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El objetivo: combatir el VIH/SIDA, el paludismo y otras enfermedades

Metas para 2015:
Detener y comenzar a reducir la propagación del VIH/SIDA

Detener y comenzar a reducir la incidencia del paludismo y otras enfermedades graves

Millones de niños y niñas mueren innecesariamente.

El paludismo mata a un niño en algún lugar del mundo cada 30 segundos.

La enfermedad puede llegar a ser cruel para la infancia, especialmente cuando se combina con la pobreza, un factor que afecta a gran parte del mundo en desarrollo. Cuando no hay una buena nutrición, saneamiento y atención de la salud, el VIH/SIDA, el paludismo, el sarampión, la poliomielitis y la tuberculosis significan la muerte segura para millones de niños y niñas que en otras partes podrían sobrevivir y florecer.

Solamente el SIDA ha costado la vida de más de 20 millones de personas y podría costar muchas más vidas si se mantienen las tendencias actuales. Alrededor de 500.000 niños y niñas menores de 15 años murieron a causa de la enfermedad solamente el año pasado, y un 13% de las nuevas infecciones en 2004 (640.000 casos) afectaron a niños y niñas. Y las madres y las mujeres embarazadas están enfermas; hasta noviembre de 2004, las mujeres constituían cerca del 50% de los más de 37 millones de personas que vivían con VIH en todo el mundo, y un 60% en África subsahariana.

La pandemia afecta a todos los sectores de la sociedad en un ciclo de enfermedad y vidas perdidas; los progenitores enfermos no pueden trabajar ni mantener a su familia, los niños abandonan la escuela para ayudar, los huérfanos son víctimas de la violencia, la enfermedad y, tal vez más tarde, el VIH/SIDA; un país afectado por la pobreza tiene mucha menos capacidad para prestar apoyo a sus ciudadanos.

Sin embargo, el paludismo es proporcionalmente más mortífero para los niños y niñas menores de cinco años, responsable de un 10% de la mortalidad infantil en el mundo en desarrollo. Cuando se contrae durante el embarazo, puede afectar gravemente el tamaño y el desarrollo del recién nacido. Impide que los niños y niñas acudan a la escuela y que los adultos trabajen. Todos los años le cuesta a África de 10.000 a 12.000 millones de dólares en producto interno bruto perdido.

En una respuesta con carácter de urgencia a esta sombría situación, varios países africanos se comprometieron en 2000 a establecer una serie de metas para la lucha contra el paludismo que deben cumplirse a finales de 2005. Los métodos consistían sobre todo en la distribución de mosquiteros tratados con insecticida entre el 60% de las personas más expuestas a riesgo y la administración de tratamiento intermitente preventivo para el 60% de las mujeres embarazadas.

Otras enfermedades cuestan la vida de numerosas víctimas infantiles. La desnutrición y el SIDA contribuyen al aumento en los casos de tuberculosis, que afecta actualmente a 250.000 niños y niñas. Los brotes de poliomielitis y cólera exigen medidas rápidas y experimentadas en algunas de las zonas más afectadas del mundo.

Durante las últimas décadas, las investigaciones y la experiencia han indicado claramente lo que es necesario hacer, aquello que da resultados y lo que no los da. Hay medidas rentables y de eficacia demostrada, entre ellas la administración de suplementos de micronutrientes, los mosquiteros tratados con insecticidas, la lactancia materna y las intervenciones para mejorar la atención básica de la salud. Estas iniciativas forman la base de la promoción y las actividades de UNICEF para contribuir a derrotar la enfermedad y lograr el Objetivo del Milenio 6, así como el Objetivo 4, la supervivencia infantil.

UNICEF responde mediante:

Un enfoque sobre el VIH y la infancia. UNICEF dirige sus actividades hacia varias esferas fundamentales para combatir esta pandemia, la primera de las cuales es la prevención. Más de 2 millones de niños y niñas menores de 15 años están infectados con VIH, y la mitad de las nuevas infecciones en 2003 se produjeron entre jóvenes de 15 a 24 años. Con la colaboración de gobiernos y aliados civiles, UNICEF contribuyó a reducir los riesgos y la vulnerabilidad al VIH/SIDA entre los adolescentes mediante el aumento en el acceso y la utilización de materiales de promoción de la salud sexual y de la reproducción sensibles a las cuestiones de género, y a información para la prevención de enfermedades, capacitación y servicios.

