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El objetivo: lograr la enseñanza primaria universal

Metas para 2015:
(meta 3:
velar por que todos los niños y niñas puedan terminar un ciclo completo de enseñanza primaria)

Eliminar las disparidades entre los géneros en la educación primaria y secundaria.

Aunque el plazo para la mayoría de los Objetivos de Desarrollo del Milenio es el año 2015, el de la meta destinada a obtener la paridad entre los géneros se estableció 10 años antes, un reconocimiento de que la igualdad en el acceso a la educación es la base de todos los demás objetivos para el desarrollo. Sin embargo, las últimas estadísticas indican que por cada 100 niños que no van a la escuela, todavía hay 117 niñas en la misma situación.

Hasta que no haya el mismo número de niñas que de niños en la escuela, será imposible impartir los conocimientos necesarios para erradicar la pobreza y el hambre, combatir la enfermedad y asegurar la sostenibilidad del medio ambiente. Y millones de niños, niñas y mujeres seguirán muriendo innecesariamente, una circunstancia que pone en peligro todos los programas en favor del desarrollo.

Objetivo para 2015:

Asegurar que todos los niños y las niñas terminen un curso completo de enseñanza primaria.

Según los cálculos de 2001, alrededor de 115 millones de niños y niñas en edad escolar primaria, la mayoría niñas, no asisten a la escuela.

Educar a las niñas permite impulsar el desarrollo para todos.

Lograr el Objetivo relacionado con la educación servirá para promover el progreso de todos los demás objetivos del milenio. Educar a los niños y niñas contribuya a reducir la pobreza y promover la igualdad entre los géneros.

Ayuda a reducir las tasas de mortalidad en la infancia y promueve la preocupación por el medio ambiente. Está estrechamente vinculado al Objetivo 3 -paridad entre los géneros-  ya que la educación primaria universal exige por definición la paridad entre los géneros. Entretanto, la paridad entre los géneros en la educación primaria tiene muy poco valor si participa un número reducido de niños y niñas.

La educación, especialmente la escolarización primaria gratuita para todos los niños y niñas, es un derecho fundamental al que los gobiernos se comprometieron cuando firmaron en 1989 la Convención sobre los Derechos del Niño.

Véase el mapa: Relación entre la educación de las niñas y lograr el Objetivo de la pobreza

UNICEF promueve una educación básica de calidad para todos, con un mayor hincapié en la igualdad entre los géneros y la eliminación de todo tipo de disparidades. En especial, la escolarización de las niñas, y asegurar que permanezcan y aprendan en la escuela, ofrece lo que UNICEF denomina un "efecto multiplicador". Las niñas que han recibido una educación suelen casarse más tarde y tienen menos hijos, quienes a su vez disponen de más posibilidades de sobrevivir y están mejor alimentados y educados. Las niñas que han recibido una educación son más productivas en el hogar y reciben un mejor salario en el lugar de trabajo, y tienen más capacidad para participar en la toma de decisiones sociales, económicas y políticas.

La escuela ofrece también a los niños y niñas un entorno seguro, mediante el apoyo, la supervisión y la socialización. Aquí aprenden aptitudes para la vida práctica que pueden ayudarles evitar enfermedades, como el VIH/SIDA y el paludismo. Es muy posible que en la escuela reciban vacunas que les pueden salvar la vida, agua potable y suplementos con nutrientes. Educar a una niña reduce también de forma considerable la posibilidad de que su hijo muera antes de cumplir cinco años.

A la inversa, privar al niño o niña del acceso a una educación de calidad aumenta las posibilidades de que sea víctima del abuso, la explotación y la enfermedad. Las niñas están incluso más expuestas que los niños al riesgo de sufrir abusos cuando no van a la escuela. En muchos poblados, la escuela proporciona un refugio seguro para la infancia, un lugar donde es posible encontrar compañerismo, supervisión de adultos, letrinas, agua potable y, posiblemente, alimentos y atención de la salud.

Sin embargo, incluso estas cuestiones básicas están más allá del alcance de cientos de millones de niños y niñas. A estos niños se les priva de su derecho a una educación porque sus familias no pueden costear los gastos escolares u otros costos relacionados, o porque sus comunidades son demasiado pobres o están en un lugar demasiado remoto para disponer de instalaciones y materiales de enseñanza, o porque tienen que trabajar para traer alimentos a casa. Los niños y niñas de las poblaciones indígenas o las minorías étnicas son por lo general víctimas de la discriminación, que les excluye de la educación, lo mismo que ocurre con los niños y niñas con discapacidades.

Además, el VIH/SIDA ha diezmando las escuelas, las comunidades y las familias en todo el mundo, creando huérfanos y otros niños y niñas vulnerables. Los conflictos civiles y las crisis humanitarias privan también a la infancia de su derecho a una educación. Las niñas suelen ser las más afectadas por estos problemas. Son las primeras que tienen que abandonar la escuela si no hay suficiente dinero o si las tareas del hogar reclaman su atención, si los miembros de la familia necesitan recibir cuidados, si la escuela está demasiado lejos, o en situaciones de inseguridad generalizada. La consecuencia es la pérdida de la promesa que trae consigo toda nueva generación.

