Directrices de protección de la infancia en línea para la Industria
Este manual proporciona un marco al número cada vez mayor de empresas que elaboran, ofrecen o utilizan tecnologías de la información y la comunicación para ofrecer sus productos o prestar sus servicios

Puntos destacados
La eclosión de las tecnologías de la información y la comunicación han puesto al alcance de niños y jóvenes una serie de oportunidades de comunicarse, estar conectados, compartir, aprender, acceder a información y expresar sus puntos de vista sobre cuestiones que les afectan y que afectan a sus comunidades sin precedentes. Sin embargo, este acceso a gran escala y más sencillo a Internet y a la tecnología móvil también plantea unos desafíos considerables para la seguridad de la infancia, tanto en línea como en el mundo real.
A fin de reducir los riesgos de la revolución digital sin por ello menoscabar las posibilidades de más niños y jóvenes de disfrutar de los beneficios de esta revolución, los gobiernos, la sociedad civil, las comunidades locales, las organizaciones internacionales y el sector privado deben aunar esfuerzos en pos de un objetivo común.
El sector de la tecnología tiene un papel clave que desempeñar a la hora de sentar las bases para una utilización más segura de los servicios y otras tecnologías basadas en Internet, tanto para los niños de hoy como para los de generaciones futuras. Las empresas deben conceder la máxima prioridad a la protección de los niños, y deben prestar una atención especial a proteger la privacidad de los datos personales de los usuarios jóvenes, preservar el derecho de estos a la libertad de expresión y establecer sistemas que permitan hacer frente a las violaciones de los derechos del niño cuando se produzcan. Allá donde la legislación nacional todavía va por detrás del derecho internacional, las empresas tienen la posibilidad, y la responsabilidad, de armonizar sus prácticas con estas normas.
Esta nueva edición de Las Directrices de Protección de la Infancia en Línea para la Industria proporciona un marco al número cada vez mayor de empresas que elaboran, ofrecen o utilizan tecnologías de la información y la comunicación para ofrecer sus productos o prestar sus servicios. Estas compañías están en una posición inmejorable para impulsar soluciones innovadoras, crear plataformas digitales que permitan ampliar las oportunidades educativas y favorecer la participación de niños y jóvenes en la vida cívica de sus comunidades a fin de hacer de ellos verdaderos ciudadanos del mundo.
Las iniciativas locales y nacionales son un elemento esencial, y aguardamos con interés poder colaborar en la elaboración de unas directrices adicionales que permitan a los gobiernos abordar la formulación, aplicación, gestión y seguimiento de Planes Nacionales de Acción a fin de fortalecer la protección de la infancia en línea.
Internet no tiene fronteras, y nuestras actividades para proteger a los niños deben ser ambiciosas y de largo alcance. Queremos dar las gracias a nuestros socios en la iniciativa Protección de la Infancia en Línea (PIeL) y a otras organizaciones que han participado en el proceso abierto de consultas por su valiosísimo apoyo durante la elaboración de estas directrices. Esperamos poder trabajar con nuestros socios en los distintos sectores para hacer de la protección de la infancia en línea una prioridad. Y confiamos en que esta nueva edición de las Directrices de Protección de la Infancia en Línea contribuirá a crear un mundo más seguro para todos.