Por ejemplo, UNICEF contribuyó a organizar campañas de información sobre la prevención y el tratamiento del VIH/SIDA, y a aumentar el acceso de los jóvenes a servicios de salud acogedores y sensibles en cuestiones de género, donde se ofrecen pruebas de detección y consejería voluntarias, especialmente en los países afectados por situaciones de emergencia.

UNICEF también apoya medidas de los gobiernos para evitar la transmisión  del virus de progenitor a hijo.  En 2004, 640.000 recién nacidos contrajeron la infección por VIH durante el embarazo de sus madres, o a través de la leche materna. Las mujeres embarazadas con VIH pueden reducir a la mitad la posibilidad de transmitir el VIH a sus hijos si disponen de acceso a medicamentos antirretrovirales. UNICEF contribuye a fortalecer las capacidades del gobierno para asegurar que tanto las mujeres como los niños reciban una proporción equitativa de tratamiento con antirretrovirales.

Como parte de esta actividad, UNICEF, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y ONUSIDA presentaron en 2003 la iniciativa “3 para 5”, que trata de asegurar que 3 millones de personas tengan acceso al tratamiento antirretroviral para finales de 2005. La iniciativa sirve de complemento a la labor de los gobiernos donantes, los organismos internacionales y las empresas farmacéuticas para reducir los precios de las medicinas y aumentar el acceso al tratamiento.

UNICEF promueve también la consejería sobre las prácticas de lactancia materna para que todos los progenitores afectados por el VIH/SIDA sepan cómo prevenir la transmisión a los recién nacidos.

Sobre la base de las tendencias actuales, el número de niños y niñas huérfanos a causa del SIDA en África subsahariana superará los 18 millones en 2010. Además de ser más vulnerables a la desnutrición y la enfermedad, los huérfanos suelen tener más problemas para rendir en la escuela o mantenerse en ella. UNICEF promueve y apoya los programas familiares, comunitarios y nacionales que prestan asistencia a las familias y a los niños que han perdido a uno o ambos progenitores debido al VIH/SIDA. Entre estos programas se encuentran la escolarización, los servicios de salud y el apoyo psicosocial.

Trabajar con los aliados para hacer retroceder el paludismo. El paludismo afecta sobre todo a los pobres, que suelen vivir en zonas donde abunda esta enfermedad, en viviendas que ofrecen muy poca protección contra los mosquitos. En la actualidad, la utilización en los hogares de mosquiteros tratados con insecticidas es escasa, un promedio de sólo un 1%, debido a que los mosquiteros son demasiado caros o no están disponibles en algunas zonas.

Las mujeres embarazadas son especialmente vulnerables al paludismo, ya que el embarazo reduce la inmunidad de la mujer, aumenta las posibilidades de infección y el riesgo de contraer enfermedades y anemia grave, y de morir. El paludismo aumenta el riesgo de que se produzca un aborto espontáneo, mortinatalidad, parto prematuro y bajo peso al nacer, una de las principales causas de mortalidad infantil.

UNICEF, junto al Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo y el Banco Mundial, se unió a la OMS en 1998 para establecer la alianza mundial “Hacer retroceder el paludismo”, con el objetivo de reducir a la mitad el problema del paludismo en 2010. Con UNICEF a la cabeza en las actividades en África oriental y occidental, el grupo de unos 90 aliados mundiales –gobiernos de los países donde el paludismo es endémico, gobiernos donantes, organizaciones internacionales, fundaciones privadas e instituciones académicas– trabaja de manera conjunta en una serie de intervenciones para eliminar el paludismo.

Una de las más importantes intervenciones es la adquisición a gran escala de mosquiteros impregnados con insecticida, el método más eficaz de prevención contra la enfermedad, y el establecimiento de sistemas locales de distribución. Si todos los niños y niñas menores de cinco años de África durmiesen bajo un mosquitero impregnado con insecticida, que cuesta solamente 4 dólares, se podrían evitar todos los años cerca de 500.000 muertes infantiles.

