Entregar vacunas que salven vidas durante la pandemia de la COVID-19
Los trabajadores de la salud están dispuestos a todo con tal de garantizar la vacunación de todos los niños
Cuando Munnibala Suman se montó en marzo por primera vez en una bicicleta no fue para divertirse. Esta trabajadora de la salud de 50 años llevaba administrando vacunas en el estado de Bihar, India, durante los últimos 30 años, hasta que se anunció el bloqueo a nivel nacional a consecuencia de la pandemia de la COVID-19.
Muchos trabajadores de la salud se encontraron de pronto con dificultades para viajar, pero Munnibala no se dio por vencida.
Decidida a hacer cambiar las cosas, en solo tres días aprendió a montar en bicicleta para llegar con las vacunas hasta los niños y las mujeres embarazadas.
Incluso antes de la COVID-19, los trabajadores de la salud de muchos países ya se enfrentaban a enormes obstáculos para llevar a cabo su trabajo de salvar vidas y durante la última década la cobertura de vacunación se había estancado. Pero la pandemia ha llevado a que la situación, ya de por sí difícil, se haya complicado aún más al interrumpirse la prestación de los servicios de inmunización y al poner en peligro los avances conseguidos con tanto esfuerzo para llegar a los niños con las vacunas esenciales. Hasta mayo de 2020, aproximadamente 80 millones de niños menores de 1 año, procedentes de 68 países, se encontraban con un riesgo mayor de contraer enfermedades que se pueden prevenir con vacunas.
UNICEF financia a trabajadores de la salud de todo el mundo para que continúen la labor fundamental de proteger a la población infantil de enfermedades prevenibles, como la polio, el sarampión y el tétanos, nos ayudan a evitar cambiar una crisis de salud por otra.
Imagen superior: Un niño es vacunado en Kosovo* donde, debido a la pandemia, los servicios de vacunación se reanudaron tras haber sido interrumpidos durante casi dos meses, en mayo de 2020.
Arriba: A una bebé de 6 meses le administran la dosis de una vacuna en un centro de salud comunitario de Beijing, China, el 26 de marzo de 2020. Debido al brote de la COVID-19, cuando la bebé cumplió cinco meses no recibió su dosis de DTP. “Nos preocupaba que quien viniera a ponerle la vacuna pudiera infectarnos”, dijo su madre. Además de Hubei, el epicentro del brote de la COVID-19, otras provincias han reanudado poco a poco los servicios de vacunación completa que habían sido interrumpidos por la epidemia.
Arriba: Una niña espera su turno para que la vacunen en Nepal, en julio de 2020.
Deepika Shahi (no aparece en la foto), una enfermera comunitaria del norte de Nepal, camina durante horas para poder vacunar a niños que viven en Mugum Karmarong, un remoto municipio donde los pueblos se encuentran habitualmente alejados entre sí.
“Para nosotras, los trabajadores comunitarios de la salud, eso significa caminar de dos a tres horas de un poblado a otro para realizar estas campañas”, dice Deepika. “También vamos puerta a puerta aconsejando a la gente sobre medidas preventivas. De esta forma hemos recorrido a pie unos 200 hogares. No es fácil pero tenemos que hacerlo”.
Arriba: Hawa, una trabajadora de la salud en el centro de salud de Gamkalé, Niamey, Níger, el 26 de mayo de 2020. “Con la llegada de los primeros casos de la COVID-19 en Niamey, las madres tenían miedo de venir al centro de salud”, dice Hawa. “Observábamos un descenso en las visitas y era muy preocupante porque sabemos hasta qué punto las madres y los niños dependen de los servicios sistemáticos de vacunas que les ofrece el centro”.
“No podemos dar la espalda a otras enfermedades, como la polio o el sarampión, ya que su repercusión puede ser mayor que la de la COVID-19”, dice Ramatou, jefe de la unidad de inmunización del centro de salud. “Con mucho esfuerzo hemos conseguido concienciar a la población; las madres empiezan a sentirse más cómodas y vienen al centro de nuevo, pero el ritmo de visitas todavía es lento en comparación con épocas normales. Trabajamos arduamente para garantizar que los niños sigan recibiendo sus vacunas”.
UNICEF está ofreciendo a cientos de trabajadores de la salud e higienistas una formación específica sobre prevención y control de la infección de la COVID-19, con el fin de proteger la seguridad del personal sanitario y de los usuarios de los servicios de salud de Níger.