Para que se cumpla el objetivo relacionado con educación es necesario tomar medidas para abordar tanto las necesidades humanas como los materiales –edificios, libros y maestros– y los requisitos orgánicos necesarios para que todos los niños y niñas vayan a la escuela para asegurarles una educación. Entre estos requisitos hay que señalar la igualdad en la sociedad, la buena salud y nutrición, y el respaldo firme de los gobiernos y las comunidades.

UNICEF responde mediante:

La participación en tareas de difusión y promoción. UNICEF lleva a cabo campañas de información mundiales sobre la importancia de que tiene escolarizar a los niños y las niñas, especialmente estas últimas, y ha comprometido 233 millones de dólares para estas actividades. Por ejemplo, la campaña de UNICEF "¡Vamos niñas! Educación para toda la infancia" se dedica a aumentar la concienciación, generar apoyo público y movilizar recursos destinados a "25 para 2005", un esfuerzo acelerado para matricular a las niñas en la escuela en 25 países. En estas campañas participan diversos aliados –desde niños y maestros a dirigentes religiosos– y mediante deportes populares como el fútbol y el críquet es posible difundir también los mensajes. UNICEF trabaja directamente con los gobiernos para abordar temas como la discriminación de género u otros obstáculos para la educación, como son los costos escolares o el trabajo infantil forzoso.

"Acompañar" a los países en la formulación de políticas educativas y su implementación. En el caso de los países que solicitan asistencia, UNICEF les ofrece un apoyo sostenido multisectorial más allá de la financiación. Esto incluye participar activamente en la toma de decisiones sin mostrarse demasiado prominente o tratar de dictar términos, al mismo tiempo que se respeta la visión que tenga ese país sobre su propio desarrollo, y establecer actividades de cooperación dentro de marcos de asistencia para el desarrollo más amplios.

Cada vez hay más países, por ejemplo, que han adoptado enfoques sectoriales al desarrollo de la educación, y UNICEF participa junto a otros aliados clave en los procesos de elaboración de políticas y la planificación. UNICEF ofrece apoyo para la recopilación y distribución de datos sobre la situación educativa de la infancia, ayuda a establecer sistemas de información y gestión educativa más firmes y comparte prácticas para la elaboración de políticas educativas. UNICEF también promueve iniciativas innovadoras que puedan impulsar la matriculación y la participación, como la eliminación de los costos escolares y la reducción de otro tipo de costos, y la preparación de un "conjunto esencial de aprendizaje" que puede utilizarse en situaciones de emergencia.

Promoción de la atención y el desarrollo de la primera infancia para asegurar un "buen comienzo" en la educación. Las enfermedades, la desnutrición o el retraso en el desarrollo restringen gravemente la capacidad de aprendizaje de los niños y niñas. UNICEF contribuye a fortalecer la capacidad de las comunidades y las familias para proteger y cuidar a los grupos en situación de desventaja, especialmente los niños y niñas huérfanos a causa del VIH/SIDA.

UNICEF adquiere y distribuye vacunas para alrededor de un 40% de los niños y niñas en el mundo en desarrollo, al mismo tiempo que difunde información sobre ellas, y ofrece educación e intervenciones para luchar contra enfermedades como el paludismo, el gusano de Guinea y la anemia, todas las cuales pueden alejar a los niños de la escuela y el aprendizaje. Las campañas nacionales y los programas locales de difusión ayudan a educar a los cuidadores en el hogar sobre las mejores prácticas relacionadas con una buena higiene y alimentación, especialmente el amamantamiento.

El aprendizaje comienza al nacer e invertir en el cuidado y el desarrollo de calidad para el niño en su primera infancia puede mejorar sus posibilidades de rendimiento y aprendizaje educativo para el resto de su vida. UNICEF apoya esfuerzos como los programas de atención y desarrollo en la primera infancia basados en la comunidad; la educación de los progenitores; y vincular la salud, la promoción del higiene, la nutrición y otras intervenciones tempranas.

Intensificar las alianzas para la educación de las niñas. UNICEF es el organismo coordinador de la Iniciativa de las Naciones Unidas para la Educación de las Niñas (UNGEI), un grupo de aliados dedicados a alcanzar los objetivos de paridad e igualdad entre los géneros en la educación. Presentada por el Secretario General de las Naciones Unidas, Kofi Annan, en el Foro Mundial sobre la Educación, celebrado en Dakar en 2000, UNGEI ha establecido un programa de acción y un marco de alianzas para el movimiento mundial de educación de las niñas (en inglés).

UNICEF es también un aliado fundamental en la Iniciativa Acelerada iniciada por el Banco Mundial en 2002, y apoyada por muchos donantes bilaterales, para contribuir a movilizar recursos en favor del objetivo de la educación. La Iniciativa tiene el propósito de ayudar a los países con políticas, datos, fomento de la capacidad y apoyo financiero, y ayudarlos a mejorar la eficacia en el manejo de sus recursos.

UNICEF ha intensificado también la campaña "25 para 2005", una estrategia de aceleración que incluye promoción, financiación, resolución de problemas y la creación de alianzas comunitarias para mejorar la paridad entre los géneros en la educación en 25 países muy diversos donde se necesita una urgente asistencia en este sector.

