El compromiso de Constanza y Catalina con la educación y el medio ambiente
Ambas estudiantes realizan talleres sobre ciencia en localidades rurales de su región.

SANTIAGO/Chile - Constanza y Catalina son dos adolescentes de la ciudad de Coyhaique, región de Aysén, en el extremo sur de Chile. Son compañeras del Liceo Bicentenario Altos del Mackay y unieron su pasión por la ciencia para enseñar a niños y niñas de localidades rurales de la región a descubrir y conocer sus recursos naturales.
La región de Aysén es una de las menos pobladas del país, y está rodeada de grandes glaciares, fiordos y montañas nevadas. Paisajes ricos en recursos naturales que motivaron a estas jóvenes a crear el proyecto “ConCiencia, rompamos el círculo de la pobreza”, y que las llevó hasta Santiago, como representantes de Chile en el encuentro de CONCAUSA 2018.
Sus talleres de ciencias para niños entre 7 y 14 años son en terreno y los hacen los fines de semana. Viajan largas horas por rutas escarpadas, cruzan lagos, caminan, muchas veces con frío, nieve o lluvia para compartir sus conocimientos y contagiar su pasión por la ciencia.
Constanza Huaquer, de 17 años, dice que en su región existen muchas escuelas rurales y muy distantes de la ciudad, lo que no les permite entregar educación de calidad a los niños que allí se educan. “Nos dimos cuenta de las brechas de desigualdad en la educación y quisimos trabajar con los chicos para darles experiencias educativas en sus propios lugares de residencia, especialmente en los sectores rurales. Queremos que ellos puedan salir de sus casas y trabajar con nosotros en los temas científicos de una manera más fácil. Hacemos los talleres los fines de semana, y nosotros mismos grabamos y subimos este material a nuestro canal de YouTube Villa Ciencia”.
“Nos dimos cuenta de las brechas de desigualdad en la educación y quisimos trabajar con los chicos para darles experiencias educativas en sus propios lugares de residencia, especialmente en los sectores rurales”, cuenta Constanza.
Sus ojos brillan de emoción cuando describen la recepción de los niños y niñas a quienes realizan los talleres. “Los niños del poblado se van pasando la voz y cada vez se suman más a los talleres”.
Catalina Silva, de 17 años, quién a los 9 inició su participación en los talleres y ahora es una de las líderes del proyecto, se siente muy orgullosa de poder representar a su región y dar a conocer su trabajo en este encuentro CONCAUSA. “Nos enteramos por los profes que había un proyecto que iba en la línea de lo que nosotros estábamos haciendo. Así que nos reunimos, empezamos a revisar la información y analizamos cómo nuestro proyecto representaba los ODS (Objetivos de Desarrollo Sustentable). Nos postulamos a CONCAUSA casi por si acaso, pero cuando quedamos seleccionados fue muy emocionante y es mucho más de lo que esperábamos”.
Catalina y Constanza son enfáticas en señalar que la experiencia CONCAUSA es única y enriquecedora. “Llegar acá, conocer a los chicos de otros países y ver que se está formando esta red de jóvenes con ideales, ganas de seguir surgiendo; y de ayudar al mundo...y ver que muchas realidades o situaciones que ocurren en Ecuador también pasan en Chile, que se pueden replicar experiencias, es realmente hermoso”, puntualizó Catalina.
Su sueño inmediato es expandir su proyecto y convencer a más niños y adolescentes a que “deben sacar su voz” y que más jóvenes se sumen a estas iniciativas.