La violencia y sus efectos en la salud mental

Al ser la salud un derecho humano fundamental, se deben promover acciones para proteger y prevenir la violencia a niños, niñas, adolescentes y a la población en general, ya que la violencia es un problema social y de salud pública.

Mauricio Peredo Vázquez, médico psiquiatra y miembro del equipo Familia Segura
Salud mental, prevención violencia
UNICEF Bolivia/2021/Czajkowski
20 Mayo 2021

En la Conferencia Internacional de Atención Primaria de Salud realizada en la ciudad de Alma-Ata, Kazajistán el 12 de septiembre de 1978, se consideró la necesidad de una acción urgente de todos los gobiernos, de todo el personal de salud y de la comunidad para proteger y promover la salud de todos los pueblos del mundo, declarando a la salud como un derecho humano fundamental.

La salud mental es un componente indisoluble de la salud definida como “un estado de bienestar en el que la persona realiza sus actividades, es capaz de hacer frente a las adversidades de la vida cotidiana, de trabajar de forma productiva y contribuir a su comunidad”; por lo tanto, concibe al ser humano como un ser global integrado por componentes biológicos y psicológicos en constante interacción con el entorno ambiental, familiar, social, cultural, político y económico; esta relación de dependencia e influencia mutua entre el individuo y el entorno nos debe llamar a la reflexión sobre la importancia de los aspectos psicosociales en el funcionamiento y desarrollo global de la persona como un ser individual y social ya que pueden favorecer un adecuado desarrollo de la salud o la pueden vulnerar.

Es bien sabido que el desarrollo durante la infancia influye en la salud y el desempeño durante la vida adulta, de ahí la importancia de ofrecer un ambiente saludable, seguro protector y estimulante para el desarrollo físico, emocional, cognitivo y social de los niños. Desafortunadamente en la actualidad existen grandes problemas psicosociales que vulneran la salud física y mental de los niños y adolescentes como la violencia, drogas y un inadecuado uso de las redes sociales; alterando no solamente el neurodesarrollo sino también distorsiones de los sistemas de valores que generan patrones de conducta que se convierten en determinantes sociales promotores de un “círculo vicioso” de patrones de violencia que vulneran no solamente la salud sino el desarrollo de la sociedad.

Al ser la salud un derecho humano fundamental, se deben promover acciones para proteger y prevenir la violencia a niños, niñas, adolescentes y a la población en general, ya que la violencia es un problema social y de salud pública.

En este sentido, Familia Segura se ha convertido en un servicio esencial, que da respuesta a ambas problemáticas: la salud mental y la prevención y respuesta a la violencia, colocando a la familia en el centro de la intervención, trabajando así de manera integral y sostenible.