La educación amenazada en África Occidental y Central
La infancia en peligro | Agosto de 2019

El conflicto en África Occidental y Central está teniendo un efecto devastador sobre la educación. Esta situación no debe convertirse en una crisis olvidada.
Treinta años después de que los gobiernos de todo el mundo aprobaran la Convención sobre los Derechos del Niño, el derecho a la educación está en peligro en las comunidades afectadas por los conflictos de África Occidental y Central.
En este momento, casi dos millones de niños carecen de educación en la región debido a la violencia y la inseguridad que impera en sus escuelas. En Burkina Faso, Camerún, Chad, Malí, Níger, Nigeria, la República Centroafricana y la República Democrática del Congo, el aumento de las amenazas y los ataques contra los estudiantes, los maestros y las escuelas, y contra la propia educación, están creando un sentimiento de aprensión entre los niños, sus familias, sus comunidades y la sociedad en general.
Ahora más que nunca, los gobiernos deben reafirmar su compromiso de proteger la educación contra los ataques y aportar los recursos necesarios para ayudar a sus ciudadanos más jóvenes a seguir aprendiendo. Ahora es el momento de renovar los esfuerzos para garantizar que no se desaproveche el potencial de toda una generación de jóvenes.
Panorama general de la crisis en África Occidental y Central

Este mapa está estilizado y no hecho a escala. No refleja una posición de UNICEF sobre la situación jurídica de ningún país o zona ni sobre la delimitación de ninguna frontera. Todavía no se ha determinado la frontera definitiva entre Sudán y Sudán del Sur.
¿Qué está ocurriendo?
En muchas zonas de África Occidental y Central está surgiendo una creciente hostilidad hacia la educación por parte de las facciones beligerantes. Más de una cuarta parte de los 742 ataques verificados contra escuelas en todo el mundo que ocurrieron en 2018 tuvieron lugar en cinco países de África Occidental y Central.
¿Cuántos niños están afectados?
El número de escuelas obligadas a cerrar debido al aumento de la inseguridad en las zonas de África Occidental y Central convulsionadas por los conflictos se triplicó entre finales de 2017 y junio de 2019. En junio de 2019, se habían cerrado 9.272 escuelas en ocho países de la región, lo que afectó a más de 1,91 millones de niños y a casi 44.000 maestros.
¿Por qué está amenazada la educación?
Especialmente en los países del Sahel Central (Burkina Faso, Malí y Níger) y de la cuenca del Lago Chad (Camerún, Chad, Níger y Nigeria), la oposición ideológica a lo que se considera una educación de estilo occidental –especialmente para las niñas– es una de las principales causas de muchas de estas disputas. Como resultado, los niños en edad escolar, los maestros, los administradores y la infraestructura educativa son el blanco de ataques deliberados. Al mismo tiempo, el empeoramiento de las condiciones de seguridad y de los conflictos, incluido el uso de las escuelas por parte de las fuerzas y los grupos armados, perturba aún más tanto el acceso de los niños a la educación como su calidad.
El aprendizaje en peligro
Cuando la educación es atacada, es imposible ofrecer una escolarización segura en el sentido tradicional. La amenaza de los ataques crea una sensación de miedo en las comunidades locales, y obliga a las escuelas a cerrar, a los maestros a huir y a los escolares a permanecer en casa, impidiéndoles aprender en las aulas junto a sus compañeros.

Los niños que no asisten a la escuela también tienen que hacer frente a un presente lleno de peligros. En comparación con otros niños que van a la escuela, corren un peligro mucho mayor de ser reclutados por grupos armados. Las niñas corren un riesgo elevado de sufrir actos de violencia por motivos de género y se ven obligadas a contraer matrimonio en la infancia con mayor frecuencia, con los consiguientes embarazos y partos precoces que amenazan su vida y su salud.

