Situación de los niños, niñas y adolescentes en Panamá
Persisten la pobreza, la inequidad y la desigualdad

En Panamá, UNICEF asesora al gobierno y organizaciones de la sociedad civil para que 1,3 millones de niños, niñas y adolescentes (31% de la población) puedan crecer y desarrollarse gozando de todos sus derechos. No obstante, factores como la pobreza, la violencia, la discriminación y la exclusión educativa, intensifican brechas de inequidad y desigualdad e impiden que todos los niños, niñas y adolescentes cuenten con las mismas oportunidades para desarrollar su máximo potencial.
Uno de los problemas que requiere acción inmediata es la violencia hacia la niñez, que se presenta desde la primera infancia. En Panamá, 45% de los niños y niñas reciben métodos de disciplina violenta en el hogar (según la encuesta MICS de 2013). La violencia sexual afecta primordialmente a niñas y adolescentes mujeres (91%).
Otro foco de alarma es la migración, especialmente la población migrante y refugiada que atraviesa la selva del Darién, que en 2019 registró un flujo que duplicó el de 2018, mucho más en el caso de niños, niñas y adolescentes, que pasó de 522 casos a 3.956.
En materia de salud, solo 28% de los niños y niñas menores de 6 meses reciben lactancia materna exclusiva. 19% de los niños y niñas menores de 5 años en Guna Yala presentan bajo peso y 26% de aquellos en la comarca Ngäbe-Buglé presentan baja talla para su edad. A nivel nacional, 14% de los y las adolescentes presentan obesidad y 22% sobrepeso.
En cuanto al sistema educativo panameño, 8 de cada 10 niños y niñas en comarcas no logran los niveles básicos de lectura, versus 4 de cada 10 en áreas urbanas. Además, aproximadamente 40% de los niños y niñas entre 4 a 5 años no recibe educación preescolar, a pesar de que es obligatoria.
Otras privaciones: el 33% de niños, niñas y adolescentes en Panamá (453 mil) viven en situación de pobreza multidimensional, y 25% de ellos están en la comarca Ngäbe-Buglé. En 2018 hubieron 7.756 casos de embarazos en niñas y adolescentes y la cantidad de jóvenes entre 15 y 24 años que no estudia ni trabaja es de 119.340 (17.2% del total de esta población).
A este escenario complejo debemos sumar el profundo impacto de la pandemia por COVID-19, que ha exacerbado inequidades y privaciones en la niñez en Panamá, afectando notablemente las garantías de sus derechos y generando secuelas a largo plazo, por ejemplo, por el cierre prolongado de las escuelas y por un posible aumento de la violencia a la que están expuestos en sus familias y comunidades.