Preguntas frecuentes sobre crianza positiva
Logra una crianza firme pero amorosa con niñas, niños y adolescentes

Actualmente muchas madres, padres y cuidadores naturalizan el uso del castigo corporal y otros métodos autoritarios para educar a criar a sus hijos e hjijas, y desconocen métodos respetuosos de la dignidad de la niña y del niño. Toda persona al cuidado de una niña, niño o adolescente tiene la responsabilidad de cuidarle, protegerle y formarle mediante una crianza afectiva y respetuosa de todos sus derechos, donde no tienen lugar el maltrato, castigos físicos, humillantes y crueles, amenazas, gritos, regaños y críticas atemorizantes.
Las madres, padres y personas cuidadoras tienen el enorme reto de dejar atrás los métodos violentos y autoritarios que generan un impacto negativo en el desarrollo infantil, para practicar una crianza y educación basada en la paz, dignidad, tolerancia, libertad, igualdad y solidaridad.
A continuación damos respuesta a las preguntas de muchos adultos sobre el cuidado, educación y trato hacia las niñas, niños y adolescentes, la promoción del buen trato y la crianza respetuosa de los derechos humanos, así como para la erradicación del castigo corporal y humillante.
1. Crianza positiva y buen trato
¿Qué es la crianza positiva?
Son aquellas prácticas de cuidado, protección, formación y guía que posibilitan el desarrollo, bienestar y crecimiento saludable y armonioso, tanto físico como mental, espiritual, ético, cultural y social de las niñas, niños y adolescentes, gracias a que se realiza de acuerdo con la evolución de las facultades, la etapa del ciclo vital de desarrollo, características y circunstancias de la niña, niño o adolescente, sin recurrir a la violencia, sino respetando sus derechos humanos.
Desde la iniciativa INSPIRE podríamos entender a la crianza positiva como aquellas prácticas que refuerzan los comportamientos adecuados de una manera positiva sin recurrir a castigos físicos ni a tratos crueles y humillantes.
¿Las madres, padres y personas cuidadoras tienen el derecho de educar y disciplinar a las niñas, niños y adolescentes bajo cualquier tipo de criterio?
No se puede educar ni disciplinar a niñas, niños y adolescentes siguiendo criterios que resulten o que pudieran resultar perjudiciales, sino conforme al respeto a las leyes y a sus derechos humanos, asegurando, de acuerdo con el artículo 103 de la Ley General de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes, un entorno afectivo, comprensivo y sin violencia para el pleno, armonioso y libre desarrollo de su personalidad, por lo que queda prohibido cualquier acto u omisión que atente contra su integridad física, psicológica o desarrollo integral.
¿Qué alternativas existen para educar de manera respetuosa?
Las posibilidades son muchas. Por ejemplo:
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Celebrar en familia los logros obtenidos y los retos superados por las niñas, niños y adolescentes.
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Provocar encuentros de diálogo cara a cara para comunicar una enseñanza o un principio que deseas que incorpore.
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Hacer preguntas en un ambiente respetuoso acerca de la situación que generó el problema, para que descubran qué los empujó a tal comportamiento y cómo pueden resolverlo.
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Escuchar y comprender sus sentimientos y necesidades.
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Alentarlos ante los retos y responsabilidades de la vida cotidiana.
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Gritar menos y explicar más, hablar menos y escuchar más.
¿Cómo manejar los berrinches de manera adecuada?
El primer paso para su manejo adecuado consiste en que el adulto conserve la calma para que pueda acercarse con respeto, sensibilidad y paciencia.
El segundo paso consiste en hacer conexión emocional con la niña o niño para que recupere la seguridad y la calma. Una vez tranquilo, el adulto puede ponerle palabras a la situación, describiendo el hecho, nombrando y validando sus emociones: “Veo que estás enojado porque querías tocar el enchufe de la luz y te lo impedí, lo hice porque eso es peligroso”.
Finalmente, el adulto le ofrece una alternativa que sea viable, pues el “no” genera frustración que puede superarse ante la apertura de otra posibilidad: “No es seguro jugar con el enchufe de luz, pero qué tal si jugamos con tu pelota”
¿Cómo poner límites a las niñas, niños y adolescentes de manera respetuosa?
