Libros digitales accesibles y menos prejuicios
Tecnología multimedia que cambia la vida de la niñez en Paraguay
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José no tenía lugar en el sistema educativo paraguayo porque el sistema no se adaptaba a su condición física, generada a partir de la parálisis cerebral que restringe su posibilidad de caminar, hasta que llegó a una escuela en la que los niños y niñas con y sin discapacidad aprenden cada uno a su ritmo gracias a un secreto: libros digitales accesibles y enseñanza libre de prejuicios.
José llega sonriente a su escuela y saluda a todos los que están en el portón esperándolo. Está cursando el sexto grado en la escuela Medalla Milagrosa de Limpio, una pequeña ciudad paraguaya a 20 kilómetros de la capital, Asunción, a la que acude en forma presencial desde 2022 y donde, dice, se siente cómodo y feliz.
José desparrama alegría a sus 11 años y es muy conversador. Su tema preferido es el fútbol, consume todo lo que tenga que ver con este deporte. También le encanta jugar a la Play Station y ayudar en el local comercial de la familia, donde se encarga de hacer el cobro de las compras que hacen los clientes. José nació en 2011 con parálisis cerebral, lo que le restringe la movilidad, es decir, requiere de una silla de ruedas para poder movilizarse. “Mucho de lo que es José hoy se debe a su actual escuela”, cuenta Montserrat Ramírez, su mamá.
La escuela Medalla Milagrosa de Limpio es un modelo de inclusión. En sus aulas se enseña, desde el preescolar hasta el noveno grado, lengua de señas y se hace énfasis en la atención a niños y niñas con y sin discapacidades. Empezaron a trabajar hace 15 años y hoy son un referente para el sector educativo paraguayo.
“Yo realmente no conocía la escuela”, admite Montserrat. Un familiar le había hablado de la escuela pública Medalla Milagrosa, el trato que tienen con los niños y que en esta institución la discapacidad no es impedimento para aprender.
Teniendo en cuenta esa filosofía, UNICEF comenzó a implementar allí un plan piloto que, en esta primera parte, está dejando resultados esperanzadores. Se trata de la utilización de libros digitales accesibles. El material cuenta con audio narrado y la opción de interactuar con el libro a través de diversas modalidades de información y de expresión, entre las cuales está un intérprete de lengua de señas en pantalla. De esta manera, todos los estudiantes, oyentes o no, pueden entender lo que está pasando y participar activamente en el proceso de aula.
José es uno de los estudiantes que utiliza este libro y dice que le ayuda a entender mejor la clase y, sobre todo, a poder realizar tareas, por lo que participa activamente en las actividades escolares. Una realidad muy diferente a la que le tocó en las otras escuelas donde estuvo. El día a día para un niño con discapacidad es un desafío muy grande, sobre todo en un país como Paraguay, donde la inclusión en todos los sectores todavía es materia pendiente.
“Recorrí todas las escuelas de Limpio esperando que le tengan en cuenta a José, pero fue imposible”, dice Montserrat. José estuvo en cuatro escuelas de la ciudad antes de conocer Medalla Milagrosa. “Nunca le tuvieron en cuenta. Yo sentía que para las profesoras era como si iba a ser un estorbo, una carga más”, relata. Montserrat cuenta que uno de los momentos más difíciles que le tocó vivir fue cuando le comentó a la directora de una escuela que José no podía caminar y le respondió: “Niños así, nosotros, no aceptamos”. “Él siempre era dejado de lado. No participaba de las exposiciones, las profesoras no le daban tareas. Estaba siempre excluido y no se sentía parte del grupo”, cuenta Montserrat.
Pero todo aquello hoy queda en el olvido.
Libros inclusivos
Liliana González es profesora de la escuela Medalla Milagrosa y señala que el libro digital accesible es una gran ayuda para lograr que todos sus alumnos aprendan y participen en la clase, tengan o no alguna discapacidad. “José ha tenido una evolución importante”, dice la profesora González.
La idea del libro es justamente lograr que las clases tengan un efecto inclusivo real. El proyecto de libros digitales accesibles es una gran herramienta que permite, de forma efectiva, lograr que en cada aula los alumnos tengan la misma oportunidad de aprender, comenta César Martínez, director general de Educación Inclusiva del Ministerio de Educación y Ciencias (MEC) de Paraguay. “Paraguay y Uruguay son dos de los primeros países donde se están desarrollando estos programas. Es un proyecto que cambia el paradigma de nuestra educación. Esto hace que entendamos que hay diferentes formas de aprender”, dice Martínez.
