frente al descontrol de los mayores) lo que implica un costo emocional importante para ellos.
Es necesaria una actitud de “respuesta sensible” de parte de los adultos, lo que significa estar atentos a las necesidades y emociones individuales de cada niño o niña y responder a ellas de manera oportuna y adecuada.
Asimismo, es fundamental que los adultos se cuiden a sí mismos y traten de mantener hábitos de salud mental y física. El bienestar de quienes cuidan tiene un impacto positivo en niños, niñas y adolescentes.
Si los adultos sienten miedo, lo recomendable es que busquen apoyo en otros adultos; que conversen con ellos (lejos de los niños y niñas) acerca de sus miedos, sus angustias. Es necesario que se pida ayuda especializada si estas emociones no han pasado después de un mes de ocurrida la emergencia, más aún si van en aumento.
¿Una mujer embarazada tiene mayor riesgo?
Es normal que las inseguridades e incertidumbres se potencien en el embarazo, y se acentúan aún más cuando se dan en un contexto de emergencia sanitaria.
Si hay una mujer embarazada en casa, debe cuidarse de no estar en contacto con personas enfermas de cualquier enfermedad por un cuidado propio y del bebé. En el caso específico del COVID-19, las investigaciones realizadas hasta el momento no han demostrado que sea de mayor riesgo por la condición de embarazo. En términos generales, la mujer embarazada es una mujer joven y se ha comprobado que en la población joven el riesgo es menor. El embarazo en sí mismo no sumaría riesgo si la mujer contrajera la enfermedad. Y si se enfermara, todo indica que no tendría mayor riesgo de tener una evolución grave.
No hay que descuidar los controles médicos y las rutinas que el médico indique que se irán haciendo de la manera que la situación lo permita. Así también prepararse para el momento del parto, que puede darse en situaciones diferentes a lo habitual, quizás con menos días de internación y otras alternativas de apoyo al posparto y la lactancia, como por ejemplo, videollamadas o llamadas telefónicas.
¿Es seguro que una madre infectada de coronavirus amamante a su bebé?
Así como el virus no presenta un mayor riesgo para las mujeres embarazadas, lo que se ha demostrado hasta el momento es que no se trasmite a través de la leche materna. Por lo tanto, la indicación es continuar con lactancia materna, incluso si la madre se enfermara.
La leche materna es la mejor protección que le podemos dar al niño. Incluso ante una situación de incertidumbre como una epidemia, la madre puede seguir amamantando a su bebé siempre y cuando tome todas las precauciones necesarias.
Si una madre presenta síntomas como fiebre, tos o dificultad para respirar, debe consultar al médico de forma urgente. Si presenta síntomas o tiene la enfermedad, pero se encuentra lo suficientemente bien, deberá llevar mascarilla para amamantar a su bebé y siempre que esté cerca de él. Además, debe lavarse las manos antes y después de tener contacto con el niño, así como limpiar o desinfectar superficies que puedan estar contaminadas.
Si una madre está muy enferma y no está en condiciones de amamantar, es recomendable que se extraiga la leche, alimente a su bebé y mantenga la lactancia, siguiendo en todo momento las mismas medidas de prevención de la infección.
Si llegaran a separar a la mamá del bebé, es fundamental que se siga extrayendo leche. Tendría que ser con la misma frecuencia en que pondría al bebé al pecho: antes de la primera hora después de nacer, y luego cada 2 o 3 horas. Será un pequeño volumen de calostro pero lo importante es la estimulación para ir asegurando la producción. Además, será algo que conectará a la mamá y el bebé y los prepará a ambos para cuando puedan estar juntos nuevamente.
No hay ningún preparado para lactantes que pueda igualar a la leche materna. Además, el uso de mamaderas y chupetes siempre representa un riesgo de contaminación adicional, que en este escenario cobra especial relevancia.
En internet hay mucha información. ¿Qué debo hacer?
En Internet aparecen cada vez más mitos y desinformaciones sobre el coronavirus: cómo se transmite el COVID-19, cómo protegerse y qué hacer si te preocupa la posibilidad de haber contraído el virus.
Por eso, es importante ser precavido a la hora de buscar información y consejos. Además de los consejos que te facilitamos acá, la Organización Mundial de la Salud cuenta con una sección práctica donde se abordan algunas de las preguntas más frecuentes. También es recomendable mantenerse informado de las recomendaciones y las novedades sobre viajes, educación y otras directrices que publiquen las autoridades del país.
Para obtener más información sobre el nuevo coronavirus, consultar el sitio web de la OMS o el sitio web del MSP: coronavirus.gub.uy