Eva, una niña que aprende paso a paso con mucha alegría y el amor de su mamá
Juega, experimenta y aprende
Día a día, y a lo largo de cada jornada, Eva, una niña de tres años con discapacidad, aprende y desarrolla sus habilidades jugando con su mamá y otros niños y niñas; cuando los ve caminar, correr y reír, ella quiere hacer lo mismo, le agrada compartir, no le gusta jugar sola.
“Cuando siente motivación entra en conexión con las personas, por eso tratamos en mi familia que esté con otros niños y niñas, por esa razón la inscribí en un centro infantil, para que pueda sentirse incluida en ese espacio”, cuenta su mamá Judith Laura Condori.
Al momento de su nacimiento Eva padeció hipoxia, que es la pérdida de oxígeno o asfixia que afectó a su cerebro, situación que le generó episodios de convulsiones en diferentes momentos de su corta vida, por ello después de pasar por varios exámenes y análisis médicos, finalmente le diagnosticaron microcefalia.
Aceptar esa realidad fue difícil, su mamá recibió ese diagnóstico con mucho dolor porque su hija ya gateaba y andaba, lo que le hacía pensar que no tenía ningún problema en su crecimiento. “Yo la apoyo, es mi motivo para seguir luchando, la acepto, no tengo vergüenza”, expresa Judith.
La mamá decidió dejar de trabajar porque el desarrollo de Eva dependía de darle el tiempo, atención y cuidados para apoyarla. Judith y el papá de Eva tienen todo el valor, la convicción y el amor para ver en ella sus potencialidades y llevarla a todas las terapias que ella necesite. La situación que le ocasionó mayor incertidumbre fue que en un principio no conocía instituciones a donde poder llevar a su niña para que pueda realizar fisioterapia y recibir orientación de parte de profesionales especialistas en estos temas.
“Lo que más me gusta de Eva es su sonrisa, al momento de sonreír muestra tanta tranquilidad, ella sonríe con las rondas infantiles, cuando ve jugar a otros niños, y cuando ve a su papá y mamá juntos. En los peores momentos de la familia, es cuando su sonrisa me tranquiliza y me hace sentir que podrá salir de esta situación”, expresa Judith.
Cuenta que ella logra que su niña sonría cuando está frente a ella, cuando le imita sonidos de animales, la mima y acaricia su rostro y le dice que es linda y hermosa y que todo estará bien; “si hace berrinche y le doy atención, siente el afecto y sonríe”, añade.
“Lo que más me gusta de Eva es su sonrisa, al momento de sonreír muestra tanta tranquilidad, ella sonríe con las rondas infantiles, cuando ve jugar a otros niños, y cuando ve a su papá y mamá juntos. En los peores momentos de la familia, es cuando su sonrisa me tranquiliza y me hace sentir que podrá salir de esta situación”.
Para que Eva siempre aprenda y desarrolle nuevas habilidades, su mamá la lleva dos veces a la semana al centro de educación especial Virgen Niña y también asiste todos los días a un centro infantil del Programa Municipal de Desarrollo Infantil Pan Manitos del municipio de El Alto. Judith no se limita a llevar a su hija a ambos centros de apoyo, ella participa en las sesiones de consejería y pone atención a todas las actividades que su pequeña realiza y las replica en su casa. “Yo veo que le hacen jugar con sonajeras, tamborcitos, pintura al dedo, siempre estoy muy atenta viendo los materiales con los que le hacen jugar, porque antes no sabía cómo ayudarla”, afirma.
“Ahora con Pan Manitos y las terapias que pasa Eva con reconocimiento de fichas, pelotitas y telas sensoriales, trato de conseguir material y adecuarlo para poder ayudarla, la ayudo aprendiendo de sus terapias, lo que trabaja en ellas lo hago también en casa; así le ayudo”. indica Judith que también busca actividades en las redes sociales Actualmente también recibe consejos virtuales del programa afinidata, que es una iniciativa que implementa el programa Pan Manitos con apoyo de UNICEF. “Ahora tengo muchos juegos para poder compartir con Eva”, indica al referirse a la cantidad de material informativo especializado que ha reunido.
La actividad que más le gusta a Eva es jugar a la pelota con su mamá, especialmente con una que es ovalada de colores y otra esférica. Ellas juegan todos los días y animan a su papá a jugar con ellas.
La mamá de Eva, resalta los logros que su pequeña tiene cada día, menciona que Eva ya puede decir su nombre y decir “mamá”; también balbucea, está empezando a comprender algunas cosas, su curiosidad por sujetar objetos y verlos con detalle se despertó, al tiempo que su atención mejoró notoriamente
La familia de Eva recibió un kit de UNICEF que contiene material lúdico y educativo para que los papás de Eva mejoren sus habilidades de juego y comunicación con su hija. “El kit nos ayuda bastante porque tiene crayones y cuaderno, tiene un frasco de maíz para motricidad fina, fichas para meter y sacar, y unos ganchos que le coloco en su ropa y luego ella se los va sacando poco a poco. Las recomendaciones que me dieron y el contenido del kit nos ayuda para pasar el tiempo juntas y jugar, los materiales le gustan y despiertan la atención de mi hijita”, explica Judith.
UNICEF con el apoyo financiero del Comité Suizo capacitó, a educadoras y equipos técnicos del programa Pan Manitos del Gobierno Autónomo Municipal de El Alto, en el enfoque de Care for Child Development (CCD); enfoque que tiene el objetivo de mejorar las capacidades de los cuidadores para proporcionar atención cariñosa, sensible y de respuesta a niños y niñas de la primera infancia. Así como Eva actualmente familias de niños y niñas menores de 5 años que fueron identificados con algún indicador de riesgo y discapacidad, están siendo apoyados con sesiones de consejería y con la dotación de kits lúdicos y cartillas sobre actividades de juego y comunicación para motivar a los papás, mamás y cuidadores a conectarse con sus hijos e hijas desde muy temprana edad y de manera frecuente.