La lactancia materna: una conexión mágica

La leche materna es el mejor alimento y la primera vacuna para niños y niñas

Tania Muñoz
La lactancia materna: una conexión mágica
Cortesía de la familia
06 Agosto 2020

El momento llegó con cierto nerviosismo. No era la primera vez para Claudia y aunque el camino hacia la sala de parto se tornó más fácil no podía escapar del torbellino de emoción, temor y alegría.

Sin complicaciones nació Lucía en el Hospital materno Gonzalez Coro de La Habana, Cuba. Tan pronto salió del vientre de su madre y una vez chequeado sus reflejos, el personal médico le dio los primeros cuidados a Claudia y a la bebé. La magia del primer acercamiento, del primer beso, de la primera caricia fueron una sorpresa.  En menos de una hora Lucía disfrutaba del calor de mamá pegada a su pecho.

Claudia guía a Lucia para que agarre bien el pezón que será su asidero durante seis meses y luego con otros alimentos hasta los dos años. Se sonríe al pensar lo fácil que resulta ahora. Cuando nació su hija mayor Natalia hace 16 años no tenía experiencia, pero la enfermera del hospital que la asistió durante el parto le ayudó a poner a la niña correctamente en su pecho y le dio consejos para aprovechar al máximo la lactancia.

La lactancia materna: una conexión mágica
Cortesía de la familia

Claudia tiene suficiente leche para amamantar a Lucia, recibió y buscó información, cuenta con el apoyo de su familia incluida su hija mayor y su esposo que se desviven por la bebé. Claudia está tranquila y transmite esa paz a su hija.

¿Pero qué ocurre cuando no se dispone de experiencia, no se recibe el apoyo necesario o factores como la ansiedad y la depresión embargan a las madres? Sucede en otros países y Cuba no está exenta de esas realidades.

Muchas madres tienen la percepción de que no son capaces de amamantar a sus hijos porque tienen poca disponibilidad de leche y eso les genera angustia y preocupación. Si no recibe atención adecuada, la ansiedad puede incidir en el abandono o interrupción de la lactancia materna en los primeros seis meses sustituyéndola por leches artificiales u otros alimentos como la leche de vaca que incidirán negativamente en el futuro desarrollo físico e intelectual de niños y niñas y en su respuesta inmunológica ante las enfermedades.

La creencia de que para que un niño o niña sea saludable debe estar gordito o casi llegando a la obesidad aún persiste en la mente de cubanos y cubanas y es uno de los mayores obstáculos de la lactancia materna exclusiva hasta los 6 meses.

UNICEF acompaña los esfuerzos de Cuba en mantener los logros alcanzados en el ámbito de la salud materno-infantil y adolescente y promueve una maternidad y paternidad compartida que garantice todo el acompañamiento del que precisan tanto madre como hijo para una lactancia exitosa

La presión por reincorporarse al trabajo se suma en ocasiones al desconocimiento de las regulaciones existentes para que las madres puedan disponer de flexibilidad en sus horarios laborales y poder amamantar a su hijo o hija en el entorno laboral o fuera de él. Los centros de trabajo deben disponer de espacios en los que las madres puedan con tranquilidad dar de lactar a sus hijos e incorporarse nuevamente a sus tareas. Pocos padres disfrutan de la licencia de paternidad, tan necesaria en el acompañamiento a la madre y la coparticipación en las tareas del hogar en los primeros meses.

Con 12 Bancos de Leche Humana en funcionamiento, en las provincias de La Habana, Guantánamo, Santiago de Cuba, Holguín, Granma, Las Tunas, Cienfuegos, Camagüey, Sancti Spíritus, Pinar del Río, Villa Clara y Matanzas, Cuba apuesta por la disminución de la morbilidad y mortalidad neonatal

La lactancia materna: una conexión mágica
Cortesía de la familia

La lactancia materna constituye el mejor alimento para los niños y niñas, es también su primera vacuna por los múltiples beneficios que ofrece para la salud de los más pequeños y pequeñas. Su producción y consumo no genera contaminación, empaquetados o residuos, de ahí la necesidad urgente de protegerla, promoverla y apoyarla para la salud de las personas y del planeta.

Para Claudia y su familia está claro, no es una obra de un día, ni de una semana. Es un empeño permanente en el que todos y todas estamos involucrados: las madres, padres, familias, el personal de la salud, las comunidades y la sociedad en general. Claudia está feliz y transmite esa felicidad a su hija.