Las vacunas no duelen, protegen
Nicaragua recibió 657,540 dosis de vacunas pediátricas contra la COVID-19, donadas por el Gobierno de Estados Unidos a través del Mecanismo COVAX, para apoyar la vacunación de niños y niñas de 5 a 11 años.
Chinandega, Nicaragua. Las risas de Diego y Sergio se mezclan con los pregones vespertinos que ambientan el barrio Montserrat, al Este de la ciudad de Chinandega, en Nicaragua. ¡Yoltamales! ¡turrones! ¡helados! son parte de la oferta. A ellos les encanta el helado y piden en un susurro a su “mamita” Modesta, de 66 años, el permiso para comprarse uno. La complicidad entre abuela y nietos es muy evidente.

Diego tiene nueve años, Sergio siete. A Sergio le gusta mucho el karate, e igual que su hermano mayor, ha ganado varias medallas en torneos locales y centroamericanos. A Diego no le gustan los enfrentamientos, ni los gritos ni jalones que acompañan este arte marcial, pero tomó las clases por sugerencia de su madre. “Mi mamá nos decía que debíamos aprender a protegernos, por eso quería que practicáramos defensa personal” relata Diego. Con la técnica aprendida, pero sin perder la magia de la infancia, los hermanos se disfrazan de sus personajes favoritos y combaten más entre carcajadas y abrazos que entre patadas o empujones.
En julio de 2021, la madre biológica de los hermanos Diego y Sergio, Meyling Estrada, falleció a sus 32 años a consecuencia del COVID-19. “La pandemia para mí ha sido un desastre total porque me arrebató a mi única hija y dejó sin madre a mis nietos” lamenta Modesta, que desde entonces asumió por completo el cuidado de Diego y Sergio. Ellos la llaman “mamita”, y no “abuela”.
La pérdida de su única hija motivó a Modesta a permanecer atenta a las jornadas de vacunación contra el coronavirus. “Cuando yo fui a vacunarme, por ser adulta mayor, una enfermera del centro de salud se ofreció a mantenerme informada sobre la llegada de las vacunas infantiles, y así fue; me llamó y de inmediato acudimos” cuenta.

Chinandega es uno de los departamentos más poblados de Nicaragua, con 441,896 habitantes, la mayor parte habita la cabecera departamental homónima. De acuerdo con datos del Ministerio de Salud (MINSA), el 78 por ciento de la población ha completado su esquema de vacunación contra la Covid-19 a julio de 2022. El porcentaje aumenta hasta el 87 por ciento cuando se ven los datos de quienes ya han recibido al menos una dosis.
A través del Mecanismo COVAX, UNICEF ha contribuido con el MINSA impulsando el suministro de vacunas más grande y complejo de la historia, para que los niños y las niñas tengan mayores oportunidades de desarrollar todo su potencial.
Diego, Sergio y su mamita Modesta, forman parte de quienes mantienen completo su esquema. Igual que en el resto de Nicaragua, en este departamento occidental, las autoridades de salud mantienen un modelo de vacunación que recurre a todos los espacios para informar y alcanzar a la población; puestos fijos de vacunación en los centros de salud, puestos itinerantes en ferias de salud comunitaria y otras actividades en barrios y aldeas, y visita casa a casa durante las jornadas de vacunación.
La experiencia con la aplicación de las vacunas contra el coronavirus será una de las anécdotas de infancia entre los dos hermanos. Para Diego fue inicialmente estresante. “Me sentía nervioso porque creía que iba a dolerme” recuerda. “La enfermera flaquita me decía que me calmara, que respirara profundo y cerrara los ojos, y al final fue como un piquetito de zancudo” cuenta entre sonrisas.

“Uno, dos, tres, cuatro…” cuenta Sergio. Él no olvida el consejo de la enfermera que le ayudó a olvidarse de la aguja. “Ella me dijo que cerrara los ojos y contara hasta diez y yo lo hice y de verdad no me dolió nada” recuerda.
Los dos hermanos corren y ríen por toda la casa, pasando frente a un retrato de Meyling que parece observarles amorosamente. “Estoy segura de que mi hija habría querido que nos vacunáramos, que nos protegiéramos de ese virus” enfatiza Modesta.
En el hogar de esta “mamita” y sus dos nietos, todos están al día con sus esquemas de vacunas, tanto las sistemáticas como la vacuna contra el coronavirus. “Estar vacunado significa estar protegido, y no estarlo significa poder enfermarte” dicen casi al unísono Diego y Sergio, para luego soltar una carcajada y abrazarse a su mamita modesta.