“Siempre quise ser arquero de fútbol, pero creo que también me gustaría ser youtuber cuando sea más grande”, dice José, ya en la habitación de su casa. A su lado, su hermano, Axel, de 6 años, acompaña la charla. “Me gusta mucho mi escuela porque hice muchos amigos y ahora aprendo mucho. Me siento muy cómodo y mis profesoras me ayudan”, dice José.
El cambio que ha mostrado José es significativo y, sobre todo, muy positivo, relata su madre Montserrat. “Antes para mí era casi un suplicio hacer que él pueda ir a la escuela porque lloraba, no se sentía con ganas. Nunca quería ir. Pero desde que está en Medalla Milagrosa es todo lo contrario: amanece con buen humor, está con ganas de ir. Es otra cosa”, dice Montserrat.
José pregunta por los equipos que tenemos para la grabación y la entrevista. Se muestra curioso por cómo organizamos todo. De dónde somos. Cómo hacemos lo que hacemos y la serie de preguntas avanza mientras continuamos camino al patio, donde José y Axel tendrán un encuentro futbolístico, que hacen casi todos los días.
Como buenos amantes del fútbol, en la casa de José y Axel sobran pelotas. Eligen una y José va al arco. Entonces Axel es el que practica tiros al arco. “Tenés que verme, soy un verdadero crack”, dice Axel, desafiante, lo que desata la risa de José.
Montserrat dice que, como pasa con todos los hermanos, José y Axel tienen sus encontronazos, pero, por lo general, conviven bien.
“Estuve mucho tiempo buscando un lugar donde José se sienta bien. La verdad, es un logro muy importante para él sentirse parte de un grupo, eso de sentir que puede hacer amigos”, expone Montserrat.
Karimi Yaluff, directora y fundadora de la escuela Medalla Milagrosa, dice que casos como el de José son la evidencia de que la educación puede ser totalmente inclusiva con las herramientas adecuadas. Yaluff cuenta que cuando abrieron la escuela, hace 15 años, se enfocaron en niños y niñas con discapacidad inspirados en su hijo Thobías, que nació con discapacidad auditiva y a quien no pudieron llevar a una institución educativa donde pueda desarrollarse como estudiante plenamente. Sin embargo, la directora dice que con el paso del tiempo entendieron que los niños y niñas con y sin discapacidad aprenden de igual manera si tienen las mismas oportunidades. Empezaron así a trabajar en sistemas de aprendizaje con la presencia de un intérprete de lengua de señas en cada clase, además de organizar tareas en formato de video para sus estudiantes. “Ya veníamos haciendo algo parecido a lo que tenemos ahora con el libro digital. Yo creo que es un gran paso para demostrar que es posible lograr una verdadera inclusión en la educación paraguaya”, dice Yaluff.
Con la inclusión de estos libros digitales accesibles, el proyecto de UNICEF es llegar a cubrir al menos 30 escuelas para 2023 y luego lograr, con el Estado paraguayo, que esto se expanda a todas las instituciones educativas del país.
Germán, el modelo
Germán Rodríguez Balmaceda es modelo lingüístico de la escuela Medalla Milagrosa, es decir, es la persona sorda cuya primera lengua fue la de señas y que muestra a los demás su idioma e identidad en lengua de señas. A través de un intérprete, el profesor Rodríguez cuenta su historia. Dice que desde pequeño sufrió mucho por utilizar las manos para comunicarse porque eso estaba prohibido. Solo con el paso de los años, cuando la lengua de señas fue aceptada, empezó a tener mayor libertad y a comunicarse mejor.
Rodríguez opina que la familia tiene que estar abierta y predispuesta a adquirir el idioma de lengua de señas para que eso después pueda replicarse en la sociedad. Dice que le gusta trabajar en Medalla Milagrosa porque logra desarrollar la identidad de cada alumno y alumna. Además, así demuestra que con voluntad se puede lograr mayor inclusión en las escuelas de Paraguay.
“Mi sueño es ver a José siendo más independiente”, dice Montserrat, mientras ve cómo juega con su hermano a la pelota. El primer día que encontramos a José en su escuela, luego de hablar sobre clubes, la actúalidad de Messi y de otros astros del fútbol mundial, se despidió con una pregunta: “¿Puedo ser tu amigo ahora?”.