Los siguientes son algunos principios y directrices a considerar:
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Tomar en cuenta la edad y la singularidad de la niña, niño o adolescente, sus necesidades, su edad, así como el entorno y circunstancias en las que se despliega su comportamiento.
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La finalidad de los límites y las normas es señalar el camino que posibilita el sano crecimiento y desarrollo de niñas, niños y adolescentes.
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Los límites y las normas se basan en razones y se explican de la manera más clara posible cada que sea necesario.
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Los límites y las normas deben ser sencillas y simples, así como tener cierto grado de estabilidad; pueden cambiar si existen razones para ello.
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Los modelos sociales deseables y no deseables son planteados con claridad y ejemplificados por los adultos.
¿Cómo acompañar a las niñas, niños y los adolescentes en su crecimiento sin caer en la sobreprotección ni en la permisividad?
Algunas pautas para evitar la sobreprotección y la permisividad:
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Conocer a la hija o hijo para alentarle a asumir retos para los cuales se encuentra listo.
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Alentar y reforzar sus conductas para que den pasos hacia la autonomía.
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Permitirles contar con sus propios criterios, ideas y potenciar sus iniciativas.
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Facilitarles situaciones en las que puedan irse separando de madres, padres y personas que les cuidan, así como para socializar con otras niñas, niños o adolescentes.
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Con las y los adolescentes estimular sus actitudes y habilidades múltiples, sobre todo para la convivencia, la tolerancia a la frustración, el respeto a sí mismo y a los demás, la empatía, la responsabilidad, la solidaridad y otros criterios morales necesarios para la toma de decisiones.
¿Qué hacer para que las y los adolescentes mantengan la confianza hacia las madres, padres y personas cuidadoras?
Para que dicha confianza se sostenga:
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Hazle sentir que cuentan contigo en todo momento.
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Mantente dispuesto y disponible para escucharles.
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No pretendas estar encima de ella o él todo el tiempo, sino cuando lo requiera.
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Construye un espacio donde la convivencia y muestra interés genuino por conocer su mundo.
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Formula preguntas reflexivas y abre el debate desde el respeto y la apertura hacia las ideas.
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Comparte puntos de vista más que verdades absolutas.
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Cuando se trate de abordar conflictos con las y los adolescentes será importante buscar formas creativas de resolución.
¿Cómo puedo adquirir herramientas de crianza positiva?
En la actualidad existen gran cantidad de alternativas para adquirir herramientas para la crianza positiva: conferencias, talleres, cursos presenciales y online, así como gran cantidad de información en la internet: artículos, folletos, infografías, libros, entrevistas, etcétera.
Puedes informarte en los sistemas para el Desarrollo Integral de la Familia, en algunos Centros de Salud, en la escuela de tus hijas e hijos, en alguna organización de la sociedad civil.
2. Castigo corporal y humillante
¿Qué es el castigo corporal y humillante?
Castigo corporal o físico es todo aquel acto cometido en contra de niñas, niños y adolescentes en el que se utilice la fuerza física, incluyendo golpes con la mano o con algún objeto, empujones, pellizcos, mordidas, tirones de cabello o de las orejas, obligar a sostener posturas incómodas, quemaduras, ingesta de alimentos hirviendo u otros productos o cualquier otro acto que tenga como objeto causar dolor o malestar, aunque sea leve.
Castigo humillante es cualquier trato ofensivo, denigrante, desvalorizador, estigmatizante, ridiculizador y de menosprecio, y cualquier acto que tenga como objetivo provocar dolor, amenaza, molestia o humillación cometido en contra de niñas, niños y adolescentes.
En México, de acuerdo con el artículo 105, fracción IV, de la Ley General de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes, queda prohibido que quienes tengan trato con niñas, niños y adolescentes ejerzan castigo corporal y humillante, así como cualquier otro tipo de violencia en su contra.
¿Los castigos corporales y humillantes utilizados como medida disciplinaria desde la temprana infancia generan consecuencias?
Los golpes pueden perjudicar el desarrollo infantil en cualquier momento de la vida, sobre todo en la primera infancia, y las consecuencias pueden ser no sólo de tipo psicológico, sino también neurofisiológico.
