Desarrollo en la primera infancia en situaciones de emergencia
Garantizar que los niños más pequeños y sus cuidadores sean visibles en los contextos humanitarios

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Incluso en las mejores situaciones, los bebés y niños pequeños se encuentran entre las personas más vulnerables del mundo. Cuando la violencia, catástrofes o brotes de enfermedades sacuden a las sociedades, sus miembros más jóvenes lo viven como una amenaza existencial.
Por otra parte, niñas y niños expuestos a tensiones y privaciones extremas durante sus años críticos, que transcurren entre el nacimiento y los ocho años de edad, tienen más probabilidades de sufrir dificultades cognitivas, conductuales y emocionales y de experimentar retrasos en su desarrollo.
Cuando la violencia, catástrofes o brotes de enfermedades sacuden a las sociedades, sus miembros más jóvenes lo viven como una amenaza existencial.
Para progenitores y cuidadores –que son la primera línea de defensa contra la adversidad– las emergencias traen consigo situaciones de estrés, peligro e incertidumbre que dificultan prestar los cuidados necesarios, proveer una alimentación nutritiva y crear los entornos seguros necesarios. Las crisis ponen a prueba y perturban los servicios sociales de los que dependen las familias y, como demostró la pandemia de COVID-19 en todas partes, aquellas que viven en la pobreza o pertenecen a grupos marginados son las más afectadas.
Para bebés y niños pequeños procedentes de entornos frágiles y con necesidades humanitarias, el acceso a los servicios de desarrollo en la primera infancia es una cuestión de vida o muerte. Apoyarlos y a sus cuidadores es esencial para acabar con las muertes evitables de recién nacidos y menores de cinco años, y para fomentar un desarrollo cerebral saludable. También es un elemento clave para ayudar a las comunidades y países a recuperarse de las crisis, romper los ciclos de pobreza y violencia, y establecer sociedades pacíficas y resistentes.
El desarrollo en la primera infancia durante situaciones de emergencia no recibe la atención ni los recursos necesarios. Solo un pequeño porcentaje de los planes de respuesta humanitaria incorporan intervenciones relativas al desarrollo en la primera infancia. La financiación es escasa y, a menudo, se proyecta a corto plazo, lo que no permite mantener la programación el tiempo suficiente para que tenga un impacto duradero.
La respuesta de UNICEF
UNICEF trabaja con gobiernos, donantes y otros aliados para garantizar la visibilidad de niñas y niños más pequeños y sus cuidadores en contextos humanitarios, con el fin de que se reconozca la importancia fundamental de los servicios de desarrollo en la primera infancia, tanto en las situaciones de emergencia más graves, que ocupan los titulares de las noticias, como en crisis prolongadas que el mundo suele olvidar.
Promovemos un aumento de la financiación a largo plazo para apoyar programas de desarrollo en la primera infancia en situaciones de emergencia y su integración en todas las fases de la acción humanitaria. ¿Nuestro objetivo? Que los países apoyen a niñas y niños pequeños y a sus cuidadores mientras se preparan, responden y se recuperan en las situaciones de emergencia.
La supervivencia y desarrollo saludable de los niños más pequeños en contextos humanitarios y frágiles tiene muchas facetas: la principal es asegurarse de que reciben la alimentación y atención sanitaria adecuadas, tienen la oportunidad de jugar y aprender, y disfrutan del amor y la seguridad necesarios para amortiguar los efectos de las situaciones adversas.
Colocar todas estas piezas en su sitio significa incluir el desarrollo en la primera infancia como parte integral de las intervenciones humanitarias en todos los sectores: nutrición y salud; agua, saneamiento e higiene; educación, protección de la infancia y política social. Significa reforzar la concienciación y el conocimiento del desarrollo en la primera infancia entre trabajadores de primera línea durante las emergencias, y capacitar a equipos que conozcan las necesidades de los niños pequeños y sus cuidadores, para ofrecer apoyo mediante intervenciones de eficacia demostrada.
UNICEF ha elaborado, puesto a prueba y organizado una serie de intervenciones encaminadas a proporcionar servicios esenciales para el desarrollo infantil en entornos humanitarios y frágiles. Estos enfoques incluyen la creación de espacios seguros para que bebés y niños pequeños jueguen y aprendan; la formación de los cuidadores y de trabajadores de primera línea para que proporcionen entornos enriquecedores; y el asesoramiento a cuidadores para que se ocupen de su propio bienestar.
A través de estas intervenciones básicas para el desarrollo en la primera infancia trabajamos en la tarea de garantizar que, incluso en los peores momentos, bebés y niños pequeños reciban lo que necesitan para sobrevivir a los trastornos que les rodean y desarrollen todo su potencial para que tanto ellos como sus comunidades puedan reconstruirse y prosperar.