UNICEF apoya también firmemente el Movimiento para la Educación de las Niñas, una iniciativa de base implantada en varios países de África y presentada oficialmente en Uganda en 2001. El objetivo de los clubes de este Movimiento es habilitar a las niñas por medio de la educación y sensibilizar a las comunidades sobre la importancia que tiene enviar a todos, niños y niñas, a la escuela.

Ayudar a las escuelas a proporcionar suministros, agua potable y saneamiento. El agua, el saneamiento y la higiene son fundamentales para matricular y mantener a las niñas en la escuela, ya que ellas son las más afectadas si las letrinas son poco higiénicas o inexistentes. La falta de instalaciones limpias y separadas de saneamiento en las escuelas no fomenta que muchas niñas vayan a tiempo completo a la escuela y algunas de ellas les obliga a abandonarla, especialmente cuando se acercan a la adolescencia y al comienzo de la menstruación. La falta de agua en los hogares aleja también a las niñas de las aulas, ya que son ellas quienes tienen que recorrer largas distancias para obtener el agua destinada al hogar. Todos los niños y las niñas pierden nutrientes, energía y la capacidad de aprender si están infectados con parásitos que se trasmiten por el agua.

UNICEF está muy presente en los proyectos relacionados con el agua, el saneamiento y la higiene en las escuelas, y apoya iniciativas en 73 países, entre otras la distribución de bombas de agua en las escuelas primarias y la capacitación de maestros en educación para la higiene. UNICEF también adquiere materiales como la escuela en una caja, un kit pre-empaquetado con libros de ejercicios, lápices, gomas y tijeras, suficientes para un maestro y 80 estudiantes.

Proteger el derecho a la educación en las situaciones de emergencia. En cualquier momento determinado, entre una cuarta parte y una tercera parte de los países donde trabaja UNICEF están afectados por situaciones de emergencia que surgen debido a los conflictos, las crisis económicas, los desastres naturales o una combinación de todos estos factores.

Para contribuir a proporcionar un sentimiento de normalidad, así como de seguridad ante mayores riesgos relacionados con la violencia y la explotación que los niños, y especialmente las niñas, sufren en tiempos como éstos, UNICEF proporciona tiendas de campaña, suministros y recursos humanos como parte de los programas de regreso a la escuela. UNICEF, en colaboración con sus aliados, ayuda también a organizar campañas de regreso la escuela a gran escala, y ofrece asistencia a largo plazo a los gobiernos para que apoyen la reanudación de actividades de educación de calidad, la reconstrucción de las escuelas y la infraestructura, y la preparación de estrategias de aprendizaje aceleradas y adaptadas a la situación local para los niños y niñas que no van a la escuela.

Progresos

En todo el mundo, se han alcanzado progresos considerables en la matriculación/asistencia en la escuela primaria y, si se mantienen las tendencias actuales, la mayoría de los países de las regiones de Oriente Medio y África del Norte, Asia oriental y el Pacífico, y América Latina y el Caribe, parecen mantener el rumbo para lograrlo en 2015. En Europa Central y del Este y la Comunidad de Estados Independientes, aunque la tasa de aumento tiene que mejorar, es sin duda posible lograr el objetivo. En todas estas regiones, los avances en la matriculación/asistencia necesitan traducirse también en tasas elevadas de terminación de la escuela primaria.

El mundo ha logrado también firmes progresos en la asistencia/matriculación en general. En 2001, la tasa neta de matriculación/asistencia en la escuela primaria en el mundo (1) era de un 82%, lo que significa que un total de 115 millones de niños y niñas en edad escolar no acudían a la escuela primaria. Las proyecciones de UNICEF indican que, en 2005, el porcentaje de niños y niñas en edad escolar primaria que acudan a la escuela aumentará a un 86%.

El logro es considerable, ya que significa que si la población en edad escolar primaria del mundo se mantiene constante o disminuye entre 2000 y 2005, como han proyectado las Naciones Unidas (3), el número de niños y niñas no escolarizados podría ser de menos de 100 millones por primera vez desde que se ha registrado este tipo de datos.

Sin embargo, no será suficiente para asegurar que todos los niños y las niñas se beneficien de un curso completo de educación primaria en 2015. Es preciso acelerar el paso. El mundo tendrá que mantener una tasa media anual de aumento de la tasa de matriculación/asistencia en la escuela primaria de 1,3% durante los próximos 10 años. Los cálculos y proyecciones de UNICEF indican que tres regiones –Oriente Medio y África del Norte, Asia meridional, y África occidental y central– no lograrán el objetivo de la paridad entre los géneros en la educación primaria en 2005, y tendrán que alcanzar una tasa media anual de aumento considerablemente mayor para cumplir el Objetivo de Desarrollo del Milenio.

Las políticas y estrategias mundiales en el futuro tendrán que ayudar a los países a lograr un crecimiento exponencial de la tasa media anual de aumento por medio de una serie de incrementos sustanciales en sus tasas de escolarización.

Enlaces de UNICEF

Vídeo

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