COVID-19 y educación primaria y secundaria
Repercusiones de la crisis e implicaciones de política pública para América Latina y el Caribe
Puntos destacados
Más de 144 millones de estudiantes en América Latina y el Caribe completaron cerca de cinco meses sin asistir a la escuela como consecuencia de las medidas de salud pública tomadas por los gobiernos ante la pandemia del COVID-19. La crisis sanitaria ha representado: el cierre prolongado de escuelas, el encierro por las medidas de confinamiento, y la pérdida de seguridad económica en los hogares.
La atención de la emergencia educativa requiere que los gobiernos centren sus esfuerzos en garantizar el aprendizaje y bienestar de los niños y adolescentes, y trabajen en cuatro ejes prioritarios:
- planear la reapertura de escuelas con sentido de urgencia,
- desarrollar una estrategia que asegure el aprendizaje de todos los estudiantes en medio del nuevo contexto en donde no todas las horas de instrucción serán de manera presencial,
- mantener el rol protector de la escuela y garantizar servicios que han sido interrumpidos, y
- asegurar el bienestar emocional de la comunidad educativa (profesores, familias y estudiantes).
Implementar estas acciones de manera oportuna requiere proteger los presupuestos de educación en la región, promover la cooperación entre países y la articulación entre el sector educativo y otros sectores.
Esta crisis puede ser una oportunidad para repensar y construir un sistema educativo que cierre las brechas y contribuya a desarrollar el máximo potencial de todos los niños y adolescentes de la región. Para ello, se debe manejar la emergencia con visión de largo plazo, de manera que las inversiones estén encaminadas a reconstruir un sistema educativo que asegure el aprendizaje de los estudiantes, particularmente los más vulnerables.