Las afectaciones al cerebro, sobre todo en edades tempranas, pueden condenarle a una vida de impulsividad, de dificultad para procesar las emociones y el razonamiento moral, para tomar decisiones sociales correctas, etcétera.
Las afectaciones del castigo corporal y humillante pueden aparecer en las esferas físicas, emocionales, cognitivas, sociales y morales de la personalidad.
Algunas personas suelen decir que gracias a la educación rígida y hasta severa, con castigos físicos y amenazantes, hoy son “gente de bien”, ¿es verdad tal afirmación?
Es falso que los castigos y los golpes construyen “personas de bien”, o sea, personas éticas, solidarias, respetuosas, libres, igualitarias. La “gente de bien” es resultado del buen trato recibido en el largo proceso de educación y crianza,3 o resultado de haber podido sacudirse las consecuencias de las prácticas de crianza autoritarias.
De acuerdo con la evidencia, los métodos violentos, como el castigo corporal y humillante dificultan el aprendizaje de la niña y del niño acerca de lo que está bien y de lo que está mal, disminuyen la empatía e incrementan la agresión y las conductas delictivas, entre otras cosas.
¿Qué sienten y piensan las niñas y los niños cuando se les castigan físicamente para corregir su comportamiento?
Los sentimientos que experimentan las niñas y niños cuando son castigados físicamente son de desagrado y los sentimientos de culpa; los sentimientos recurrentes suelen ser: tristeza, miedo, enojo, impotencia, culpa, desconcierto y confusión; se sienten lastimados o no queridos.
¿Por qué las madres, padres y personas cuidadoras utilizan el castigo corporal?
Algunas de las muchas razones son:
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Haber recibido castigo físico en la propia infancia y naturalizarlo.
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Considerarlo una alternativa pedagógica válida y útil.
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Falta de tiempo, disposición y herramientas para practicar una crianza positiva.
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Frustración o estrés.
¿La prohibición del castigo corporal y humillante limita la autoridad de las madres, padres y otras personas cuidadoras?
La prohibición del castigo corporal no limita la autoridad de madres y padres, sólo limita el ejercicio arbitrario y perjudicial del poder que otorga la patria potestad.
En la Observación General 8, del Comité de los Derechos del Niño, de Naciones Unidas se especificó que, al rechazar toda justificación de violencia y humillación como formas de castigo hacia las niñas, niños y adolescentes, no se está rechazando el concepto positivo de disciplina, ya que el desarrollo sano del niño depende de las madres, padres y otros adultos puedan ejercer una orientación necesaria para su crecimiento, a fin de llevar una vida responsable en la sociedad.
¿Qué hacer cuando las madres y padres lastiman a sus hijas o hijos?
Se recomienda lo siguiente:
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Reconocer y responsabilizarse del daño en lugar de culpabilizar a la niña, niño o adolescente: “Fui yo quien perdió la cabeza y te lastimé con mi grito, regaño, golpe…”
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Validar los sentimientos de dolor, coraje, desilusión o resentimiento que pueda existir hacia ti por parte de tu hija o hijo ante el castigo, golpe, grito o insulto recibido: “Tus sentimientos tienen razón de ser ante mi reacción impulsiva”.
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Aprovechar la situación para explicarle que absolutamente nadie tiene derecho a lastimarle, bajo ninguna circunstancia.
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Hacerte el firme propósito de no volverlo a lastimar (ni física, ni psicológicamente, ni de otra manera).
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Reparar o resarcir el daño a través de actos que le hagan recuperar la seguridad y la calma a tu hija o hijo.
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Hacer acuerdos con tu hija o hijo acerca de la manera en que abordarán estas situaciones en caso de volverse a presentar.
¿Qué hacer cuando madres, padres y personas cuidadoras sienten que sus recursos se agotaron para dar respuesta a los problemas de conducta de sus hijas o hijos?
Si sientes que los recursos se agotaron para abordar los conflictos y conductas con tus hijas e hijos busca apoyo con profesionales de la salud mental en los sistemas para el DIF, Centros de Salud o en instituciones privadas u organizaciones de la sociedad civil.
3. Mitos y realidades sobre la crianza
Existen algunos mitos que sostienen prácticas de crianza perjudiciales para las niñas, niños y adolescentes. Se trata de expresiones que, a fuerza de repetirse en una sociedad, terminan por considerarse verdaderas. Los siguientes son algunos de estos mitos que siguen siendo defendidos, pero que, en la actualidad, la evidencia científica, el enfoque de derechos y el marco jurídico mexicano nos aclara.
