¿Pueden las madres dar de lactar a sus bebés en tiempos de COVID-19?
Katherine Silva, especialista en Salud y Nutrición de UNICEF, despeja las inquietudes que muchas mujeres en periodo de lactancia o que están próximas a dar a luz están teniendo en estos momentos.

El mundo está viviendo una pandemia a causa del coronovirus y es probable que muchas madres se hayan preguntado si pueden o podrán dar de lactar a sus bebés.
Hasta el momento, no hay evidencia de que el COVID-19 pueda transmitirse en la leche materna. Esto quiere decir que las madres pueden dar de lactar con tranquilidad.
La leche materna proporciona anticuerpos y todos los nutrientes, vitaminas y minerales que un bebé necesita para su crecimiento y es un estímulo vital para su desarrollo. Por lo tanto, es la mejor protección que se le puede dar a los niños contra enfermedades y más aún en tiempos de epidemia.
La lactancia junto al contacto piel con piel inmediatamente después del parto ayudan a regular la temperatura corporal de los recién nacidos y los expone a bacterias beneficiosas que se encuentran en la piel de las madres. Estas bacterias buenas protegen a los bebés de enfermedades infecciosas y les ayudan a fortalecer sus sistemas inmunológicos.
En este sentido, es importante que los profesionales de la salud permitan la lactancia materna y el apego piel con piel, ya que son dos aspectos fundamentales que contribuyen al correcto desarrollo del niño o la niña.
Si la madre contrae el virus COVID-19 o tiene sospecha, ¿qué medidas de prevención debe tomar?
Si una madre tiene sospecha de haber contraído el virus o ya tiene un diagnóstico de COVID-19, puede seguir amamantando a su bebé, siempre y cuando aplique las siguientes medidas:
- Lavarse las manos frecuentemente con agua y jabón o con un gel hidroalcohólico, especialmente antes y después de tocar al bebé lactante.
- Utilizar una mascarilla médica cuando se tenga contacto con el bebé, en particular mientras se amamanta.
- Cubrirse la boca y la nariz con un pañuelo al estornudar o toser. Una vez se utilice, debe ser desechado inmediatamente y lavarse las manos.
- Limpiar y desinfectar sistemáticamente todas las superficies que toquen las personas infectadas con el virus o con sospecha.
- Es importante sustituir la mascarilla médica en cuanto empiece a humedecerse y desecharla inmediatamente. No se debe reutilizar la mascarilla ni tocar su parte frontal.
¿Puede una madre enferma de COVID-19 amamantar a su bebé si no tiene acceso a una mascarilla?
La lactancia es fundamental para reducir la mortalidad en los recién nacidos, además de proporcionarles numerosos beneficios para la salud y su desarrollo cerebral.
Se recomienda el uso de la mascarilla al contraer el virus COVID-19, pero si no es posible acceder a este elemento de protección, se debe continuar con la lactancia, cumpliendo las otras medidas como el lavado de manos, la limpieza de superficies y cubrirse la nariz y la boca al estornudar o toser.
Las mascarillas higiénicas (por ejemplo, caseras o de tela) no se han evaluado. En este momento no es posible recomendar ni desaconsejar su uso.
¿Qué puede hacer una mamá si se siente muy enferma para dar de lactar a su bebé?
Si la madre se siente muy enferma a causa del COVID-19 u otras complicaciones, es recomendable que se extraiga la leche materna para que un cuidador sano se lo pueda dar al bebé, ya sea a través de una cucharita o de una taza, siguiendo siempre todas las medidas de higiene y desinfección.
Si la madre padece COVID-19, ¿puede practicar el apego piel con piel con su bebé inmediatamente nazca?
Está comprobado que el apego piel con piel inmediatamente cuando nace el bebé, y en particular la técnica de la “madre canguro”, mejora la regulación de temperatura de los neonatos y se asocia a una mayor supervivencia neonatal. Además, colocar al recién nacido junto a la madre permite que el bebé se sienta seguro y tenga una iniciación temprana de la lactancia materna, lo que también reduce la mortalidad del bebé recién nacido.
Los numerosos beneficios del contacto piel con piel y de la lactancia materna superan sustancialmente los posibles riesgos de transmisión y enfermedad asociados a la COVID-19.