Nuestra crianza
El rol de las familias en la protección de las niñas y los niños, la responsabilidad con su crecimiento y bienestar, forman parte importante del Proyecto de Ley de Código de las Familias, que se somete a consulta popular en Cuba desde este 1ro de febrero
El rol de las familias en la protección de las niñas y los niños, la responsabilidad con su crecimiento y bienestar, forman parte importante del Proyecto de Ley de Código de las Familias, que se somete a consulta popular en Cuba desde este 1ro de febrero.
Promover una parentalidad positiva es un compromiso de UNICEF, junto a una comunidad cada vez más amplia de madres, padres y otras personas cuidadoras de niñas, niños y adolescentes. Las buenas prácticas que aplican en la crianza respetuosa se basan en los afectos y el reconocimiento de los derechos de la infancia.
UNICEF Cuba acompaña una iniciativa que apuesta por la promoción de una educación participativa, respetuosa y libre de violencias para niños, niñas y adolescentes. Se trata del proyecto Crianza Respetuosa que llevan a cabo la Sociedad Cubana de Psicología y la Facultad de Psicología de la Universidad de La Habana.
Esta experiencia surgió en el contexto generado por la pandemia de la COVID-19 para dar apoyo a madres, padres y otras personas cuidadoras. Ofrece servicios de acompañamiento y asesoría psicológica en plataformas virtuales. Al cierre del 2021, 5 085 personas se habían beneficiado con el proyecto.
Muchas familias se han sumado a este proceso de aprendizaje colectivo, que implica cuestionar cómo fuimos criados y a partir de ahí desprenderse de estereotipos y prejuicios para asumir una crianza que apuesta por la no violencia, la equidad y la diversidad. Criar positivamente requiere de una red de apoyo y los grupos del proyecto han sido parte de esa red para las familias que participan.
La crianza respetuosa privilegia el acompañamiento, el respeto de los derechos y la autonomía de niños, niñas y adolescentes, así como la existencia de límites sanos que protejan y potencien el desarrollo.
Alex, Amelia, Ian, Amelié, Daniel Ernesto, Liam Paulo, Mar, Mauro, Eva, Lino, Lucía, Ernesto, Samuel y Amalia llegan a este espacio para dejarnos constancia de lo andado junto a sus padres y madres. Los esfuerzos de estas familias diversas por criar con respeto no pueden resumirse en imágenes fijas. Sin embargo, lo que sí nos dejan son claves y retos para seguir pensándonos nuestra crianza.
Las fotos de Alex llegaron a propósito del reto sobre crianza respetuosa que lanzamos desde UNICEF Cuba. Su mamá, Liudmila, contó cómo Alex ya ha pasado por varias profesiones u oficios imaginarias en sus 6 años. Entre ellas: chef, pintor, cuidador de niños y niñas y bailarín. “Nosotros no escogeremos nunca por él. Nos encanta que sepa defender con fuerza (no imaginan cuánta) lo que le gusta. Y con que sea bueno, y feliz, nos conformamos”, comentó su mamá.
Amelia disfruta de una tarde de juegos, naturaleza y cariños junto a su mamá Annalie. “Durante el transcurso de la pandemia y el aislamiento es imprescindible preservar el juego, el cariño y sobre todo la fantasía de niños y niñas, porque es la única forma en que podrán conocer el mundo que les rodea”, comenta Annalie. La afectividad consciente y el apego son fundamentales para la crianza respetuosa.
Niurka y Yamila son las madres de Ian (9 años) y Amelié (7 años), respectivamente. Ellas comparten la vida y la crianza de Ian y Amelié. Acompañan juntas sus juegos, estudios y cuidados y dejan ver cuánta felicidad hay en la diversidad. Para crecer saludables, niños y niñas necesitan sentir el cariño y la protección de sus familias.
Arianna y Daniel Jesús crían a sus hijos Daniel Ernesto y Liam Paulo con el respeto como base. “El secreto está en comprendernos, respetarnos, saber que somos diferentes y aun así no soltarnos nunca de la mano. El secreto está en inventarse motivos para sonreír juntos”, comenta Arianna.
Mar está a punto de cumplir su primer año de vida. Su mamá y su papá buscan información y estudian juntos para asumir los retos de la crianza de su hija. “Los padres de Mar elegimos el método BLW (alimentación guiada por la bebé) para estimular el disfrute de los alimentos, el desarrollo psicomotriz y la autonomía de nuestra niña”, comenta Zoila, mamá de Mar.
Mauro demuestra su independencia desde bien pequeño. Para Yohana, su mamá, “acompañar a los niños y las niñas a descubrir habilidades propias favorece su autoconfianza y genera un ambiente de disfrute familiar que estimula mucho el aprendizaje”.
Eva colabora con las tareas del hogar. Involucrar en estas labores a niños, niñas y adolescentes, les genera confianza, autoestima y respeto por las tareas de cuidado. A su vez, se contribuye al sentimiento colectivo de corresponsabilidad.
Lino ya logra cepillarse los dientes solo. Además, disfruta la compañía de su mascota. Es de vital importancia que madres, padres y otras personas cuidadoras, conozcan las características psicológicas de cada etapa del desarrollo de niños y niñas para potenciar una crianza respetuosa.
Ernesto y Lucía son hermanos. Sus fotos llegaron a propósito del reto sobre crianza respetuosa que lanzamos desde UNICEF Cuba. Su mamá Laura comenta que en casa tienen juguetes diversos: “los tenemos grandes, pequeños, de colores, nuevos, viejos, prestados, heredados... Pero no hay juguetes para niño o niña. Para nosotros los juguetes son para jugar y aprender. Lu juega con la excavadora, Erne le da la leche a Pepín y a mí me encanta verlos divertirse y reinventarse a través de los juegos”.
Samuel tuvo fotos de cumpleaños hechas por su mamá y su papá en espacios al aire libre, como alternativa ante las condiciones epidemiológicas. Fue el protagonista de sus fotos de cumple y hasta hizo algunas en el proceso. “Apoyar que niños y niñas ejerzan su derecho a la libre expresión de la creatividad y a realizarse como seres humanos en desarrollo, es también una muestra de crianza respetuosa”, comenta Zulema, mamá de Samuel.
Una comunicación activa que reconozca los derechos de niñas y niños es esencial para una crianza respetuosa. Esa idea guía a Leslie, mamá de Amalia, a conversar con su hija siempre desde los códigos de la pequeña e intentando estar a su misma altura.