“Los niños necesitan un entorno familiar para su desarrollo”
Delia Pop, Directora de Programas y Defensa Global en Hope and Homes for Children
Delia Pop es la Directora de Programas y Defensa Global de Hope and Homes for Children, organización con sede en Gran Bretaña que lidera un movimiento global para eliminar el cuidado institucional de niñas y niños. Actualmente trabaja en siete países de Europa Central y Oriental y en África, apoyando a familias y comunidades para que los niños, niñas y adolescentes puedan crecer en entornos seguros y productivos. Además de su papel en Hope and Homes for Children, Delia ha sido elegida recientemente como Presidenta de Child Rights Connect, la red mundial de derechos de los niños que conecta la vida cotidiana de los niños con las Naciones Unidas.
En esta entrevista se refiere a la importancia que tiene para los niños y niñas vivir y desarrollarse en una familia, al apoyo que estas necesitan para evitar la internación de sus hijos, y el trabajo que se debe hacer para asegurar una revinculación exitosa.
¿Por qué es importante que un niño o niña viva en una familia?
El preámbulo de la Convención sobre los Derechos del Niño (CDN) nos dice que, para lograr un desarrollo pleno y armonioso, un niño necesita un entorno familiar seguro y cariñoso. Aparte de estar consagrado el derecho a la vida familiar en el CDN, la evidencia nos dice que los niños necesitan un entorno familiar para su desarrollo. En los primeros días de vida, los niños necesitan ese tipo de atención personalizada para poder desarrollarse. Los estudios disponibles nos dicen que los niños que crecen sin ese amor y atención individualizada sufren significativamente: su desarrollo emocional se retrasa y su desarrollo físico también se ve atrofiado. Además de eso, estudios de intervención temprana muestran que los niños que crecieron en un entorno institucional durante sus primeros días de vida tuvieron una reducción significativa en su coeficiente intelectual.
Además, la evidencia que tenemos de los niños que ya están separados y bajo cuidado en sistemas occidentales en los países en desarrollo, nos muestra que los niños que están separados de sus familias tienen menos resultados positivos que sus pares en sus propias familias. El trabajo de investigación realizado por Andy Bilson demostró que los niños separados de familias en situación de pobreza y colocados bajo cuidado institucional estaban comparativamente peor que niños del mismo origen social en la comunidad. Los niños necesitan ese andamiaje, tanto en términos de su desarrollo - emocional y cognitivo - sus relaciones y su pertenencia para poder tener éxito en la vida adulta.
¿Cómo se puede evitar que los niños sean separados de sus familias y entren en instituciones?
Es posible prevenir la separación de la mayoría de los niños de sus familias. Las directrices de Naciones Unidas sobre cuidados alternativos nos dan algunos principios de trabajo. El principal es el principio de necesidad, que simplemente nos dice que ningún niño debe separarse innecesariamente de su familia. Cuando hablamos de familia, no nos referimos solamente a la familia nuclear, sino a toda la red de familia extendida que tiene un niño. Desafortunadamente, esa separación innecesaria ocurre todos los días. La pobreza, la discapacidad, la exclusión social, la falta de acceso a los servicios, entre otros, conducen el camino de las familias hacia la institucionalización de sus hijos o hijas.
¿Qué tipo de apoyo necesitan estas familias?
Es importante mirar a las familias desde una perspectiva positiva, con un enfoque basado en sus fortalezas. Las familias poseen todas las soluciones que necesitan, pero a veces se ven incapaces de encontrar esas soluciones. En estas situaciones, los centros residenciales son la solución fácil.
El apoyo hacia las familias debe ser integral. Se necesita involucrar a las madres y/o padres u otros adultos significativos de una familia, para liderar la transformación o la evolución positiva de esta. Por lo general, se debe ver más allá de las condiciones de vida y relaciones familiares y sociales para luchar contra la exclusión y ayudar a las familias a integrarse en la comunidad. Es necesario ayudar a las familias a lidiar con comportamientos que puedan ponerles en riesgo y proporcionarles servicios adecuados para eso. Finalmente, se debe asegurar que las familias tengan la fortaleza económica suficiente para poder satisfacer las necesidades básicas.
¿Qué medidas o acciones debe tomar un país para lograr la desinternación de los niños que actualmente están bajo cuidado residencial? ¿Cuál debería ser el próximo paso?
Existen algunas estrategias clave para iniciar un proceso de desinternación exitoso. Primero se necesita compromiso: es necesario relacionarse con los niños y con las personas involucradas en el cuidado alternativo. Implica ser capaz de iniciar una conversación y explicar por qué se dará este cambio y crear roles para cada uno de los interesados. La segunda parte se trata de analizar: ¿quiénes son los niños que están separados de sus familias? ¿De dónde vinieron? ¿Cuáles fueron las razones por las que fueron puestos bajo cuidado institucional? ¿Y cuál es su trayectoria para salir de ese cuidado? Para conseguir esa información, se requiere mapear familias y comprender las circunstancias que llevaron a la separación. Una vez disponible toda esa información, podemos comenzar a pensar en el diseño del servicio.
El siguiente paso es apoyar la transición. Los niños y jóvenes que están bajo cuidado del Estado y han pasado años en instituciones necesitan el apoyo adecuado para poder regresar exitosamente a las comunidades. No solo eso, ellos deben estar a cargo de esa decisión. Deben ser ellos quienes lideren esa transición. Los niños deben estar al frente del proceso de toma de decisiones y deben ser ayudados a comprender y manejar los problemas emocionales y los sentimientos de haber sido abandonados, dejados atrás y ayudarles a continuar sus vidas con menos interrupciones.
¿Es realmente posible regresar con sus familias y reconectarse, considerando el pasado y los sentimientos involucrados?
Nunca he encontrado una persona que no quiera volver a conectar, independientemente del bagaje emocional. Conocí a jóvenes que se mantuvieron firmes al principio, diciendo “No, he sido abandonado. Me dejaron. Estoy enojado por eso. Necesito mi tiempo para procesar esto”; pero con apoyo, en seis meses, en un año, estaban listos para reconectarse. En este caso, la reconexión puede ser con cualquier integrante de la familia, por ejemplo, una tía, no necesariamente toda la familia.
"Los niños y jóvenes que están bajo cuidado del Estado y han pasado años en instituciones necesitan el apoyo adecuado para poder regresar exitosamente a las comunidades"
¿Cuáles son las principales lecciones que se pueden aprender de otros países que han logrado procesos exitosos de desinternación?
Los países que han logrado procesos de desinternación exitosos han tenido una visión a largo plazo, que se ha acompañado de voluntad política. Los países que han tenido éxito han detenido la 'puerta giratoria', es decir, han abordado la situación en la que los niños regresan a casa y también, trabajando para evitar que otros niños están llenando sus lugares en las instituciones, porque realmente no puede cambiar un sistema si se sigue permitiendo que ese movimiento continúe.
Adicionalmente, los planes deben incluir a todos los niños y niñas y comenzar con aquellos que son percibidos como más difíciles de colocar: niños con discapacidades, jóvenes y niños con problemas de conducta. Deben estar al frente de la planificación para que podamos brindarles suficiente apoyo y tiempo hasta que estén listos para una transición exitosa. Asimismo, se deben desarrollar con éxito programas de desarrollo de capacidades que involucren a las comunidades, no solo a los profesionales. Finalmente, se requiere la colaboración intergubernamental y trabajo conjunto.