Evitemos una década perdida
Medidas urgentes para revertir el efecto devastador de la COVID-19 sobre la infancia y la juventud
Puntos destacados
Casi dos años después de que comenzara la pandemia, los efectos generalizados de la COVID-19 siguen agravándose, mientras aumenta la pobreza y se afianza la desigualdad. Aunque algunos países se están recuperando y están restableciendo una “nueva normalidad”, para muchos otros la COVID-19 sigue siendo una catástrofe. Los derechos humanos de todos los niños y niñas están en peligro en un grado que no se había visto en más de una generación.
Hasta ahora, la respuesta mundial ha sido profundamente desigual e inadecuada. El mundo se encuentra en una encrucijada. Las medidas que tomemos ahora determinarán el bienestar y los derechos de los niños en los próximos años.
Con motivo del 75 aniversario de UNICEF, este informe hace un balance de los efectos actuales de la COVID-19 sobre la infancia y describe el trabajo que aún queda por delante para responder a la pandemia, recuperarnos de ella y reimaginar el futuro de todos los niños y niñas.
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El problema
- La COVID-19 es la peor crisis para la infancia en los 75 años de historia de UNICEF y está revirtiendo avances que había costado mucho trabajo conseguir. Si no se toman medidas, el mundo se enfrentará a una década perdida para los niños, y los Objetivos de Desarrollo Sostenible se convertirán en un sueño imposible.
- En menos de dos años, 100 millones de niños más se han sumido en la pobreza, un aumento del 10% desde 2019.
- En el mejor de los casos, se necesitarán entre siete y ocho años para recuperarnos y volver a los niveles de pobreza infantil anteriores a la COVID.
- La profunda disparidad en la recuperación de la pandemia está ampliando la brecha entre los países más ricos y los más pobres. Mientras que los países ricos se están recuperando, los más pobres están llenos de deudas y los avances en materia de desarrollo son cada vez más escasos. Además, la tasa de pobreza sigue aumentando en los países de ingresos bajos y en los países menos adelantados.
El peligro
- Para que el mejor escenario posible se haga realidad, debemos actuar cuanto antes.
- Incluso antes de la pandemia, alrededor de 1.000 millones de niños de todo el mudo y la mitad de todos los niños de los países en desarrollo sufrían al menos una privación grave, ya que carecían de acceso a la educación, la salud, la vivienda, la nutrición, el saneamiento o el agua.
- El mundo se encuentra en una encrucijada. Debemos decidir si protegemos y ampliamos los avances conseguidos en materia de derechos de la infancia a lo largo de los años o si sufrimos las consecuencias del retroceso y la pérdida de una década para los niños y los jóvenes de hoy, algo que nos afectará a todos, en todas partes.
Pero hay esperanza
- En lugar de sentirse indefensos ante las dificultades, los niños y los jóvenes de hoy afrontan el cambio y los obstáculos y salen adelante con resiliencia y coraje. En lugar de limitarse a aceptar un futuro ya determinado, han decidido pasar a la acción. La generación joven actual tiene más esperanza y confía en que el mundo se está convirtiendo en un lugar mejor.
- Las crisis actuales también presentan una oportunidad única para que el mundo se reimagine a sí mismo como un colectivo justo, seguro e interdependiente en el que todos los niños y niñas tengan las mismas posibilidades de alcanzar su potencial.
- Durante 75 años, UNICEF ha sido el principal arquitecto y defensor de los derechos de la infancia en el mundo, y su labor en defensa de todos los niños, especialmente en tiempos de crisis, es hoy más importante que nunca.
- Este no es el momento de ser cautos: es el momento de trabajar juntos y construir un futuro mejor.
El mundo se encuentra en una encrucijada. ¿Nos unimos para defender estos años de progreso en materia de derechos de la infancia? ¿O permitimos que la recuperación desigual de la COVID-19 margine aún más a los más desfavorecidos y aumente la desigualdad?
A medida que celebramos el 75 aniversario de UNICEF, seguiremos trabajando para crear un mundo en el que brindemos oportunidades a todos los niños. Se trata de un compromiso ambicioso que depende de la creación y el fortalecimiento de las alianzas con los gobiernos, la sociedad civil, nuestros organismos hermanos de las Naciones Unidas y las empresas. Juntos, podemos seguir avanzando sobre la base de 75 años de resultados en favor de la infancia.
Esto es lo que debe ocurrir
- Lograr que nuestro futuro colectivo –nuestros niños y niñas– sea el primero a la hora de recibir las inversiones y el último a la hora de sufrir recortes.
- Este programa de acción se basa en los 75 años de experiencia, investigación y práctica de UNICEF; 75 años escuchando a los niños y los jóvenes.
- Para responder a la pandemia, recuperarse y reimaginar el futuro de cada niño, UNICEF pide:
- Invertir en protección social, capital humano y gasto público para lograr una recuperación resiliente que incluya a todos
- Poner fin a la pandemia y revertir el alarmante retroceso en materia de salud y nutrición infantil
- Reconstruir de manera más sólida garantizando una educación de calidad, protección y buena salud mental para todos los niños
- Aumentar la capacidad de resiliencia con el fin de mejorar la prevención y la respuesta a crisis y proteger a los niños.