En el corazón de la neonatología: la pasión inquebrantable de Clara
La historia de la enfermera especialista en neonatología Clara Peraza es un ejemplo de vocación, perseverancia y esperanza

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En la sala de neonatología del hospital general "Roberto Rodríguez" en Morón, Ciego de Ávila, la vida se enfrenta a sus desafíos más tempranos y frágiles. Allí trabaja la enfermera Clara Peraza Rodríguez. Su historia es un ejemplo de vocación, perseverancia y esperanza, en medio de grandes dificultades.
Clara labora incansablemente. Su horario es desafiante: 24 horas seguidas y, luego, 48 horas de descanso. La dedicación y el sacrificio que requiere este trabajo son inmensos, y Clara los ha asumido con admirable fortaleza.
Al preguntarle por qué continúa en esta área, a pesar de las dificultades, Clara comparte con emoción: "Me gradué hace 27 años de licenciada en enfermería y lo único que he hecho en mi vida y lo que más me gusta hacer es la neonatología. Soy una apasionada de esta especialidad. El día que no pueda ejercerla, me sentaré en mi casa, a vivir de mis recuerdos."
En un país donde todos enfrentan problemas, Clara reconoce que hay muchas dificultades, pero cuando cruza la puerta de la sala de neonatología, su concentración se enfoca en el bienestar de los bebés.
"Aquí me realizo profesionalmente. Disfruto de los niños, de ver cómo mejoran, de cómo a los 3 meses las mamás me envían fotos y me dicen, 'mira a tu niño, mira a tu paciente'. Eso me llena, porque es lo único que tenemos aquí."
En la conversación con Clara, una historia en particular destaca como un testimonio conmovedor de su compromiso y entrega. Seis meses atrás, un pequeño llamado Ángel Jesús nació prematuro y con bajo peso. Su salud empeoró rápidamente, y Clara se encontró luchando incansablemente para salvar su pie, que estaba en grave peligro debido a complicaciones. "Fueron días y días en los que estuve, por horas, frente a la incubadora, sosteniéndole un fomento para que no perdiera ese pie."
La relación entre Clara y el bebé creó un vínculo especial. "Ángel Jesús se volvió tan importante para mí y yo para él que, cuando le hablaba, si estaba llorando, trataba de buscarme," recuerda Clara con cariño. Finalmente, con un cuidado inquebrantable y amor, Ángel Jesús superó sus desafíos, solo perdió la punta de su dedo gordo y pudo regresar a casa, con su familia.
Clara valora la importancia de la colaboración y el apoyo en su trabajo. Recientemente, el hospital recibió una nueva incubadora, adquirida por UNICEF Cuba. Clara describe cómo esta adición ha hecho una diferencia significativa: "Nos da más tranquilidad para el trabajo. Es una incubadora nueva, muy práctica a la hora de manejar al paciente."

El apoyo del Comité Español de UNICEF, gracias a la contribución de la Junta de Extremadura, a través de la Agencia Extremeña de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AEXCID), ha contribuido a fortalecer los servicios de neonatología, cuidados intensivos pediátricos y cuidados a la infancia en la atención primaria de salud, mediante la adquisición de 21 incubadoras, dos ventiladores mecánicos, 15 mantas térmicas, 1.420 esfigmomanómetros pediátricos, 150 pulsioxímetros, 720 básculas y material consumible.
Clara también señala la necesidad apremiante de añadir nuevos equipos al servicio de neonatología, entre ellos un cardio monitor. El equipamiento actual tiene más de 25 años de uso. Al reforzar la tecnología, Clara y sus colegas podrían cumplir de una mejor forma su trabajo en la sala de neonatología.
La historia de Clara Peraza es un recordatorio de cómo, en medio de las dificultades y las carencias, la pasión, el compromiso y la dedicación pueden marcar una diferencia notable en las vidas de los más vulnerables.