¿Cómo fue la visita de Ishmael Beah, Embajador de Buena Voluntad de UNICEF a México?
Usa su voz para defender los derechos de niños, niñas y adolescentes que viven situaciones de reclutamiento y desplazamiento forzado

Cuando era niño, Ishmael Beah pasó de ir a nadar al río y jugar fútbol con sus amigos a ser reclutado a la edad de 13 años por las fuerzas armadas de su país para luchar en la guerra civil que enfrentaba Sierra Leona. Esta guerra le arrebató a su familia y le privó de sus derechos por muchos años, pero gracias al trabajo de UNICEF pudo ser liberado y volver a ser un niño y disfrutar de su infancia. Para él, esto tuvo un impacto significativo para convertirse en el adulto que es hoy.
“UNICEF me enseñó que cada vez que alguien decide usar su historia de vida para el beneficio de otras personas, ayuda a cambiar la dirección de sus vidas”.
Así, Ishmael decidió dedicarse a demostrar que niñas, niños y adolescentes son resilientes y pueden recuperarse de todo si cuentan con el apoyo necesario, y además pueden usar su voz para visibilizar la importancia de proteger los derechos de la niñez y evitar que más niñas y niños pasen situaciones como la que él vivió.
La semana pasada, Ishmael visitó en Tijuana, Baja California, centros comunitarios y albergues privados y públicos para personas mexicanas y extranjeras en situación de movilidad, donde compartió su historia con niñas, niños, adolescentes y sus familias que se vieron forzadas a dejar sus hogares a causa de la violencia generada por crimen organizado.


En México, según el Centro de Monitoreo de Desplazamiento Interno (IDMC) un tercio de la población que es desplazada a causa del crimen organizado son niños, niñas y adolescentes. El impacto que tiene esto en su educación, seguridad, salud física y mental, y sentido de pertenencia o arraigo a una comunidad es muy alto, pues son forzados a dejar sus casas porque sus vidas e integridad física se ven directamente amenazadas.
Ishmael conoció familias con niños y niñas, y adolescentes que viajan solos que se vieron obligados a huir por situaciones de violencia en sus comunidades de origen, por ejemplo extorsión, la pérdida de fuentes de empleo derivadas de la misma violencia, secuestros y pérdidas de alguno de los miembros de su familia. Hoy estas familias se encuentran en Tijuana buscando mejores oportunidades, ahí en UNICEF les brindamos asistencia humanitaria y acceso a apoyo psicosocial. Pudo escuchar sus historias, sus sueños y sus miedos. Para estas personas, poder compartir sus historias con un Embajador de Buena Voluntad les dio esperanza y motivación para, como ellos le contaban, poder retomar poco a poco sus vidas a pesar de seguir viviendo con miedo.

Uno de los momentos más emotivos durante las conversaciones con las familias, niños y niñas, fue cuando Ishmael les compartió una creencia de la comunidad donde creció y es que cuando compartes tu historia con otras personas, sus vidas se conectan para siempre con la tuya y tu historia se convierte en parte de la de ellas.
“Les llevaré a ustedes y sus historias conmigo a donde vaya, por el resto de mi vida.”
Ishmael Beah compartió que de niño su sueño era ser piloto de aviones, disfrutaba mucho a su familia y jugar futbol. Algunos de los niños, niñas y adolescentes con quienes platicó compartieron con él el gusto por el futbol y le contaron sus anhelos de seguir estudiando, para algunos su materia favorita son las matemáticas mientras que para otros es el español o educación física.
Nuestro Embajador de Buena Voluntad fue reclutado por las fuerzas armadas en su país cuando era un niño, ahora lleva el mensaje por todo el mundo de que todo reclutamiento y utilización de la niñez y adolescencia es forzado. En México, aunque en contextos diferentes al que él vivió, cientos de niños, niñas y adolescentes están en riesgo de desplazamiento interno forzado o de ser reclutados por grupos criminales. Todos ellos son víctimas que necesitan protección y asistencia para recuperar sus vidas y tomar el control de sus futuros. Esto es responsabilidad de todas y todos y debe ser una prioridad.

Muchas de las niñas, niños y adolescentes que huyen de la violencia armada y del crimen organizado lo hacen solos, por ello desde UNICEF brindamos asistencia humanitaria a lo largo de su viaje y trabajamos para reunirles con sus familias. Ninguna niña, niño o adolescente debe ser privado del derecho a crecer en un entorno protector.
Además, acompañamos el trabajo que el gobierno lidera en estos temas. Trabajamos con el Observatorio Nacional para la Prevención del Reclutamiento de Niñas, Niños y Adolescentes por la Delincuencia Organizada (ONPRENNA) y de la mano del Gobierno federal para impulsar el desarrollo de políticas públicas para la prevención del reclutamiento y la protección de niños, niñas y adolescentes vinculados al crimen organizado, con el objetivo de que su reconocimiento como víctimas les permita acceder a programas de atención integral, reparación, restitución de derechos y reintegración efectiva a nivel familiar, educativo, profesional y comunitario.