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ÁFRICA ORIENTAL Y MERIDIONAL LESOTHO: REPORTAJE

Los sanitarios en la escuela garantizan intimidad y seguridad

© UNICEF/Lesotho

Una letrina de escuela en Lesoto. UNICEF ha colaborado en la instalación de letrinas separadas para niños y niñas en 19 escuelas en el distrito de Motkhotlong, contribuyendo al saneamiento y a la permanencia de las niñas en la escuela.

El hecho de ir a una escuela que carece de instalaciones básicas adecuadas, como son los sanitarios, podría considerarse una de las situaciones más frustrantes para muchos niños de las escuelas rurales de Lesotho. Para algunos, orinar significa ir detrás de un arbusto, subir a la colina o saltar por un barranco. Los niños no sólo corren el riesgo de ser atacados por animales salvajes, sino que también se ven privados de la intimidad necesaria y expuestos a riesgos para la salud.

La situación es igual de deficiente para los profesores, e incluso más molesta. “Tienes que hacerlo todo antes de salir de casa y tan sólo esperar que no tengas necesidades urgentes antes de volver.” Para las niñas de la escuela es incluso peor, explica Litlhaka Sefeane, una alumna de nueve años de edad que cursa el quinto grado en la escuela primaria de Kanana, en el distrito de Mokhotlong. Es muy habitual que los niños no sólo intimiden a las niñas y se rían de ellas, sino también que las agredan y les den una paliza. El hecho de salir sólo implica prestarse a este tipo de acoso. No existe un motivo específico para ser agredido, simplemente ocurre.

Litlhaka aún recuerda cómo los niños la perseguían a ella y a sus amigas y les tiraban piedras. A algunas las alcanzaban y sufrían lesiones. El castigo que los profesores imponían a los niños era un azote o una fuerte reprimenda, pero aquello no cambió mucho las cosas. De ahí que muchas niñas acabaran absteniéndose de orinar.

“Hemos tenido una serie de incidentes de niñas, en particular las más tímidas, que acabaron orinándose en clase,” explicó la Sra. Mapesela, Directora de la escuela primaria de Kanana. “Percances como éste no sólo afectan a la autoestima de los niños, sino también a su rendimiento en clase. Algunos incluso pueden abandonar la escuela o ingresar en otras escuelas que dispongan de mejores instalaciones, lo que podría suponer recorrer varios kilómetros más a pie, exponiéndose, en particular las niñas, a mayores riesgos para su seguridad.”
 
Asimismo existen riesgos importantes para la salud que atañen a los niños que orinan en cualquier parte. Litlhaka sabe que existe el riesgo de contraer enfermedades, no sólo porque se lo enseñaron sus profesores en clase, sino porque lo experimentó de primera mano. Fue una de las víctimas de un brote de tifus en su escuela.

Ahora, su escuela dispone de nuevos sanitarios. Gracias a la contribución que UNICEF ha hecho al proyecto de infraestructuras de la escuela, se han construido sanitarios para niñas y para niños, al igual que para los profesores, y se ha proporcionado agua potable a 19 escuelas en el distrito de Mokhotlong.

No obstante, aún es preciso brindarles una educación más amplia sobre el tema. Muchos de los niños no se sienten cómodos utilizando los sanitarios. Otros desconocen los beneficios del lavado de manos. Si bien, para las niñas, eso no se puede comparar con ser agredidas por compañeros de escuela o niños del campo mientras están en el monte.

Los profesores de la escuela ya han emprendido una campaña educativa para animar a los niños a que utilicen los sanitarios y permanezcan sanos y limpios. Lo que es aún más alentador, es que –na diferencia del pasado, cuando sólo había un bloque de sanitarios para niños y niñasn– ahora los bloques de sanitarios se han instalado en ubicaciones distintas, reduciendo así las probabilidades de que las niñas sean intimidadas por los niños.

La construcción de sanitarios en las escuelas no sólo ha supuesto un cambio en las instalaciones escolares. Gracias a que los profesores, los niños y los trabajadores sanitarios del sector público difunden mensajes sobre saneamiento y buena salud e higiene, muchas de las comunidades rurales empiezan ahora a reconocer la importancia de tener y utilizar sanitarios.

Cerca de un 50 por ciento de las escuelas de Lesotho no tienen acceso a instalaciones de agua y saneamiento. Esta situación se ve agravada por la sequía recurrente, una de las peores de los últimos treinta años. Con la disminución de las capas freáticas y el agotamiento de hasta un 30 por ciento de las fuentes de agua en zonas rurales pobladas, las cuestiones de agua y saneamiento han ocupado un lugar central en la atención primaria de la salud. UNICEF trabaja en estrecha colaboración con el Ministerio de Educación y Capacitación y con el Ministerio de Salud para proporcionar instalaciones de agua potable y de saneamiento que tengan en cuenta el género en escuelas, comunidades y centros de salud.

Para Litlhaka y sus amigas, los sanitarios no sólo les garantizan intimidad, sino también seguridad y dignidad mientras atienden sus necesidades corporales. Y, como observa Litlhaka, cada vez más niños se sienten cómodos utilizando estas instalaciones básicas en el colegio.