Los beneficios de una paternidad activa para niños y niñas
En el marco del Día del Padre, conversamos con Francisco Aguayo, sicólogo y especialista en paternidad activa, quien aseguró que “la presencia de los padres es importante en todos los momentos de desarrollo de los hijos”.

Un padre que está presente en el cuidado y crianza de sus hijos e hijas impacta positivamente en su crecimiento y bienestar. Como explica el sicólogo Francisco Aguayo, “tradicionalmente se ha entendido la participación del padre en algunas tareas, como el juego, pero eso hoy está en total redefinición”.
En el día del padre conversamos sobre qué significa ser un padre activo e involucrado con Francisco Aguayo, papá de Olivia (9 años) Tomás (6 años), Máster en Estudios de Género y Cultura, y Director de EME, donde es responsable por el área de Masculinidad dentro de la Fundación Cultura y Salud.
¿Cómo definirías la paternidad activa?
La paternidad activa tiene que ver con la participación de los padres en todas las tareas de cuidado. Los hombres tienen la capacidad de participar de todas éstas, excepto en la lactancia materna, de modo que nos parece muy importante promover desde las campañas y las políticas públicas, que los hombres se involucren en otras tareas que no han realizado tradicionalmente. Por ejemplo, un aspecto muy importante para el desarrollo infantil es leer historias, cuestión que hacen mayoritariamente las madres. La lectura es una tarea muy importante en la que los padres pueden estimular a sus hijos, pues sabemos que tiene un impacto muy grande en el desarrollo infantil.
¿Cómo se benefician los niños y niñas de un papá activo e involucrado?
Algunos estudios longitudinales indican que cuando el papá está involucrado con una presencia de calidad, el impacto ocurre en varias áreas, por ejemplo: en el ingreso familiar, en el desarrollo socioemocional, en la salud mental. Se ha medido también en la adolescencia, período en el cual, gracias a una presencia y guía paternal, hay menos riesgos de consumo de drogas y problemas en la sexualidad.
Los niños tienen derecho a ser cuidados por su madre y por su padre, se trata de algo que podemos mirar desde el punto de vista de los derechos, y también desde el punto de vista de igualdad de género.
Que el papá esté involucrado ayuda a que niños y niñas crezcan con actitudes más igualitarias en términos de género. Por ejemplo, cuando ven al papá involucrado en la crianza o en las tareas domésticas, los niños participan más en ese tipo de tareas domésticas y además tienen actitudes menos machistas. En el caso de las mujeres, también hay estudios que muestran que cuando el papá está involucrado, las niñas crecen más empoderadas y con una mayor autoestima.
¿Qué crees que puede hacer el país para avanzar hacia una paternidad más involucrada?
Las políticas de América Latina son muy materno centradas, es decir, depositan en las madres la responsabilidad principal del cuidado de los hijos. En América Latina y en Chile, los hombres dedican mucho más tiempo al trabajo remunerado y las mujeres dedican mucho más tiempo al trabajo de cuidado.
Por otra parte, es necesario que el Estado tenga mayor voluntad política para avanzar en la corresponsabilidad entre hombres y mujeres y, en ese sentido, se necesitan políticas públicas específicas para que los hombres se puedan involucrar más.
Necesitamos darles el mensaje desde todos los lugares sociales a los padres que su presencia es importante en todos los momentos de desarrollo de los hijos.
¿Cómo cuáles?
Por ejemplo, un posnatal masculino más largo. En América Latina los posnatales para el padre van de 1 a 2 o 14 días, no duran más que eso, recién se están viendo iniciativas para extenderlo y poder acercarse al modelo de algunos países europeos.
En Chile tenemos un posnatal de 5 días solamente para padres con contrato de trabajo. En cambio, en los países que tienen posnatales masculinos largos, se ha visto cómo ese tiempo permite que los hombres se involucren en el cuidado, establezcan un vínculo y mejores interacciones con sus hijos. Los posnatales masculinos largos ayudan también a que los hombres incrementen el tiempo que dedican a tareas de cuidado, beneficia la salud mental de la madre, la salud mental del padre y beneficia el desarrollo infantil.
También se necesitan políticas de balance de trabajo y familia, políticas más estructurales como la igualdad salarial y tener una muy buena red de jardines infantiles. Además, es necesario trabajar en otros temas como la paternidad ausente, el bajo pago de pensiones alimenticias o los problemas que hay para promover la participación de los hombres después de una separación.
¿Qué rol juega la madre en la paternidad?
La paternidad también la podemos trabajar con las madres. Es importante entender que la paternidad se da en relaciones de género, y hay muchos estudios en el mundo que muestran que si la mamá tiene actitudes que favorecen la paternidad de los hombres, ellos se van a involucrar más. Esto es interesante porque para promover la paternidad responsable tenemos que trabajarlo con todos los actores familiares no solo con los padres hombres.
¿Cómo pueden los padres separados ejercer la paternidad activa?
Toda la tradición jurídica, social y cultural señala que después de una separación los hijos quedan con la madre. Eso hoy día está totalmente en cuestión, especialmente en familias donde el padre y la madre trabajan remuneradamente. Ese es el tipo de familia donde hay mayores condiciones para la corresponsabilidad.
Lo interesante que estamos viendo hoy día es que muchas familias de padres separados están teniendo un arreglo cercano a la tuición compartida. Entonces, en la práctica, estamos observando cambios culturales muy importantes.
Lo más relevante es que el sistema jurídico y la práctica de los tribunales y de los servicios de mediación favorezcan el cuidado del interés superior de la niña y el niño.
¿Qué sugieres a los papás para que sean afectivos, involucrados y cariñosos?
La primera cuestión es el tema de la voluntad. A los padres ayudarlos a entender que su presencia es importante en todos los momentos de desarrollo de los hijos. La segunda tiene que ver con las condiciones sociales para la corresponsabilidad y el balance entre trabajo y familia.
También necesitamos una mayor oferta de servicios, hay muy poca oferta de espacios de encuentros, de reflexión donde los hombres puedan conversar y aprender de estas cosas en un lenguaje masculino. Esto es algo que ocurre en todos los países y está muy estudiado: los hombres no sienten que los servicios de familia, de apoyo a la familia o de habilidades parentales, no los sienten como propios. Hay mucho trabajo por hacer para ir avanzando en el tema de la corresponsabilidad.
¿Qué tan importante es que los papás se involucren desde que los hijos e hijas son pequeños?
Vemos a hombres que están muy involucrados al inicio y que después se van distanciando por cuestiones laborales, culturales o porque ocurre una separación. Muchas veces tener una mala relación entre madre y padre puede afectar el ejercicio de la paternidad. También hay padres a quienes les cuesta la primera etapa de la paternidad. En cualquier caso los hombres se debieran involucrar desde muy temprano, ya desde el embarazo para ir construyendo una relación de cariño y cuidado desde el nacimiento.