Arriba /Izquierda: El bebé Najib recibe las gotas de vacuna contra la polio en un centro de salud de Uganda, en abril de 2020. Con el fin de garantizar la continuidad de dichos servicios de inmunización, UNICEF adquirió 3.842.000 dosis de vacuna antipoliomielítica oral bivalente (bOPV). Las vacunas, financiadas por el gobierno, llegaron al país el 24 de abril de 2020.
Arriba/Derecha: Unas madres esperan a que vacunen a sus niños, como parte de una campaña de vacunación contra el sarampión que respaldo UNICEF en Goma, República Democrática del Congo, el 21 de abril de 2020. La pandemia de la COVID-19 sigue poniendo a prueba el sistema sanitario del país, el cual también ha tenido que hacer frente al virus del ébola y a epidemias de sarampión. La campaña de vacunación contra el sarampión se puso en marcha el 21 de abril de 2020 e inicialmente estuvo dirigida a 150.491 niños, con edades comprendidas entre los 6 meses y los 5 años, provenientes de las zonas sanitarias más afectadas de la provincia de Kivú del Norte.
Arriba/Izquierda: Un niño recibe la vacuna que un trabajador de la salud le suministra, durante la campaña de vacunación conjunta UNICEF-OMS en un asentamiento informal de tiendas de campaña en el distrito de Zarqa, Jordania, el 23 junio de 2020.
Arriba/Derecha: Zuka, de tres meses de edad, recibe sus vacunas en una clínica provisional proporcionada por UNICEF en el este de Alepo, Siria, el 16 de junio.
UNICEF, la OMS y sus asociados celebraron durante cinco días una campaña nacional de inmunización en Siria. La campaña, implementada por el Ministerio de Sanidad de Siria, llegó a más de 900.000 niños; se comprobó su historial de vacunación y se vacunó a más de 210.100 niñas para asegurar su puesta al día en el calendario de vacunación sistemática. Más de 8.000 trabajadores de la salud participaron en la campaña –en 1.000 centros de salud, 666 puestos temporales de vacunación y 545 equipos móviles de salud– para garantizar que las vacunas llegaran a todos los niños, incluidos los que vivían en zonas apartadas.
Arriba: Jonatan y su madre esperan ser atendidos en el centro de salud Los Pinos, en El Alto, Bolivia, el 26 de mayo de 2020. Este es uno de los centros de salud acreditados como “Hospitales amigos de la Madre y la Niñez”, en el que UNICEF promueve la vacunación, una nutrición adecuada, una atención amorosa y la lactancia. Durante la pandemia de la COVID-19, UNICEF y la embajada de Canadá suministraron equipos de higiene y protección personal a los centros de salud de los municipios de La Paz, Cochabamba y Beni.
Arriba: Un niño recibe una vacuna en un centro de salud del estado de Bolívar, Venezuela, donde UNICEF distribuyó vacunas contra la polio, la fiebre amarilla, el tétanos y la BCG, el 2 de julio de 2020.
Desde el brote de la COVID-19, UNICEF ha distribuido entre los trabajadores de la salud del país más de 14.000 materiales de equipos de protección personal y 37.000 niños menores de 1 año han sido vacunados contra el sarampión.
Arriba: El 16 de abril de 2020, in Nigeria, UNICEF recibió una entrega de suministros médicos indispensables para luchar contra la COVID-19.
El actual brote de la COVID-19 está ejerciendo presión, a nivel mundial, sobre la capacidad productiva de los fabricantes, la disponibilidad de suministros y la logística. El bloqueo y otras medidas llevadas a cabo para contener la propagación del virus, están poniendo en riesgo la prolongación de los programas de inmunización en los países, ya que las medidas afectan al suministro de las vacunas. UNICEF mantiene un diálogo continuo con gobiernos, fabricantes de vacunas, asociados comerciales y agentes de carga para evaluar el riesgo que corren la accesibilidad y disponibilidad de las vacunas y qué medidas podrían adoptarse para atenuar la situación. UNICEF llega hasta casi la mitad de los niños de todo el mundo con vacunas que salvan vidas, y es imprescindible que esta importante labor continúe a pesar del difícil camino que nos queda por recorrer.
* Todas las referencias a Kosovo deben entenderse en alusión a la Resolución 1244 del Consejo de Seguridad de la ONU