Mito |
Realidad |
Con las niñas y niños más vale una nalgada a tiempo |
La responsabilidad de cuidado de niños y niñas debe basarse en preservar sus derechos y respetar sus necesidades. La nalgada no responde a una necesidad de ellas y ellos, es producto de la frustración de los adultos al tratar de detener una conducta. No es una manera adecuada de resolver conflictos pues quebranta su dignidad. No hay nalgadas a tiempo. |
La letra con sangre entra |
La letra entra con el respeto, amabilidad y calidez que el profesor prodiga al alumnado. Entra con el ambiente de paz, seguridad y confianza que el docente construye en el aula, condición necesaria para que se activen los circuitos del cerebro que facilitan el aprendizaje. Es en entornos de seguridad y confianza donde se despliega la capacidad de exploración y adquisición de conocimiento. |
Una cosa es golpear a las niñas y niños al extremo y sin sentido y otra darle un golpe como correctivo para que el niño vea que sus malas acciones tienen consecuencias negativas. |
Golpear al extremo y sin sentido o castigar con un solo golpe son la misma cosa: violación a los derechos de las y los niños y en consecuencia un acto arbitrario e ilegal. Si las acciones de la niña o del niño son “malas”, las consecuencias negativas llegarán por sí solas, derivadas de la conducta. Al adulto le corresponderá ayudarle a identificar y reflexionar dichas consecuencias, ayudarle a reparar el daño provocado y facilitar la generación de aprendizajes significativos. |
Es imposible educar sin recurrir al castigo físico, aunque sea alguna vez en la vida |
Sí es posible educar sin necesidad de recurrir al castigo corporal. De acuerdo con el estudio de la violencia contra los niños de las Naciones Unidas, entre el 2 y el 20 por ciento de las niñas y niños en el mundo nunca han recibido castigos físicos. Es una cifra baja, pero evidencia que sí es posible criar sin golpes. |
En ocasiones son necesarias medidas disciplinarias extremas, por ejemplo, castigo físico, sobre todo cuando se trata de comportamientos en extremo inadecuados y perjudiciales de la niña, niño o adolescente, de lo contrario, ¿cómo se darán cuenta que sus malas acciones y decisiones tienen consecuencias? |
El diccionario nos dice que disciplinar significa enseñar al discípulo. Y los golpes y métodos atemorizantes o humillantes no enseñan nada, sólo inhiben comportamientos con base al miedo. Cuando las niñas y niños son muy pequeños corresponde a madres, padres y personas cuidadoras guiar su conducta para evitar que se hagan daño o dañen a otros. Conforme crecen y su lenguaje se enriquece van adquiriendo la capacidad para entender y analizar las consecuencias de sus decisiones y actos a través del diálogo que detona el análisis y la reflexión para entender el impacto de sus acciones. |
Educar es simple, basta con ejercer “mano dura” desde el inicio de la vida |
Educar es un proceso complejo, prolongado e intenso que requiere de habilidades y oportunidades suficientes del entorno. La crianza requiere de una mano respetuosa, amable y amorosa y al mismo tiempo firme (no violenta), segura y confiable. La mano dura genera temor y distanciamiento. La mano amorosa y firme genera la seguridad emocional que se requiere para que haya aprendizaje y fortalece el vínculo entre la niña/niño y el adulto. |
Desde que se habla de los derechos de las niñas y niños ya no se les puede tocar, ni regañar, ni decir nada cuando se portan inadecuadamente |
La protección, defensa y promoción de los derechos de niñas, niños y adolescentes suele desconcertar a algunos adultos responsables del cuidado de éstos. No obstante, la realidad es que las leyes y la propia Convención sobre los Derechos del Niño no prohíben la interacción, ni el diálogo, ni la guía a niñas, niños y adolescentes. La Convención sobre los Derechos del Niño, la Ley General de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes y otras leyes mexicanas establecen la necesidad de interactuar, convivir, socializar y educar a niñas, niños y adolescentes, utilizando métodos y prácticas respetuosas de su dignidad. |
