Guardiana de vidas: Omara Sánchez y su entrega a la neonatología
Con dedicación inquebrantable, la enfermera Omara Sánchez sigue superando barreras para cuidar a niñas y niños que llegan a la sala de neonatología
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En la sala de neonatología del hospital general Dr. Juan Bruno Zayas, en Santiago de Cuba, la Licenciada en Enfermería Omara Sánchez Rodríguez es más que una jefa de servicio; es una guardiana de vidas. Con 36 años de experiencia y una dedicación inquebrantable, Omara se ha entregado por completo a la delicada labor de cuidar a los más pequeños, aquellos que luchan por sus primeros alientos de vida.
Desde 2019, Omara lidera el servicio de Neonatología del hospital. En este lustro ha enfrentado grandes desafíos, entre ellos la obsolescencia de la tecnología con la que trabajan; sin embargo, para Omara y su equipo, estos obstáculos no han sido barreras insuperables.
"Con equipos obsoletos hemos tenido logros en el trabajo. Es un orgullo para nosotros", asegura Omara.
Entre las innumerables historias que han marcado su carrera, dos resaltan con particular intensidad. Una de ellas es la de Rafael, un bebé prematuro que desafió las probabilidades desde el momento de su concepción. "Tuvimos un bebé prematuro, un feto valioso porque era de una madre que nunca había podido embarazarse", comparte Omara. A pesar de las múltiples complicaciones y la necesidad constante de atención, el equipo logró salvar al niño.
Otra historia conmovedora involucra a un bebé prematuro cuya madre falleció en el puerperio. Ante esta trágica situación, el padre se integró al equipo de trabajo y aprendió a cuidar y alimentar a su hijo. "Le enseñamos a darle la leche, a manipularlo. También quedó en la historia de la neonatología. Hoy el padre mantiene la comunicación con nosotros", relata Omara. Una muestra palpable de cómo el vínculo entre el personal médico y las familias trasciende los límites del hospital.
La llegada de una incubadora, entregada por UNICEF Cuba, gracias al apoyo del Comité Español de UNICEF y la contribución de la Junta de Extremadura, a través de la Agencia Extremeña de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AEXCID), ha sido un punto de inflexión en la labor de Omara y su equipo. "Ahora, con esta incubadora, nuestros esfuerzos se ven fortalecidos, y nuestra capacidad para brindar atención de mejor calidad se ha elevado", destaca Omara. La incubadora ya ha marcado la diferencia en las vidas de los bebés que atienden.
El proyecto financiado por la Junta de Extremadura facilitó la adquisición de 21 incubadoras e insumos críticos para el cuidado de la salud de niñas y niños en hospitales materno-infantiles y pediátricos en las provincias Pinar del Río, Mayabeque, Ciego de Ávila, Holguín, Granma y Santiago de Cuba.
Para Omara, la neonatología no es solo una profesión; es una vocación que ha definido su vida. "Le digo a mi familia que, si volviera a nacer, volvería a estudiar enfermería, para dedicarme a la neonatología. Esta es una profesión que me gusta mucho, porque una se entrega por completo al trabajo. Le doy mi vida. No tengo hora de llegada, ni de salida al hospital. Cuando estoy en casa, los fines de semana, llamo a la sala, me preocupo por cómo está todo. Porque es mi sentido de pertenencia. Vivo para esta especialidad", confiesa con pasión.
Omara Sánchez, con su dedicación incansable y su amor por los más vulnerables, personifica el compromiso inquebrantable de aquellos que trabajan en la neonatología. Su historia es una inspiración y un recordatorio de la importancia vital de su labor, donde cada pequeño paso marca la diferencia entre la fragilidad y la resiliencia, entre la vida y la esperanza.