Durante los últimos tres años, la pandemia ha trastocado por completo la educación de los niños y las niñas y ha agravado la crisis mundial del aprendizaje que ya existía desde antes. Es necesario adoptar medidas urgentes con el fin de recuperar el aprendizaje perdido y aprovechar esta oportunidad para reconstruir y mejorar los sistemas educativos.
No obstante, los resultados de la Encuesta sobre la respuesta de los países en materia de educación ante el cierre de las escuelas por la pandemia de COVID-19 revelan que muchos países todavía no han tomado medidas específicas de eficacia demostrada para abordar la pérdida de aprendizaje. En vísperas de la Cumbre sobre la Transformación de la Educación, que tendrá lugar en Nueva York entre el 16 y 19 de septiembre de 2022, es preciso reflexionar y hacer balance de las medidas necesarias para transformar la educación y garantizar la consecución del Objetivo de Desarrollo Sostenible 4.
De la recuperación del aprendizaje a la transformación de la educación, un nuevo informe elaborado conjuntamente por la OCDE, la UNESCO, el Instituto de Estadística de la UNESCO, UNICEF y el Banco Mundial analiza la forma en que los países están avanzando en la puesta en marcha de las medidas del marco RAPID con vistas a recuperar el aprendizaje: Retener a todos los niños y niñas en la escuela y atender sus necesidades; Analizar los niveles de aprendizaje con regularidad; Priorizar la enseñanza de conocimientos básicos; Incrementar la eficiencia de la enseñanza y Desarrollar la salud y el bienestar psicosocial. Consideramos que, si bien los países han avanzado en la adopción de medidas que abordan la recuperación del aprendizaje, es necesario redoblar esfuerzos para mitigar cuanto antes los efectos de la pandemia sobre el aprendizaje de los niños y su bienestar general. Sin embargo, dada la magnitud de este desafío, para que la recuperación del aprendizaje sea efectiva, equitativa y sostenible, también debe ser transformadora.
¿Cómo podemos recuperar el aprendizaje perdido después de la pandemia de COVID-19 y transformar la educación para mejorarla? Estas son algunas de las acciones que debemos llevar a cabo:
- Realizar el esfuerzo de llegar a TODOS.
La necesidad de llegar a cada niño y niña es el denominador común de la recuperación de la educación. En los niveles de educación primaria y secundaria, la mayoría de los países están tomando medidas como la reinscripción automática y las campañas de movilización comunitarias con el propósito de conseguir que los niños y las niñas regresen a la escuela. Sin embargo, en una cuarta parte de los países sigue siendo necesario recabar información sobre el número de niños y niñas que han vuelto a las aulas. Para lograr sistemas educativos verdaderamente transformadores, debemos eliminar las barreras que excluyen a los grupos vulnerables, garantizar que el derecho a la educación quede plenamente plasmado en los marcos legales y normativos nacionales, reforzar los modelos flexibles de educación e invertir en el fortalecimiento de los Sistemas de Información de la Gestión Educativa a fin de obtener información desglosada y en tiempo real.
- ANALIZAR los niveles de aprendizaje
En marzo de 2022, un análisis de estudios existentes concluyó que en menos del 20% de los países se había publicado información relativa al impacto real del cierre de las escuelas en el aprendizaje. A medida que los niños vuelven a la escuela, es necesario evaluar lo que saben, entienden y pueden hacer y tenerlo en cuenta a la hora de formular políticas y orientar la enseñanza. Resulta alentador que la mayoría de los países reanudaran los programas de pruebas estandarizadas (tales como evaluaciones a gran escala y exámenes de alto nivel) en el año escolar 2021–2022, particularmente en los campos de matemáticas y lectura. Sin embargo, solo un pequeño porcentaje de países están tratando de entender el impacto del cierre de escuelas sobre las habilidades no cognitivas, que son igualmente importantes para que los niños salgan adelante en el mundo de hoy. Un conjunto diverso de actividades de evaluación, como el uso de evaluaciones formativas y tecnologías diversas (por ejemplo, las evaluaciones digitales), puede ayudar a que los estudiantes tomen mayor conciencia de lo que aprenden y la manera en que lo aprenden, y permitir a los maestros entender qué factores pueden dificultar o facilitar el progreso de aprendizaje del alumnado.
- PRIORIZAR los programas de estudios y la enseñanza atendiendo al nivel de los estudiantes
Es necesario dar prioridad a las competencias y los conocimientos básicos en los programas de estudios a fin de ayudar a los estudiantes a recuperar más rápido el aprendizaje perdido. En muchos países, antes de la pandemia ya había niños que no habían adquirido las competencias básicas, y la excesiva carga de contenidos de los programas de estudios hace difícil que puedan ponerse al día, sobre todo después de los largos periodos de cierre de las escuelas. A pesar del tiempo de enseñanza que se perdió durante la pandemia, en menos de la mitad de los países se realizaron ajustes en los programas de estudios de los niveles de primaria y secundaria. Con objeto de apoyar la transformación curricular, es necesario que los países garanticen una mayor coherencia entre los programas de estudios, la evaluación y la enseñanza, y que los maestros participen en el diseño conjunto y la facilitación de los ajustes curriculares.
