“Lo vamos a lograr”: apostar por la educación inclusiva en Cuba
Cristian tiene discapacidad intelectual y está en una escuela de enseñanza primaria en Moa, Holguín. Él y su mamá sienten que allí es donde aprende todo lo que necesita para crecer. Es parte de la educación inclusiva de calidad que apoya UNICEF Cuba

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Pero qué estoy haciendo aquí
Amando a este país como a mí mismo
No, no hay heroísmo
Vine a darle un beso al mundo
Y nada más.
Cuando Cristian Alejandro Morell Sarrión canta Valientes, el tema compuesto por el grupo cubano Buena Fe en homenaje a la labor del personal médico cubano ante la COVID-19, no hay persona a la que no se le pongan “los pelos de punta”.
Mantiene una nota baja, para no desafinar, y pronuncia despacio, para que ninguna palabra se escape antes de tiempo. Esa es su canción preferida y se la aprendió de memoria junto a sus amiguitas y amiguitos del aula. Termina y las personas aplauden. Entonces su mamá y su maestra sienten como si recibieran una recompensa. Ellas saben cuánto se esfuerza Cristian por aprender y cómo le acompañan en cada paso.
En momentos como ese Marelis Sarrión Caboverde piensa en su vida y en la de Cristian, que ha sido como una carrera de obstáculos donde la meta por momentos parece lejos. Sin embargo, ella ha decidido que el impulso sea siempre un “¡Lo vamos a lograr!”.
Y de esa frase ha hecho su mantra desde el día en que se le presentó el parto prematuro, con 33 semanas de gestación. También se agarró fuerte a esta idea cuando especialistas del Centro de Orientación y Diagnóstico (CDO) de Moa le hablaron sobre la discapacidad intelectual del niño, y le ofrecieron incorporarlo a la enseñanza especial.
En Cuba 33 mil niños y niñas con discapacidad asisten a escuelas de enseñanza especial.
En ambas ocasiones Marelis debió crecer. Primero, puso todas sus fuerzas en el alumbramiento y ahora tiene un muchacho fuerte. Luego, optó porque su hijo estudiara en la escuela primaria Amistad Cuba Holanda, a pesar de las recomendaciones de personas allegadas para matricularlo en la enseñanza especial.

La decisión de mantenerle en la escuela donde ingresó después del círculo infantil siempre ha contado con el apoyo de su maestra, quien reconoce el beneficio de la modalidad de educación inclusiva para niños y niñas como Cristian.
Y lo ha sido. Basta con escucharlo cantar, o verlo dibujar, levantar la mano para responder o interactuar en la hora del receso.

Según estadísticas nacionales, en Cuba 11 mil 842 niños y niñas con discapacidad asisten a escuelas regulares como parte de un proceso de educación inclusiva. Casi la mitad tiene algún tipo de discapacidad intelectual. UNICEF Cuba apoya esta iniciativa desde la generación de capacidades para docentes y la creación de recursos accesibles para una educación de calidad.
La educación inclusiva implica brindar oportunidades de aprendizajes significativos a los y las estudiantes dentro del sistema educativo general y permitir que la niñez con o sin discapacidades, asistan a las mismas clases apropiadas para su edad, con apoyo personalizado, según sea necesario.
Las primeras señales que mostró Cristian con respecto a barreras en el aprendizaje fue un avance más pausado en comparación con los parámetros educativos establecidos para el año escolar.
Tras estudiar su diagnóstico, la maestra planificó una serie de actividades y preparó medios de apoyo a la docencia para motivarle a cumplir los objetivos académicos. Hasta hoy, es un niño que crece en sus logros, habilidades y relación, tanto con la escuela como con la comunidad.

A quienes aún tienen resistencia a incluir a niños y niñas con discapacidad intelectual en sus aulas, Grisela Valles París, maestra de Cristian, les exhorta a asumir la responsabilidad de educar, en todos los sentidos y desde el día a día. Para ella no hay mayor satisfacción que, desde las propias familias y las aulas, transformar la derrota en apoyo y compañía.
UNICEF Cuba, de conjunto con el Instituto Central de Ciencias Pedagógicas (ICCP), apoyan la multiplataforma online Juntos por la inclusión, que mediante encuentros semanales vía Whatsapp y Telegram, realizan sesiones de apoyo educativo y emocional a familias y docentes con niños y niñas con discapacidad intelectual.
Tal como ha sido el renacer de Marelis junto a Cristian Alejandro, en familia, en la escuela, con ayuda y paciencia. Revirtiendo el rechazo y la frustración en constantes: “Tú puedes”, “Lo haces muy bien” y “Lo vamos a lograr”.
