Protección contra la violencia
UNICEF trabaja para prevenir situaciones de violencia, abuso y abandono, así como para fortalecer a distintos actores de la sociedad para que las detecten y aborden desde un marco de derechos.

Desafío
Todos los niños, niñas y adolescentes tienen derecho a una vida libre de violencia. Sin embargo, se trata de un fenómeno naturalizado y extendido en la sociedad uruguaya, que atraviesa los diferentes niveles socioeconómicos, géneros y edades.
La violencia infantil puede manifestarse de diversas maneras, a través de cualquier forma de perjuicio o abuso físico, o psicológico; descuido o trato negligente; malos tratos o explotación, incluido el abuso sexual.
Todas estas expresiones constituyen una violación a los derechos de los niños y pueden impactar en su desarrollo a corto, mediano y largo plazo. La exposición prolongada a la violencia trae consecuencias importantes en la autoestima, el aprendizaje y sentimientos como miedo, angustia y desconfianza, y repercute en su crecimiento físico, cognitivo, emocional y social.
La violencia hacia la infancia puede ocurrir en diversos ámbitos: a nivel comunitario, institucional, e incluso familiar.
En Uruguay, un 54,6 % de niños de entre 2 y 14 años son sometidos a algún método de disciplina violento (físico o psicológico) en sus hogares (UNICEF, 2013).
Sin importar dónde ocurra, la violencia hacia la infancia debe ser abordada como una prioridad. Es un fenómeno de alto impacto para el desarrollo de los niños y de las sociedades, y se deben generar los esfuerzos para prevenirla y afrontarla.
Solución
UNICEF promueve el fortalecimiento de entornos de protección para que todos los niños, niñas y adolescentes puedan crecer libres de toda forma de violencia y abuso, y así alcanzar el desarrollo pleno de sus capacidades.
Para ello, UNICEF trabaja junto con el Estado y organizaciones de la sociedad civil en la mejora de los procesos y prácticas institucionales para fortalecer la prevención, detección y atención de las situaciones de violencia, a la vez que brinda herramientas y capacitaciones, en diversos ámbitos como la salud, la educación y la justicia. Además, genera conocimiento sobre el fenómeno de la violencia hacia la infancia y la adolescencia, para contribuir al diseño de políticas públicas efectivas.
Por otra parte, se desarrollan estrategias de sensibilización para fomentar cambios en las normas sociales y culturales y las actitudes personales, que permitan mejorar los entornos en que crecen los niños. En esta línea, se producen guías y materiales con consejos para padres, madres y cuidadores en torno a cómo poner límites y educar sin violencia.