- INCREMENTAR la eficiencia de la enseñanza a través de medidas de eficacia demostrada
Resulta preocupante que solo algunos países estén invirtiendo en medidas de eficacia demostrada orientadas a mitigar la pérdida de aprendizaje: solo un 39% declaró haber puesto en marcha medidas para incrementar el tiempo de instrucción; un 29% para programas de tutoría; y un 16% para enseñanza específica. En vez de programas ad hoc o intervenciones de políticas fragmentadas, los países deben apostar por intervenciones plurianuales basadas en pruebas y proporcionar más ayudas a los maestros, que están en primera línea de la recuperación en las aulas. Para una transformación a más largo plazo, es preciso que los países mejoren sus planes de concesión de licencias y acreditación para la contratación de maestros, y que logren que la docencia sea una profesión atractiva fomentando el bienestar de los maestros a través de una remuneración y unas condiciones de trabajo adecuadas. El desarrollo profesional de los maestros debe ser continuo, personalizado y específico, y ha de incluir capacitaciones en temas de competencias digitales y el uso efectivo de la tecnología. El diseño y la planificación de estas políticas debe incluir la participación activa de los propios maestros a través del diálogo social en la formulación de políticas.
- DESARROLLAR el bienestar general de la infancia
Además de los efectos negativos sobre el aprendizaje, la pandemia ha puesto en riesgo la salud mental y el bienestar general de los niños. La reapertura de las escuelas presenta una oportunidad excepcional para garantizar que todos los niños tengan acceso a entornos de aprendizaje seguros y favorables y puedan hacer un mejor uso de los servicios esenciales. Con todo, en menos de dos terceras partes de los países se ofrecen servicios de apoyo psicosocial y de salud mental dirigidos a los maestros y los estudiantes en los niveles de primaria y secundaria. Con el fin de fortalecer la resiliencia ante futuras perturbaciones, es fundamental entender las necesidades de los estudiantes y los maestros para garantizar que las escuelas proporcionen servicios integrales a través de un enfoque que contemple a la sociedad en su conjunto, con la colaboración de sectores como el de la educación, la protección de la infancia, la salud y la nutrición.
Por último, financiar una educación sostenible y equitativa es fundamental para la recuperación y la transformación de la educación. Si bien un número mayor de países –un 77% en los niveles de primaria y secundaria– declararon haber incrementado el presupuesto de educación de 2020 a 2021 en comparación con lo anticipado en la tercera ronda de encuestas, existen importantes brechas en función de los ingresos de cada uno de ellos. Menos de cuatro de cada diez países de ingresos bajos y medianos bajos, en comparación a nueve de cada diez países de ingresos altos, informaron sobre un aumento en sus presupuestos de educación. Dado que el gasto público general se ve limitado por el aumento de la presión fiscal y la inflación, existe el riesgo de que el gasto en educación en los países de ingresos bajos y medianos bajos no sea adecuado para adoptar las medidas urgentes necesarias para mitigar los efectos de la pérdida de aprendizaje. Para lograr mejoras sostenibles y de largo plazo es necesario transformar la financiación de la educación dando prioridad a las asignaciones, modernizando la recaudación y la inversión de los recursos financieros y promoviendo las innovaciones para una mayor eficiencia del gasto.
La Cumbre sobre la Transformación de la Educación presenta una oportunidad para poner de relieve la crisis mundial de la educación y subrayar la necesidad de tomar medidas orientadas a recuperar el aprendizaje perdido y transformar la educación. Para lograr este cometido, no podemos volver a la normalidad anterior a la pandemia. Necesitamos reformas nuevas y enérgicas para garantizar que todos los sistemas educativos se recuperen de los efectos de la pandemia y, además, reconstruir y mejorar un mundo donde todos los niños y las niñas tengan la oportunidad de aprender y desarrollar plenamente su potencial.
Para descargar el informe completo, hacer click aquí.
Para obtener más información acerca de la Encuesta sobre las respuestas educativas nacionales al cierre de escuelas por la covid-19, visitar este sitio web.
Los autores
Stefania Giannini – Subdirectora General de Educación, UNESCO
Robert Jenkins –Director Global de Educación y Desarrollo Adolescente, UNICEF
Jaime Saavedra – Director Global de Educación, Banco Mundial
Andreas Schleicher – Director, Dirección de Educación y Competencias, OCDE