#TípicoDeAdultos

👉 Es fundamental que las y los adolescentes se sientan cómodos para compartir sus pensamientos y emociones sin temor a ser juzgados. Las familias pueden ayudar a que el ambiente de conversación sea respetuoso y abierto a cualquier tema.

👉 Reservar momentos específicos para hablar sin distracciones, como durante la cena o en actividades recreativas, facilita la interacción. Estos espacios permiten que las y los adolescentes perciban que tienen la atención plena de su familia.

👉 Escuchar con atención, sin interrumpir ni minimizar lo que las y los adolescentes comparten, contribuye a que se sientan comprendidos. La escucha activa implica poner atención, hacer preguntas empáticas y evitar juicios apresurados.

👉 En ocasiones, las y los adolescentes solo necesitan ser escuchados, sin recibir soluciones inmediatas. Acompañarles en su proceso de reflexión, en lugar de ofrecer respuestas rápidas, puede ser más valioso.

👉 Compartir experiencias y emociones propias dentro de la familia puede mostrar que es normal sentir tristeza, ansiedad o frustración. Esto puede abrir la puerta a conversaciones más profundas.

👉 Algunos adolescentes necesitan más tiempo para procesar lo que sienten antes de expresarlo. Respetar los tiempos de silencio y no apresurar la conversación es una manera de brindar apoyo.

👉 La confianza en el entorno familiar se construye de manera gradual. La consistencia en el apoyo ayuda a que las y los adolescentes sientan que pueden contar con su familia en cualquier momento.

👉 Evitar comparaciones con otros adolescentes ayuda a reducir sentimientos de inseguridad o frustración. En su lugar, es más positivo centrarse en las cualidades únicas de cada chica o chico y en cómo pueden superar sus propios desafíos.

👉 Utilizar un lenguaje positivo en la comunicación familiar puede tener un impacto significativo. Reconocer logros y esfuerzos refuerza la autoestima de las y los adolescentes, y contribuye a un ambiente más constructivo.

👉 Aprender sobre salud mental ofrece herramientas para comprender mejor a las y los adolescentes y acompañarlos de manera informada. Conocer las señales de alerta y cómo abordarlas permite brindar un apoyo más efectivo.