Sin educación, los niños se enfrentan a un futuro desprovisto de esperanza. La vida de un niño que no puede ir a la escuela es una tragedia debido a que su potencial queda sin explotar y a que sus oportunidades se pierden. En una región que se enfrenta a la inestabilidad y a un conflicto cada vez más complejo, la educación nunca puede ser una opción. Los niños deben tener la oportunidad de adquirir las destrezas, los conocimientos, los valores y las actitudes que necesitan para convertirse en adultos responsables, activos y productivos.
La vida de un niño que no va a la escuela es una tragedia debido a que su potencial queda sin explotar y a que sus oportunidades se pierden

Historias desde la región
¿Cómo ayuda UNICEF?
- Si bien un aula es preferible, no es el único lugar para ofrecer actividades de aprendizaje. Por ejemplo, UNICEF y la Children's Radio Foundation han estado colaborando desde 2016 en el diseño y la puesta en marcha del primer programa de educación radiofónica en situaciones de emergencia de este tipo.
- UNICEF también ha estado creando centros de aprendizaje temporales, que ofrecen un espacio reducido y seguro donde los niños aprenden matemáticas básicas y lectura. Además, allí les animan a escribir en sus cuadernos acerca de su familia y la historia de su comunidad, pero, sobre todo, les alientan a jugar: una actividad fundamental, especialmente para los niños que viven en zonas inseguras.
- UNICEF apoya los esfuerzos de las autoridades educativas de toda la región para mejorar las destrezas de los maestros, como, por ejemplo, equipando a los maestros antes y durante el servicio para que trabajen con los miembros de la comunidad en los planes de preparación y respuesta ante situaciones de emergencia, y para que presten apoyo psicosocial a los estudiantes. Este tipo de apoyo ayuda a los niños a sanar, recuperarse y consolidar su capacidad de recuperación.
- En el noreste de Nigeria, UNICEF trabaja para ayudar a los niños afectados por el conflicto a volver a aprender con la asistencia que necesitan para hacer realidad su derecho a la educación. El apoyo incluye centros de aprendizaje temporales; materiales de enseñanza y aprendizaje; capacitación docente en gestión positiva de las aulas y preparación para emergencias; rehabilitación escolar; y participación de la comunidad en la toma de decisiones en las escuelas.

Llamado a la acción
UNICEF y sus aliados exhortan a los gobiernos, las fuerzas armadas, otras partes en conflicto y la comunidad internacional a que adopten medidas concertadas para poner fin a los ataques y las amenazas contra las escuelas, los estudiantes, los maestros y demás personal escolar de África Occidental y Central, y a que apoyen la educación de calidad para todos los niños de la región. Para alcanzar estos objetivos:
- Los Estados deben proteger la educación y adoptar la Declaración sobre la seguridad en las escuelas, en la que se pide que se ponga fin a los ataques contra las escuelas, las instalaciones educativas y el personal.
- La enseñanza y el aprendizaje deben estar diseñados para fomentar la paz y apoyar la educación de las niñas – incluyendo la lucha contra los estereotipos basados en el género, la prevención del matrimonio infantil, la lucha contra la violencia basada en el género y las prácticas discriminatorias, y la protección del derecho a la educación de las niñas embarazadas.
- Las autoridades deben reforzar la capacidad del personal educativo mediante la formación en conocimientos y competencias básicas, métodos pedagógicos de eficacia demostrada y la prestación de apoyo psicosocial.
- Todos los niños refugiados, migrantes y desplazados deben poder seguir aprendiendo mediante el acceso a una educación de calidad.
- Los padres y las comunidades deben ser aliados esenciales en la tarea de garantizar el acceso a una educación de calidad durante y después de las situaciones de emergencia. Los gobiernos donantes deben comprometerse a aportar una financiación multianual y flexible para apoyar la educación en situaciones de emergencia y crear vínculos con los programas de educación a largo plazo.
Los programas de educación en las situaciones de emergencia que se producen en África Occidental y Central siguen sufriendo de una grave falta de financiación y se necesita urgentemente un mayor apoyo. A pesar de los riesgos a los que se enfrentan, las comunidades que se encuentran en primera línea de esta batalla no descansarán hasta que se garantice a los niños la educación, que es un derecho de todos ellos.