A qué me refiero cuando, desde UNICEF, hablo de responsabilidad social corporativa

Un acercamiento a las políticas orientadas a la familia

Francesca Romita
Una familia sonriendo
UNICEF México / Balam-ha Carrillo
10 Septiembre 2020

Como especialista en responsabilidad social corporativa, he podido observar y participar en la gestión de esta área en diferentes sectores: empresarial, sociedad civil y, ahora, una agencia humanitaria de Naciones Unidas enfocada en los derechos de la infancia y adolescencia. Cada uno de esos sectores interpreta el concepto y lo practica de manera especial. Hoy quiero compartir la perspectiva desde UNICEF en México.

Nuestro objetivo, en cuanto a la relación que tenemos con el sector privado, es influir en las empresas para que respeten y apoyen los derechos de niñas, niños y adolescentes. Este trabajo de promoción de los derechos de la infancia y adolescencia ofrece una oportunidad única para conectarse con éstas, abordando sus prácticas comerciales básicas y aprovechando su conocimiento, habilidades y redes corporativas. En lo personal, creo que todas las empresas pueden contribuir y regresar algo a las comunidades donde operan.

A lo largo de mi experiencia en ámbitos públicos, privados y tercer sector (una economía social ubicada entre los dos anteriores), me he dado cuenta de que la sociedad entera es responsable de proteger y promover los derechos de la infancia y la adolescencia.  La integración de la responsabilidad social corporativa como parte esencial de la interacción con las empresas ha cambiado la forma en que UNICEF se acerca e interactúa con el sector privado: el alcance se ha ampliado hasta considerar a los niños como partes esenciales de las empresas, miembros de la comunidad, futuros líderes empresariales y beneficiarios del soporte corporativo.

Para las empresas, esta responsabilidad implica garantizar que todas sus actividades: su cadena de producción, cadena de valor, proveedores, trabajadores y clientes no solo protejan, sino que promuevan sus derechos. Así, en UNICEF buscamos, a través de estrategias de responsabilidad social, impulsar el cumplimiento de los derechos de niñas, niños y adolescentes en cada una de las acciones y objetivos que las empresas tengan.

Muchas veces las empresas no ven el impacto que tienen en los derechos de la niñez, ya que sus servicios no están directamente dirigidos a ellas y ellos. Sin embargo, prácticamente todas las empresas, de todos los sectores y tamaños tienen un impacto en ellos. ¿Porqué? Ya sea porque son su público objetivo o que su marketing esté dirigido a ellos. Finalmente, la gran mayoría de sus colaboradores, son padres, madres o cuidadores de niños y niñas.

Una madre utilizando la sala de lactancia en su lugar de trabajo
UNICEF México / Eva Quesada

Me gustaría profundizar sobre este punto y cómo el tener políticas orientadas a la familia dentro de los lugares de trabajo impacta directamente en la vida de niñas y niños. Cuando hablamos de las políticas orientadas a la familia, nos referimos a aquellas que ayudan a equilibrar e integrar la vida laboral y familiar y que, generalmente, brindan tres tipos de recursos esenciales que necesitan los padres y cuidadores de niños pequeños: tiempo, finanzas y servicios.

Implementar dichas políticas no sólo beneficia a niñas, niños, adolescentes y sus familias, además tiene beneficios para las empresas, como el aumento en la productividad de las y los trabajadores, en las ganancias, igualdad de género, crecimiento empresarial, valor de marca, reclutamiento y retención de talento.

También ayuda a mejorar la salud de las y los colaboradores, incrementa el sentido de pertenencia y de lealtad, así como su compromiso.

Las recomendaciones que hacemos desde UNICEF cubren cinco políticas que abarcan desde el embarazo hasta que los niños comienzan la escolarización formal. Estas políticas ayudan a atender las necesidades de los padres y las familias en cuanto al tiempo, los recursos y los servicios para cuidar a sus hijos e hijas pequeños, además de cumplir con sus obligaciones laborales, permanecer en sus trabajos y mejorar o potenciar sus habilidades y productividad.

 

Las cinco políticas son:

1. Licencia remunerada suficiente para todos madres, padres y cuidadores, tanto en la economía formal como en la informal, para satisfacer las necesidades de sus hijos pequeños. Esto incluye la licencia por maternidad, por paternidad y parental, y la licencia para cuidar a niños pequeños enfermos.

2. Apoyar la capacidad de las madres de amamantar exclusivamente durante seis meses, según lo recomendado por los estándares mundiales aprobados y de continuar la lactancia materna durante el tiempo que elijan.

3. Garantizar que todos los niños y niñas tengan acceso a servicios de cuidado infantil y a educación para la primera infancia asequibles y de calidad.

4. Proporcionar prestaciones infantiles y salarios adecuados para ayudar a las familias con el sustento de los niños pequeños.

5. Crianza positiva: brindar a madres, padres y cuidadores las herramientas necesarias para criar a sus hijas e hijos sin violencia, a través de una serie de materiales, repositorio y cursos por parte de UNICEF México.

Lamentablemente, estos beneficios no son una realidad para muchas madres y padres en México y en el mundo; sin embargo, a través de la implementación y puesta en marcha de estas políticas, las empresas pueden incidir positivamente en la vida de sus hijas e hijos.  

Ahora como nunca, las empresas deben de poner al centro el bienestar de sus colaboradores, cuidando su salud física, mental y emocional y al mismo tiempo mantener la productividad y rentabilidad de la empresa, beneficiando a todos.

 

Nuestra colaboración con el sector privado es clave para el cumplimiento de nuestra misión. ​

Si quieres implementar estas políticas en tu empresa, o quieres conocer más sobre nuestras acciones en responsabilidad social corporativa, contacta a fromita@unicef.org.