Por ejemplo, la iniciativa colaboró en 2002 con el Gobierno de Malawi en un proyecto para aumentar la escala de la distribución de mosquiteros tratados con insecticida a fin de proporcionar un acceso amplio y equitativo a estos productos. Por medio de las clínicas de maternidad y los centros infantiles se distribuyeron mosquiteros tratados con insecticidas subsidiados; otros se distribuyeron por medio de redes comunitarias o se vendieron a través del sector privado. Hoy en día, Malawi dispone de uno de los programas de distribución de mosquiteros tratados con insecticidas más amplios de África y ha demostrado que la distribución de mosquiteros puede dar resultados a nivel nacional.

Los aliados de la iniciativa “Hacer retroceder el paludismo” trabajan también para alentar a las compañías, especialmente en África, a que fabriquen ellas mismas los mosquiteros. Una fábrica en Tanzanía fue la primera en producir un mosquitero con insecticidas de larga duración impregnados en la tela.

Las mujeres embarazadas, especialmente aquellas que están embarazadas por primera vez, pueden tomar medicinas para evitar y tratar el paludismo. La gestión de la enfermedad en el hogar –que requiere educar y capacitar a las familias y distribuir medicinas pre empaquetadas de alta calidad– permite a las familias ocuparse eficaz y rápidamente de sus propios hijos, una ventaja importante ya que el paludismo puede matar en cuestión de horas.

El grupo que compone la iniciativa ha establecido alianzas con empresas farmacéuticas para adquirir y distribuir nuevos antipalúdicos eficaces denominados combinaciones de medicamentos basados en la artemisinina (ACT), e investigar pruebas diagnósticas. Junto a sus aliados, UNICEF moviliza a las comunidades, especialmente por medio de las clínicas prenatales, a fin de proporcionar medicamentos para el tratamiento preventivo contra la enfermedad, y promociona enseñar a las madres, tenderos y otras personas para que reconozcan los síntomas del paludismo y traten la enfermedad en el hogar.

Progresos

El mundo no está en camino para cumplir los objetivos sobre la salud. La prevalencia del VIH aumenta en muchos países, especialmente en Europa y Asia. Las cifras absolutas son mayores en China y la India, y la tasa de incidencia en África meridional, por encima del 17% en los siete países que componen la región, es la mayor de todas. Aunque los fondos que se gastan mundialmente en el SIDA han aumentado 15 veces desde 1996, todavía son menos de la mitad de lo que se necesitaría en 2005 en los países en desarrollo. Solamente un 7% de las personas que necesitan tratamiento antirretroviral en los países en desarrollo tenían acceso al medicamento a finales de 2003. La incidencia de la tuberculosis, la enfermedad relacionada con SIDA más mortífera, se ha triplicado en África desde 1990. En algunas partes, un 75% de las personas que tienen VIH tienen también tuberculosis.

El paludismo es una enfermedad persistente, pero se han logrado algunos avances, especialmente en su seguimiento. A mediados de 2005, la OMS y UNICEF presentaron el Informe Mundial sobre el Paludismo, un análisis sobre la situación de la enfermedad y los progresos para erradicarla. Por ejemplo, algunos países han conseguido alcanzar o incluso superar varias de las metas de Abuja. La mayoría de los restantes países están en condiciones de comenzar a aumentar la escala de sus actividades antipalúdicas. Un total de 23 países africanos están utilizando las nuevas medicinas ACT, y 22 han adoptado una estrategia, recomendada por la iniciativa “Hacer retroceder el paludismo”, que consiste en tratar en el hogar los casos de paludismo entre niños y niñas menores de cinco años.

El número de mosquiteros impregnados con insecticida que se han logrado distribuir ha aumentado 10 veces durante los últimos tres años en unos 14 países africanos. Y las encuestas han indicado un aumento considerable en la cobertura con mosquiteros tratados con insecticida para niños y niñas de países como Eritrea y Malawi. Pero las tasas de mortalidad es son todavía elevadas entre quienes contraen la enfermedad y una gran mayoría de las muertes se producen entre niños y niñas menores de cinco años.

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